"Si mi cuerpo me responde, tengo fe en que voy a poder hacer algo que valga la pena el año que viene". Esa fue una de las muchas reliquias que dejó Rafa Nadal en la conferencia de prensa que ofreció este pasado jueves en su academia para anunciar que no estará en Roland Garros y que, casi con total seguridad, 2024 será su último año como profesional.
El calvario de lesiones que viene sufriendo durante los últimos tiempos se ha convertido en un infierno y la última consecuencia es que tendrá que parar de jugar al tenis durante un tiempo indeterminado. Rafa no estará en París, pero ese es casi el mal menor, porque detendrá sus entrenamientos para tratar de regenerar su cuerpo de cara a un año que servirá como 'último baile'.
Nadal se mostró fuerte, consciente de una dura realidad que se ha cruzado en una de las mejores carreras de toda la historia del tenis. Le dio una naturalidad asombrosa a uno de los momentos más duros de su vida, el de asumir que todo está muy cerca de terminarse y que más pronto que tarde todo lo que conocía hasta ahora cambiará de manera drástica.
Sin embargo, su cuerpo ya no resiste más. Hace no mucho que las molestias físicas le llevaron al borde de la retirada y aún así supo volver para ganar. Pero los milagros no se dan cada día en el deporte y el tenista español está hecho polvo. Con todo el dolor de su alma cederá el trono de Roland Garros, si bien en su mente ya se dibuja un 2024, el de su marcha, en el que quiere despedirse por todo lo alto.
Para ello tendrá que seleccionar muy bien sus objetivos y, aunque querrá exprimir al máximo sus últimos meses como profesional, confeccionará un calendario que pueda asumir. Nadal ya ha dicho que quiere jugar la Copa Davis a finales de este mismo año, y también que le gustaría estar en los Juegos Olímpicos de París 2024. Ahí, en la capital gala, es donde buscará cerrar una trayectoria perfecta y conseguir su decimoquinto Roland Garros.
El mejor en Roland Garros
El rey de la tierra batida de París no podrá defender su corona en este 2023. El abanico de aspirantes a recoger su testigo se abre ahora más que nunca, porque aunque Nadal no llegara a Roland Garros en las mejores condiciones siempre partía como el favorito número uno a la victoria por razones obvias.
El balear no quiere despedirse del tenis sin tener una última oportunidad de añadir un entorchado más a su palmarés, así que en 2024 se preparará a conciencia para llegar de la mejor forma posible a su torneo fetiche. El dolor de no poder jugar este año en la Philippe Chatrier es demasiado grande, pero su físico se lo ha impedido. "No es una decisión que tome yo, la toma mi cuerpo", comentó en su comparecencia.
En París le echarán de menos este año y la expectación que se puede formar por ver por última vez en acción a Rafa Nadal en Roland Garros el año que viene desbordará las mejores previsiones del torneo. El balear se siente allí como en casa, y desde luego que nada le haría más ilusión que poder levantar el trofeo en la pista central en la última temporada de su carrera deportiva.
Además, está la carrera del 'Big Three' por ver quien es el hombre con más Grand Slam. Roger Federer se despidió con 20, mientras que Nadal y Djokovic mantienen abierta la pelea con el empate a 22 grandes títulos. Así, conseguir un Roland Garros más para Rafa supondría un balón de oxígeno en una disputa que se le está poniendo muy de cara a Nole.
La Davis y los Juegos
El parón físico de Rafa Nadal es indeterminado. Ni él mismo sabe cuándo podrá regresar a los entrenamientos y, ni mucho menos, volver a la competición, pero lo cierto es que no ha bajado los brazos definitivamente en este 2023. Pese a que todo irá enfocado a 2024, en la planificación ayudará cerrar este año ya recuperado e ir rodado para los meses siguientes.
Es ahí donde aparece en los propósitos de Rafa la Copa Davis. En el mes de noviembre se disputará la última fase de esta competición y el balear no quiere desperdiciar la ocasión de representar una vez más a su país en este torneo tan emblemático. "La Copa Davis, a final de año, puede ser un objetivo", comentó en su conferencia de prensa.
Esto sería como el preludio a un último año cargado de ilusión y de emociones. Rafa deberá escoger al dedillo su calendario y, si el cuerpo le respeta, seguro que los Grand Slam tendrán prioridad sobre el resto de torneos. Desde Australia en los primeros compases de 2024, pasando por el innegociable Roland Garros y tratando de aguantar hasta Wimbledon o el US Open.
Sin embargo, el próximo año tiene una característica especial que puede convertir en mágica la última temporada de Rafa Nadal porque se disputan los Juegos Olímpicos. París acoge esta cita que nadie quiere perderse nunca, tampoco el balear. "Me gustaría jugar lo que es importante para mí el año que viene y los Juegos Olímpicos lo son", comentó Rafa acerca de esta cita.
Un oro olímpico sería una forma mágica de cerrar una carrera deportiva sin parangón. Cargaría de argumentos a aquellas voces que defienden que Nadal es el mejor deportista español de todos los tiempos, y sus rivales ya saben que deberían andarse con un cuidado extra porque los JJOO se disputan en París, en ese mismo lugar donde tantas veces Nadal ha salido campeón. La conexión es absoluta.
Un escalón por debajo en el orden de prioridades estarán otros torneos especiales, especialmente los de casa. El Mutua Madrid Open es un lugar digno de despedirse sobre la pista, al igual que el Conde de Godó. Otras competiciones como Montecarlo también guardan una relación distinta con Rafa, que confía en no tener problemas para participar aunque se desplome en el ranking. "Creo que eso sí me lo he ganado", dijo con toda la razón del mundo.
El final de una trayectoria deportiva de lo más brillante ya se ve más cerca que nunca. "Todo tiene un principio y, desgraciadamente, todo tiene un final", dijo Rafa. Es ese final, el que llegará en 2024 salvo sorpresa, el que quiere que sea especial.