Roland Garros (desde el próximo 28 de mayo) apunta a escenario de guerra. Después de su título en el Abierto de Australia, Novak Djokovic (22 grandes) llegará a París empatado con Rafael Nadal (otros 22) en número de trofeos de Grand Slam, factor de peso en la carrera por ser el mejor tenista de todos los tiempos. El serbio, que ha ganado dos veces la Copa de los Mosqueteros, sabe que tiene un reto mayúsculo por delante: aunque haya sido el único que lo ha logrado dos veces (2015, 2021), ganarle a Nadal en la Philippe Chatrier sigue siendo el desafío más grande del deporte moderno.
"Mientras Rafa juegue, siempre será favorito en Roland Garros", dijo Goran Ivanisevic, entrenador del serbio. "Se retroalimentan entre ellos. Ahora tienen los dos 22 títulos de Grand Slam, aunque toca ir a jugar a Roland Garros, que es el terreno de Rafa. Pero claro que Novak puede ganar…".
"Por supuesto, estoy motivado para ganar tantos grandes como sea posible", se arrancó Djokovic tras conquistar Melbourne por décima ocasión, superando a Stefanos Tsitsipas en la final. "En esta etapa de mi carrera, estos títulos son la razón por la que sigo jugando", prosiguió el serbio, desde este lunes de nuevo número uno mundial. "Realmente nunca me gustó compararme con los demás, pero es un privilegio ser parte del debate de los mejores jugadores de todos los tiempos. Es muy halagador si la gente me ver así porque sé todo el esfuerzo y energía que pongo para ganar un Grand Slam".
Nadal ganó su último Grand Slam en Roland Garros en 2022. Para conseguirlo, el español tumbó a Djokovic en cuartos de final en un cruce liberador que catapultó al mallorquín hacia la victoria. Ahora, sin embargo, la situación es diferente: Nadal estará entre seis y ocho semanas de baja como consecuencia de una lesión de grado 2 del psoas ilíaco de su pierna izquierda. Eso, sumado a todos los problemas que le impidieron competir el curso pasado con regularidad, rodean de enigmas su asalto a la gira de tierra batida, históricamente su parte predilecta del calendario.
"Yo todavía tengo mucha motivación", avisó el serbio. "No tengo ninguna intención de detenerme aquí. Me siento muy bien con mi tenis y sé que cuando estoy así, física y mentalmente, tengo la oportunidad de ganar cualquier Grand Slam contra cualquier rival", siguió. "Me gustan mis posibilidades de cara al futuro, pero nada se da por sentado. Hay muchos jugadores que quieren estos títulos o llegar al número uno del mundo".
Nadal cumplirá 37 años el próximo mes de junio y Djokovic 36 en mayo. La diferencia, no obstante, es evidente: al español le han perseguido las lesiones con fiereza durante mucho tiempo y el serbio ha escapado de casi todas ellas, un importante condicionante para seguir aspirando a todo.
"No sé cuántos años más voy a jugar, depende de varias cosas", advirtió Nole. "No depende solo de mi cuerpo. Es muy importante para mí tener el apoyo de los míos y la capacidad de jugar y mantener el equilibro con mi vida privada sin perder la aspiración de esforzarme por lograr estos títulos", añadió. "Físicamente puedo mantenerme en forma. Por supuesto, 35 años no son 25, aunque quiero creer que lo son. Todavía siento que tengo tiempo por delante. Vamos a ver hasta dónde llego".
El gran pulso por la historia ya tiene lugar: París y Roland Garros, la catedral de la tierra batida como juez de un combate único.