"Después del partido me senté y quería llorar". Es el dolor de Taylor Fritz (24 años), que rozó las semifinales de Wimbledon y, más importante, estuvo a punto de lograr la victoria más importante de su carrera. Pese a los problemas de Rafa Nadal, un león malherido, el estadounidense cayó en el supertiebreak final (3-6, 7-5, 3-6, 7-5 y 7-6(4)).
Lo tuvo en su mano Fritz cuando se puso con una ventaja de dos sets a uno. Nadal tenía que cambiar su juego por el dolor abdominal que le causaban ciertos gestos, como su saque habitual. Pero Rafa se levantó y ganó a Taylor y a sus males. Una vez más. Y cuando en esos momentos estás delante de él, una sensación de impotencia recorre todo tu cuerpo. Es lo que le pasó al americano.
"Estoy bastante seguro de que esta es la peor derrota de mi carrera, porque después del partido me senté y quería llorar. Nunca me ha pasado eso después de un partido. Nunca he sentido que pudiera llorar después de una derrota", reconocía Fritz en rueda de prensa.
"Solo con eso os podéis hacer a una idea de por qué esta derrota duele más que cualquier otra que haya tenido", añadió Fritz, que perdió en el superdesempate del quinto set y se quedó a las puertas de sus primeras semifinales en un Grand Slam. Se queda en cuartos, su mejor resultado aún así en un torneo de los grandes.
Fritz contó con sus propias palabras cómo vivió la enésima gesta de Rafa Nadal: "En el segundo set, cuando se veía mal, me hizo pensar cómo estaba. Dejé de ser tan agresivo y que se acercase un poco. Parecía como si no me moviese bien para algunos golpes y su saque perdió algo de velocidad", explicó.
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Y lo que se encontró no fue más que la resiliencia del campeón: "Hacia el final del segundo set jugamos algunos intercambios muy largos en los que le estaba moviendo de lado a lado y Nadal hacía cosas a las que creo que muchos jugadores no llegarían. Creo que después de que ganase el segundo set y esos intercambios largos, estaba de vuelta. Rafa jugó de forma normal, lo único que cambió fue la velocidad del saque".
Nadal perdió velocidad en el saque
Donde más notó los problemas de Nadal fue en su saque, el cual tuvo que adecuar el manacorí bajando la velocidad de este: "Al principio, cuando tuvo que parar, no sabía si estaba tan mal y por eso, durante un par de juegos no se movió de forma tan explosiva. No sé si tomó algún analgésico o algo y, cuando conoció el alcance de la lesión, supo que solo le afectaría al saque e intentó jugar desde atrás. No creo que Nadal se inventase una lesión. La velocidad de su saque cayó 10 o 15 millas por hora, y no lo haría sin ninguna razón".
Y Fritz añadió: "Se movió muy bien, jugó una defensa increíble. Estaba colocando pelotas en las esquinas y él llegaba y conectaba golpes ganadores. Estoy seguro de que jugó con mucho dolor. Todos tenemos lesiones y más en las fases finales de los torneos, pero, aún así, hay que jugar". Una vez más, Nadal fue un tenista ingobernable.