El 2022 de Novak Djokovic está siendo una montaña rusa de emociones, dentro y fuera de la pista. El año comenzó de la peor manera posible perdiéndose el Open de Australia en una polémica que dio la vuelta al mundo por su negativa a vacunarse, lo que hizo que la organización del torneo no le permitiera participar y el gobierno del país lo expulsara.
Por si fuera poco, el Grand Slam se lo llevó Nadal, con el que está enfrascado en una titánica batalla para saber quién es el tenista con más 'grandes' de todos los tiempos. Después de Australia y con la mejora a nivel mundial de la situación de la pandemia, Djokovic pudo participar en torneos como el Open de Madrid, donde fue eliminado por Carlos Alcaraz.
Además, le llegó la buena noticia de que también iba a poder participar en Roland Garros, pero París es 'territorio Nadal' y el balear le eliminó en cuartos de final. Nadal se llevó, otra vez, el título en la Philippe Chatrier, con lo que tomaba ventaja frente a un Djokovic que, al igual que Nadal, ha tenido distintos problemas físicos durante todo el año.
Sin embargo, parece que ahora los vientos han cambiado favorablemente para el serbio. Levantó su 7º Wimbledon hace unos días frente a Kyrgios en un campeonato en el que su principal amenaza, Nadal, se tuvo que marchar lesionado de la hierba británica después de clasificarse para la semifinal.
El 'pique' entre los dos tenistas no acaba ahí, porque ya no existe la posibilidad de que Nadal consiga el Grand Slam completo, algo que no se consigue desde que lo hiciera Rod Laver en 1969. Así, el último Gran Slam que queda por jugarse es el US Open, que dará comienzo el 29 de agosto y finalizará el domingo 11 de septiembre.
[Llaman "icono antivacunas" a Novak Djokovic y su mujer Jelena explota en Twitter]
La pista dura de Estados Unidos podrá determinar si Djokovic empata con Nadal en Grand Slam tanto este año como en total en su carrera (de ganar 'Nole' quedarían 2-2 en 2022 y 22-22 en total). También podría suceder que sea Nadal el que se imponga en Estados Unidos, lo que dejaría el marcador 3-1 este año y 23-21 en total. También podría darse que no gane ninguno de los dos y las cosas se queden como hasta ahora.
Además, la presencia de los dos en Nueva York no está asegurada. La lesión abdominal que hizo a Nadal retirarse de Wimbledon todavía no está curada y, aunque parece que podrá llegar en condiciones al US Open, el gran problema radica en que habrá que ver con cuánta preparación llega Rafa en pista dura. En cualquier caso, si Nadal se recupera físicamente se sabe que el balear siempre es competitivo, como ha demostrado este año.
Problemas con la vacunación
El caso de Djokovic es distinto, ya ha dejado los problemas físicos atrás y su ánimo está por las nubes después de reinar en la hierba de Londres. Sin embargo, su problema es extradeportivo. Se podría repetir lo que sucedió en Australia que, como se ha mencionado, no se le permitió jugar al serbio por la cuestión del covid.
Tan solo queda un mes y medio para que comience el 'grande' estadounidense y desde la organización del torneo todavía no se ha asegurado la participación de Djokovic. El balcánico espera poder disputar el US Open pese a no estar vacunado, tal y como ha confirmado durante la inauguración de un complejo de tenis en la ciudad bosnia de Visoko.
En este sentido, el tenista, que ya insistió en que no se vacunará, se fija el US Open como próximo gran objetivo, aunque dependerá de si los países le permiten la entrada al no tener la pauta de vacunación. "Si tengo permiso, estaré allí. Si no lo tengo, no iré, no es el fin del mundo", aseguró. "Soy un tenista profesional, no me meto en política ni en nada porque eso no me interesa. Tengo mi postura y soy partidario de la libertad de elegir lo que más te conviene. Respeto todo y a todos, y espero que la gente al menos respete mi decisión".
Djokovic recordó su experiencia en Australia, donde fue deportado al no estar vacunado, y explicó su posición. "La gente todavía piensa que forcé mi camino a Australia y traté de entrar sin permiso o con una exención, no es cierto", dijo. "Eso quedó probado en el juicio, así que nunca iría a un país donde no tuviera permiso para viajar. Me encantaría volver a Australia. Me encanta Australia, obtuve mis mejores resultados de Grand Slam en ese país".
En este sentido, el jugador aseguró que "ojalá pueda estar allí en enero porque quiero estar allí y también quiero estar en Nueva York. Quiero estar en Estados Unidos y en todos los lugares donde pueda jugar". Por si fuera poco, Djokovic se enfrenta actualmente a la perspectiva de perderse no solo el US Open, sino también los eventos ATP 1000 en Toronto y Cincinnati.
"Los viajeros aéreos que no sean ciudadanos ni inmigrantes a los Estados Unidos deberán estar completamente vacunados y proporcionar un comprobante del estado de vacunación contra COVID-19 antes de abordar un avión para volar a los EEUU", una declaración reciente emitida por la Casa Blanca.
Esperando una excepción
"No estoy vacunado y no planeo vacunarme", dijo Djokovic. "Entonces, la única buena noticia que puedo tener es que eliminen la tarjeta verde de vacunación obligatoria o como se llame para ingresar a los Estados Unidos o la exención. No sé. No creo que la exención sea realmente posible. Si esa es una posibilidad, no sé de qué se trataría la exención. No sé. No tengo muchas respuestas allí".
Un caso con ciertas similitudes es el del tenista Tennys Sandgren, uno de los pocos jugadores no vacunados del circuito que, al ser estadounidense, sí podrá disputar el torneo neoyorquino. El estadounidense ha defendido a Djokovic públicamente expresando su "vergüenza" porque la USTA (la asociación de tenis de EEUU y organizadora del torneo) "no luche por una exención para Novak". "¿Puedo jugar pero él no? Ridículo", expresaba en su cuenta de Twitter.
Ahora mismo, Djokovic no podría jugar en Nueva York, pero tanto él como su equipo esperan que se relajen las restricciones y pueda participar, como ha pasado con los tenistas rusos. Medvedev y Rublev estarán en Nueva York, aunque tendrán que hacerlo en condiciones especiales. Siempre con una bandera neutral y sin poder exhibir sus colores nacionales.