En los últimos tiempos, la presión está llevando a muchos deportistas a replantearse sus carreras deportivas e incluso a retirarse antes de tiempo. Son varios los episodios recientes de atletas de élite que sucumben ante situaciones de máxima exigencia que no pueden soportar, y en el tenis el ejemplo de Paula Badosa es uno de los más claros.
Sin embargo, la española no es la única tenista en el cuadro femenino que lo está pasando mal y que ha alegado tener problemas con la presión en los momentos más complicados. La última víctima de todo ello ha sido precisamente la número 1 del mundo del ranking WTA, Iga Swiatek, que cayó eliminada en los octavos de final del Abierto de Australia contra todo pronóstico ante Elena Rybakina.
La polaca reconoció que ha sentido en este torneo una presión desmedida y que, de hecho, tuvo más miedo a lo largo de toda la competición a no perder que ansias de poder ganar. Todo ello le ha terminado lastrando y ha dado con ella saliendo del cuadro antes de lo esperado cuando era una de las grandes favoritas para hacerse con el título en el país oceánico.
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Así lo confesó ella misma después de su derrota y de no poder acceder a los cuartos de final: "Sentí la presión y sentí que no quería perder en lugar de querer ganar. Creo que ese es un tema en el que debería concentrarme durante las próximas semanas", dijo la polaca, en clara referencia a que la situación le había superado.
Una exigencia desmedida
Estos deportistas del más alto nivel se encuentran sometidos a altos niveles de exigencia que, en ocasiones como esta, terminan haciéndoles caer en una espiral negativa. El caso de Swiatek es otro de ellos, ya que después de esta derrota contra Rybakina siguió con sus confesiones: "Las dos últimas semanas han sido muy difíciles para mí. Simplemente he sentido que he dado un paso atrás en la forma en la que enfoco estos torneos. Es por eso que voy a tratar de relajarme un poco más, nada más".
Insistió en varias ocasiones la polaca en su mensaje de tener que resetear la cabeza y volver a enfocarse en sus objetivos: "Ahora necesito trabajar en mí, en la mentalidad y poder pelear de forma similar a como lo hice la temporada pasada. Ahora me tomaré algo de tiempo para tratar de resetear”.
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Por otra parte, también le preguntaron a la jugadora europea si había notado alguna diferencia a la hora de encarar este Abierto de Australia como número 1 del mundo: "No creo que eso importe. Lo vivo diferente porque me siento diferente. Pero fui número uno en Roland Garros, también en Wimbledon y el US Open y pude, tal vez no en Wimbledon, pero pude jugar bien y competir. No creo que eso importe".
Ahora, Australia se ha quedado sin su último número 1 en el torneo. Carlos Alcaraz, el mejor en el ranking ATP, no pudo estar en el primer Grand Slam de la temporada, y ahora la mejor del cuadro femenino se marcha para casa antes de lo esperado.