26 victorias consecutivas en Wimbledon. Novak Djokovic (Belgrado, Serbia; 1987) suma y sigue en el camino hacia su cuarto título seguido en el All England Club. Nadie le dijo que fuera fácil y así lo comprobó contra Jannik Sinner. El atrevimiento inicial del italiano derrumbó por momentos al serbio, que se levantó ante la indecisión final del joven tenista que quería sacudir el torneo y no pudo.
Paralelamente, Rafa Nadal (Manacor, 1986) se ha plantado a un paso de la final por el otro lado del cuadro. El tenista español también lo ha pasado mal contra Taylor Fritz, por el nivel de este pero sobre todo por un dolor abdominal que le hizo duda de seguir o no. Habrá que ver como evoluciona de aquí al viernes, pero ahora mismo solo Cameron Norrie y Nick Kyrgios se interponen ante la final soñada por todos.
Pero Djokovic peleará contra un poderoso enemigo que no tiene Nadal: la presión. Hay mucho más en juego para Nole que para Rafa, y eso es por el hecho de que el español ya ha ganado dos Grand Slam este año y para el serbio puede ser el último que juegue en 2022. Wimbledon juega un papel crucial en la batalla por ser el mejor de siempre.
El año de Djokovic en cuanto a majors, hasta Wimbledon, se había reducido a su participación en Roland Garros. A comienzos de año no pudo competir en el Abierto de Australia, siendo deportado del país por no estar vacunado contra la Covid. Esa misma restricción es la que, por ahora, le impide jugar el US Open que arranca en Nueva York el próximo 29 de agosto.
Todo a una carta, ya que en Roland Garros no pudo ganar. Aunque Nole pudo coger rodamiento antes en Montecarlo, Belgrado, Madrid y Roma -donde ganó-, no fue suficiente para ganar al dominador del año, Nadal. En cuartos de final, en París, Rafa lee ganó en cuatro sets (2-6, 6-4, 2-6 y 6(4)-7). Cinco días después, el de Manacor levantaba su 14ª Copa de los Mosqueteros.
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En la hierba de Wimbledon se cambian las tornas y el favorito por delante de todos es Djokovic. Su camino hasta las semis lo atestigua, aunque solo Sinner ha supuesto una amenaza verdadera para él. Contra el italiano, Nole amenazó con hincar la rodilla: "Empecé a dudar de mis tiros", reconoció tras remontar un 2-0 en contra (5-7, 2-6, 6-3, 6-2, 6-2).
Djokovic encontró su fortaleza hablando consigo mismo en el espejo tras salir de la cancha después del segundo set. "Fue solo una charla de ánimo, una charla positiva", explicó. "Por muy negativo y deprimido que te sientas en esos momentos, aunque te parezca mentira, realmente te hace efecto y te da un apoyo si estás tratando de encontrar las vibraciones correctas", dijo.
Bien es cierto que le benefició la falta de experiencia de Sinner, de solo 20 años, en este tipo de escenarios. Al italiano se le percibió nerviosismo a partir de la tercera manga y se vino abajo cuando más cerca tenía la victoria más importante de su carrera.
Norrie tras Sinner
La siguiente piedra en el camino de Djokovic es Cameron Norrie. Sin ser tan joven como Sinner -tiene 26 años-, el tenista británico nunca había pasado de tercera ronda en un Grand Slam. Está ante su momento de la verdad, aunque juega con el favor del público de Wimbledon que tanto se vuelca con sus compatriotas que están sobre la hierba.
Durante todo el torneo se ha tratado a Norrie como una de las figuras principales -jugando, incluso, la tercera ronda en la pista central-, aunque haya pasado con apuros dos de sus exámenes -ante Munar y Goffin-. Hay dudas de si puede llegar a ser una amenaza verdadera para el rey actual del decano de los torneos.
Casi 2.000 días invicto
1.821 días se cumplen este jueves sin que Djokovic haya perdido un partido en Wimbledon. 26 victorias seguidas, en las que seguramente solo la de la final de 2019 contra Roger Federer (7-6(5), 1-6, 7-6(4), 4-6, 13-12) fuera más agónica que la del martes ante Sinner. El último en ganarle allí fue Tomas Berdych, hace cinco años.
Solo hay tres rachas en el torneo de Londes mejores que la actual de Djokovic. Bjorn Borg (1976-1981), ganador de cinco Wimbledon de manera consecutiva, acumuló 41 victorias consecutivas, seguido por Roger Federer (2003-2008) con 40 y Pete Sampras (1997-2001) con 31.
Se busca un tenista capaz de derrocarle. Un máximo de dos podrán intentarlo este año. Primero el local, Norrie, y si este falla habrá un duelo con morbo. Lo sería contra un Kyrgios al que amas u odias, pero más aún contra Nadal. La rivalidad con el español y por lo que compiten en la parte final de sus carreras lo convertiría en un partido épico antes siquiera de que comenzara.
Al All England Club solo le quedan cuatro días de tenis. Cuatro días de todo o nada para Djokovic. Irse sin premio sería doloroso, peor aún si Rafa sube su cuenta de Grand Slam a 23. Y cuando se actualice el ranking ATP, restándole 2.000 puntos por no contar los de este año, caerá hasta el séptimo puesto. Demasiado castigo para el tenista que arrancaba el 2022 como el mejor sin discusión posible.