Al final de la noche, el eléctrico rugido de la grada estadounidense no dejó espacio a la duda del dueño de la despedida: Rafael Nadal regresó al circuito tras más de 40 días en blanco, pero se marchó con una derrota en su estreno en el Masters 1000 de Cincinnati.
Bajo los focos, el 7-6, 4-6, 6-3 de Borna Coric subrayó el peaje de la rotura abdominal (siete milímetros) que obligó al mallorquína retirarse horas antes de las semifinales de Wimbledon y le devolvió al circuito justo a tiempo. El Abierto de los Estados Unidos (desde el 29 de agosto) está a la vuelta de la esquina, y el campeón de 22 grandes afronta el desafío a contrarreloj.
Nadal no jugaba Cincinnati desde 2017, y tampoco entraba en sus planes hacerlo este año. En su vuelta a los entrenamientos después de varias semanas de reposo, una “pequeña molestia” en el abdominal entrenando el saque le obligó a cancelar el plan de reaparecer en Montreal, la única cita que pensaba disputar antes de asaltar en Nueva York el último grande de la temporada. En consecuencia, el número tres mundial cambió Canadá por Ohio, Montreal por Mason, un Masters 1000 por otro.
El miércoles, Nadal plantó su corazón en la pista para intentar una remontada de las de toda la vida, pero sin la ayuda del saque, obligado a regular los esfuerzos para evitar una recaída del desgarro abdominal que sufrió en Londres. Echando en falta horas en el armado de la jugada (sin la potencia ni la velocidad habituales), y con dudas en los momentos clave, el mallorquín cometió dos dobles faltas en el desempate del primer set, y otra más en el juego que le costó el break en el tercero (2-3). Solo entregó una vez su servicio, suficiente en un partido tan ajustado, decidido por tres detalles.
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Coric, una piedra para empezar tras una lesión y en una superficie distinta (desde finales de marzo sin jugar en pista rápida, encadenando la tierra batida con la hierba), apretó a Nadal desde el primer momento, consciente de la situación del balear, como un cazador apremiado por la oportunidad de hacerse con una presa en temporada baja. Durante toda el set inaugural, interrumpido más de una hora por la lluvia (con 5-4 para el balear en el marcador), el croata tiró con intención, persiguiendo la victoria con una marcha más que su contrario.
Un mal tie-break de Nadal (dos errores sencillos en las dos bolas de set, con 6-5 y 7-6) le dejaron viviendo en el alambre: el español resistió conquistando la segunda manga, pero se inclinó frente a un rival superlativo al que no pudo igualar en la tercera.
No estaba listo
Tras el encuentro, el tenista aseguró que "'no estaba listo para ganar", y reconoció que la lesión en los abdominales sufrida en Wimbledon todavía condiciona su juego y le impide competir al cien por cien.
"Obviamente no jugué mi mejor partido. Es algo que puede pasar, históricamente este torneo es difícil para mí. Regresaba después de un período complicado.Pero esto es algo fácil de aceptar, es fácil decir 'felicidades a Borna', simplemente fue mejor", dijo Nadal en la rueda de prensa posterior al encuentro del LindnerFamily Tennis Center.
Rafa Nadal reconoció que necesita "días" y entrenar para recuperar poco a poco su mejor estado de forma, tras rendirse por 7-6(9), 4-6 y 6-4 ante Coric. "Muchas veces hice cosas positivas regresando de unas lesiones, pero en este caso es obvio que no estaba listo para ganar hoy", dijo el mallorquín.
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Pese a las dificultades, Nadal había conseguido igualar el partido en el segundo set y también tuvo un 0-30 con Coric al saque en el tercer parcial que pudo cambiar la historia del encuentro.
"Si no sabes aprovechar esas ocasiones, pierdes. Pero sé el camino, lo más importante es estar sano. Vengo de una lesión difícil de gestionar. Con los problemas en los abdominales nunca sabes cuando te has recuperado al cien por cien", dijo.
Si no sabes aprovechar esas ocasiones, pierdes. Pero sé el camino, lo más importante es estar sano. Vengo de una lesión difícil de gestionar.
Destacó su agradecimiento con la organización del torneo y con los aficionados que le alentaron en la pista central, aunque consideró que "por alguna razón nunca" tuvo "las mejores sensaciones" en este evento.
"Es difícil analizar el partido. Cuando tienes una cicatriz, la línea es muy pequeña. Cuando la cicatriz no tiene mucha flexibilidad, tienes que tener cuidado en cada momento", afirmó.
"Probablemente haré algún test para estar seguro de que todo está bien. Pero entrené mucho mejor de cómo jugué hoy. No pasa nada", insistió. El próximo desafío de Nadal será el Abierto de Estados Unidos, que comenzará el próximo 29 de agosto y es un torneo en el que tiene "recuerdos fantásticos".