Novak Djokovic ha caído derrotado en los octavos de final del Masters 1000 de Montecarlo. Un adiós prematuro en el torneo para uno de los favoritos, que se topó con un Lorenzo Musetti aguerrido. El tenista italiano consiguió darle la vuelta al partido tras perder el primer set y acabó desquiciando al serbio, que perdió los papeles durante el encuentro.
La lluvia fue otra de las grandes protagonistas del partido de segunda ronda. Hizo acto de presencia una vez finalizó el segundo set y obligó a suspender temporalmente el encuentro cuando el partido se encontraba empatado en el marcador. Y fue en el regreso a la pista donde una de las grandes esperanzas de Italia pudo darle la vuelta.
Un triunfo que se convierte en una revancha de lo vivido en el partido de Roland Garros en 2021. Aquel partido lo acabó ganando Novak Djokovic tras una sonada remontada frente a Musetti, que tenía una ventaja de 2 sets a 0. Esta vez, en Montecarlo, el transalpino fue controlar sus nervios y llevarse el partido por 6-4, 5-7 y 4-6 en una batalla que se prolongó hasta cerca de las tres horas.
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Pese a la buena puesta en escena de Djokovic, lográndose llevar el primer set por 6-4. Musetti supo sacar a relucir su mejor repertorio de saques en la segunda manga y se la apuntó frente a un desesperado número 1 del mundo. En la tercera y definitiva, el italiano dispuso de cuatro bolas de partido, aprovechando la última para conseguir la victoria más importante de su carrera a los 21 años.
Por lo tanto, Djokovic vuelve a encontrarse con sus fantasmas sobre la tierra de Montecarlo. En la edición de 2022 ya cayó en su estreno frente a Alejandro , por lo que no podrá sumar más puntos sobre el polvo de arcilla en el torneo monegasco.
Nole, desquiciado
La imagen más negativa de Djokovic llegó en el segundo set. Tras realizar una de las peores mangas que se le recuerdan al servicio, el serbio acabó completamente desquiciado ante su mal juego y una decisión del juez de silla. Una decisión errónea, que le quitó un punto a su favor, y el abucheo del público provocaron que perdiese los papeles.
Cuando regresaba al banquillo, Djokovic golpeó con una fuerza desmedida a su raqueta para acabar rompiéndola. Una acción que no gustó nada a los presentes en las gradas de la Court Rainier III y que mostró su peor cara en la derrota.