No pueden competir en todos los torneos, son denostados por algunos tenistas y abucheados por el público que, por el simple hecho de llevar la bandera de Rusia asociada a su nombre, les culpa de lo que pasa en Ucrania. Andrey Rublev y Daria Kasatkina abren por primera vez la posibilidad a renunciar a su nacionalidad y empezar a representar a otro país. Además, esta decisión podría afectar a España ya que ambos residen en Barcelona.
Wimbledon no les ha dejado participar en la última edición del Grand Slam, mientras su antigua compatriota Elena Rybakina ganó el cuadro femenino representando a Kazajistán. Moscú se atribuyó rápidamente su triunfo a pesar de que la tenista vendió su lealtad por unas condiciones económicas favorables. Eso sí, en ningún momento se pronunció en contra de la invasión de Rusia a Ucrania, epicentro de este terremoto que ha sacudido a todos los sectores.
Ese mensaje sí llegó por parte de uno de los dos tenistas que abren la puerta a darle la espalda a Vladimir Putin. Kasatkina expresó en una entrevista con el influencer ruso Vitya Kravchenko que lo que más desea es "que termine la guerra" y describió el conflicto como "una pesadilla". Todo ello a pesar de que el que critica esta decisión del gobierno de invadir Ucrania se expone a una pena de prisión en Rusia. Está claro que se distancian de todos los deportistas que han respaldado al presidente.
"Si hablamos sobre el acceso a Wimbledon, sería aceptable cambiar el pasaporte. Me permitiría participar. Si estamos vetados en todos los torneos y quiero continuar una carrera deportiva, entonces sí, esa sería una de las opciones", espetó Rublev. Esto llega justo la semana después que desde el Comité Olímpico Internacional hayan lanzado el primer mensaje sobre la posibilidad de que Rusia no vaya a estar en los próximos Juegos Olímpicos de París 2024.
Kasatkina midió sus palabras, pero dejó la puerta abierta: "Nuestra federación dejó de existir para la Federación Internacional de Tenis. Nos quitaron el campeonato mundial. Las cosas están en el aire con los Juegos Olímpicos... ¿Cambiar el pasaporte? Ya veremos". Esta entrevista se hizo viral por la confesión de la tenista rusa sobre su homosexualidad, un tema tabú en su país que está también suponiendo una presión extra sobre todo para los deportistas más jóvenes.
Rusia estaba encontrando en sus deportistas hasta ahora una figura relevante para mostrar a los suyos un apoyo total a la guerra que han provocado. La patinadora Kamila Valieva, aprovechando su protagonismo en los Juegos Olímpicos de Invierno, fue una de las caras visibles del deporte que se posicionaron a favor de Putin posando con él en las fotos. También lo han hecho el nadador Evgeny Rylov o los ajedrecistas Anatoli Kárpov y Sergey Karjakin.
Otro tenista como Daniil Medvedev, el ciclista Aleksandr Vlasov, o la mayor estrella del mundo del hockey sobre hielo, Alex Ovechkin, no han mostrado ni apoyo ni aversión. Entre los que apoyan y los que no hablan impera el miedo. Putin aprobó una ley por la que prevé castigar con entre 10 y 15 años de prisión la difusión de información falsa. Esta normativa también incluía penas de prisión de hasta 5 años por "acciones públicas" que busquen desprestigiar el empleo de las fuerzas armadas rusas en "la defensa de los intereses de Rusia".
Desertar de Rusia
Esta cuestión explica los tímidos rechazos que han mostrado algunos profesionales como Andrey Rublev. El tenista escribió en la cámara durante la final del torneo ATP de Dubái "no a la guerra". En su caso, prácticamente no pisa Rusia ya que vive en Barcelona. Pero el hecho de tener familia en su país le impide implicarse más en el rechazo a las acciones de Rusia en Ucrania. Este leve posicionamiento no le ha valido para que Wimbledon le deje participar en el Grand Slam.
El caso de Kasatkina tras confesar públicamente que es lesbiana se recrudece. Es ilegal promover la homosexualidad entre los niños en Rusia desde 2013 y la ley se utiliza para detener las marchas del orgullo gay o detener a los activistas. En el país se dice que esta normativa podría endurecerse hasta convertirse en una prohibición general. "Es importante que las personas influyentes del deporte, o de cualquier otra esfera, hablen abiertamente sobre la homosexualidad", sentenció la tenista.
Los deportistas rusos llevan sufriendo diferentes vetos durante más tiempo. En los dos últimos Juegos Olímpicos no han podido lucir su bandera, si no la del Comité Olímpico Ruso, por la trama de dopaje de Estado. Esta práctica nociva para el deporte y la salud de los profesionales sigue asociada al país gobernado por Vladimir Putin como queda demostrado en el informe de mitad de 2022. Es una razón más para distanciarse de la nación.
No es fácil decir adiós a tus raíces. La misma Rybakina, a pesar de llevar varios años como kazaja, no pudo compartir su éxito en Wimbledon con sus padres por el hecho de que están en Moscú. Algo así les sucedería a Rublev y Kasatkina si toman esta misma decisión. Lo que está claro es que la escisión en el deporte por la situación de Rusia en el mundo es una realidad. La solución para que sigan siendo profesionales podría pasar por dejar su patria atrás.