Paula Badosa y Garbiñe Muguruza no están viviendo su mejor año como profesionales. El 2022 comenzó para ellas como un año donde consagrar las buenas sensaciones mostradas en 2021. Sin embargo, se ha mostrado como una auténtica odisea para ellas. Lejos de las mejores en los grandes torneos y con sensaciones negativas dentro de la pista para ellas.
El final de temporada realizado por ambas la temporada pasada fue espectacular. Por un lado, Badosa hacía historia levantando el Masters 1000 de Indian Wells y Muguruza hacía lo propio en el WTA Masters. Dos de los torneos más importantes de la recta final del año llevaban su nombre. Acabaron las dos en el top 8 del ranking y estaban destinadas a consagrarse en 2022.
La nueva temporada comenzó por todo lo alto para Badosa. Un título en Sídney hizo presagiar que lo mejor estaba por venir. Sin embargo, todo se torció completamente para ella. Dudas y más dudas, especialmente por la presión soportada en las continuas comparaciones con Rafa Nadal hicieron mella en su persona.
El problema fue aún mayor para Muguruza. La caraqueña volvía a dar muestras de su irregularidad desde el comienzo. Primero los problemas físicos en la muñeca la apearon de los primeros torneos de la temporada, después no encontró sus sensaciones en la pista. Una constante que ha hecho que su año haya sido malo, más tras el renacimiento que tuvo en a finales de 2022. Por primera vez desde julio de 2021, Muguruza decía adiós al top ten tras su mal resultado en el US Open tras más de un año consecutivo en él.
Lo que es casi seguro es que Garbiñe y Paula no estarán en las WTA Finals. La presencia de Muguruza se antoja prácticamente imposible. Alojada en el puesto 47 de la 'Race', clasificación que mide los puntos de la temporada, parece altamente improbable su presencia en Guadalajara. Por su parte, Badosa está en el puesto 11 de la misma. A 400 puntos del octavo puesto, necesitaría un sobresaliente final de temporada, teniendo en cuenta que defiende los 1000 puntos de Indian Wells, por lo que tiene muy complicado conseguir el billete.
[La crisis de Paula Badosa: "Me gustaría salir de una pista de tenis y que nadie supiera quién soy"]
Año desastre
Hace apenas once meses, Badosa y Muguruza estaban llamadas a pelear por ser la número uno. Un puesto que recaía sobre la ya retirada Ashleigh Barty y que más tarde ha sido asumido por la implacable Iga Swiatek. Su sensacional recta final del año 2021 las posiciona en la tercera posiciónaba de Garbiñe y el octavo para Paula.
El bajón de Muguruza sí que se ha plasmado en las listas, pasando del podio a estar duodécima. Por su parte, Badosa ha ascendido hasta la cuarta plaza. Aún así, las dos se encuentran muy lejos de las expectativas.
[Paula Badosa "no gana ni al parchís": el descenso a los infiernos tras rozar el número 1 del mundo]
El mejor ejemplo de ello son sus participaciones en los Grand Slams. Para la de Manhattan el mejor resultado ha sido unos octavos de final en Australia. La caraqueña, por su parte, ha sumado unos dieciseisavos como mejor experiencia en ellos. Unos datos bajos para ambas, especialmente para Muguruza, que ya sabe lo que es ganar uno.
Sus números tampoco son mucho más inspiradores. Un título entre las dos, el de la catalana en Sídney. Y las victorias se han reducido de sobremanera debido a los constantes tropiezos. Badosa presenta una carta de 30 victorias por 18 derrotas, es decir, menos de dos triunfos por cada partido perdido.
Mucho más sorprendente es la estadística de Muguruza. Un año nefasto para ella en cuanto al porcentaje de partidos ganados. Acumula doce encuentros vencidos por dieciséis perdidos. Una muestra de su constante irregularidad sobre la pista, donde ha dejado pocos destellos de su calidad.
La presión, muy presentes
Uno de los grandes focos donde se ha puesto el mal rendimiento de ambas jugadoras es en la presión. Las constantes comparaciones, especialmente de Badosa, con la figura de Rafa Nadal hicieron rendir peor a las dos jugadoras sobre la pista.
[Garbiñe Muguruza: "La presión me está encogiendo a veces"]
La nacida en Manhattan incluso se rebeló contra ellas. En un ejercicio de valentía, sacó fuerzas de su interior para alzar la voz y recalcar que no le hacían bien esas comparaciones. De prácticamente exigirle el número de uno del mundo como a su compatriota a pedir una tregua con ellas.
"Las comparaciones con él han hecho mucho daño y lo de coger el legado hay que empezar a descartarlo, es imposible. Hablamos del mejor deportista de la historia, no solo en España", expresó sobre las continuos símiles con el ganador de 22 Grand Slams.
"Me gustaría estar menos expuesta, no es algo que yo disfrute. Me gustaría salir de una pista de tenis y que nadie supiera quién soy. Es una presión extra a la que no estoy acostumbrada", explicaba sobre la actual situación que está viviendo en El Larguero.
Sin embargo, en el polo opuesto se encuentra el caso de Muguruza. Ella llegó a reconocer que las comparaciones le agradaban. Un caso contrario al de la otra española, aunque también las ve cómo un arma de doble filo en caso de que los resultados no sean favorables.
[Paula Badosa retrata a uno de sus seguidores: de verla como número 1 a pedir su retirada]
"Yo tengo unos años más de experiencia y a mí esa presión en cierto modo me gusta. Aunque yo siento que la gente tiene muchas expectativas y, cuando ve que no me va bien, se pregunta qué ha pasado. Es un arma de doble filo", reflejaba en un acto publicitario la caraqueña.
Badosa y Muguruza se han visto relegadas a casi un segundo plano en este 2022 y no les queda otra que borrón y cuenta nueva de cara a 2023. La calidad que atesoran en sus raquetas tiene que ayudarlas a remontar el vuelo de cara a la próxima temporada, aunque aún pueden cerrar con una alegría este año. En su poder está.