De vuelta al ruedo. Carlos Alcaraz (El Palmar, 2003) se encuentra desde este viernes en tierras americanas. Allí inicia una gira que le llevará hasta el US Open, el último Grand Slam del año, en el que además defiende por primera vez corona, y que empieza el 28 de agosto. La primera parada es Toronto, donde este año se celebra el Masters 1.000 de Canadá.
El vuelo desde Madrid lo emprendió sin Juan Carlos Ferrero, que se incorporará más adelante para el Masters de Cincinnati (12-20 de agosto). Mientras tanto, sus funciones con Alcaraz las hará Antonio Martínez Cascales, mentor del extenista valenciano y director de la Academia de Villena donde se ha formado Carlitos desde que era adolescente.
Antes de emprender ese viaje, Martínez Cascales atendía a EL ESPAÑOL. Él vivió en primera persona, desde el box en la pista, la histórica victoria de Alcaraz en Wimbledon y se emocionó como Juan Carlos. Pero todos han tenido poco tiempo para desconectar y volver a ponerse el mono de trabajo de cara a la recta final de la temporada.
Cuenta Antonio que él y Ferrero volvieron de Wimbledon casi a la noche del día siguiente a la final. Era lunes y el martes, a primera hora, emprendieron un viaje en moto junto a dos amigos hacia los Pirineos. Por eso hasta hace poco le quedaban mensajes sin leer por la victoria de Alcaraz en Londres. "Pasamos hasta el domingo haciendo una ruta de moto, de desconexión", explica.
Alcaraz, por su lado, apenas pudo parar ya que cinco días después tenía que jugar la Copa Hopman, en Niza, y en su equipo reconocen que era "un compromiso que vino muy a contrapelo". "Fue muy profesional y fue a competir, pero lo mejor habría sido descansar", reflexiona Antonio. Despues el murciano tuvo su merecido descanso, que lo pasó tranquilo, solo con un viaje exprés a Madrid para sacarse el visado de China para poder jugar en octubre el Masters de Shanghái.
El aprendizaje del US Open
Lo que no le tocó a Alcaraz fue atender más compromisos. "Se han querido quitar esos compromisos que lo llevaron de cabeza después del US Open", explica Antonio. Y es que en el equipo de Alcaraz, con su agente Albert Molina al frente cuando toca hablar con las marcas, no querían que volviera a pasar por aquella exposición tras ganar su primer Grand Slam que le acabó pasando factura.
Hace casi un año explotó definitivamente el 'fenómeno Alcaraz' y el murciano no pudo pasar con la raqueta todo el tiempo que Ferrero y Antonio hubieran querido. Atender este tipo de compromisos va implícito en cada estrella del deporte ahora, pero tras Wimbledon esta vez se ha querido cuidar más aún y que Carlitos se tome un respiro de verdad.
Si bien los aficionados lo siguen viviendo como algo muy mediático, y seguirá yendo a más, para Carlos y su equipo el éxito no debe suponer otra cosa que tener mayor ambición para seguir ganando y cumpliendo objetivos: "Pese a que el triunfo de Wimbledon tiene una repercusión enorme por la pista que es y, sobre todo, por el rival, seguimos manteniendo los pies sobre el suelo. Y él sobre todo", cuenta Antonio.
"Está muy tranquilo", repite el que hará de entrenador de Alcaraz en Toronto como ya lo fue en Buenos Aires y Río de Janeiro en el primer trimestre del año. El equipo ha diseñado un calendario que permita a Ferrero tomarse algún respiro extra durante el año y pasar más tiempo con su familia (o visitar la Rafa Nadal Academy, como ha hecho estos últimos días), aunque se pierda algunos torneos como también pasó en Queen's.
Antonio ha estado también al frente de la preparación de Carlos antes de viajar a Canadá. Han sido seis días de trabajo, empezando por el sábado pasado y el domingo en los que solo hizo físico. Después tuvo cuatro días de tenis, dos en Murcia (lunes y martes), en su escuela, y otros dos en la Academia de Villena (miércoles y jueves).
La valoración de Antonio es positiva: "Muy contentos porque lo ha hecho muy bien, con buenas sensaciones, muy profesional y sobre todo con muchas ganas. Han sido cuatro días de tenis muy positivos", recalca sobre esta corta preparación que ahora sigue en Toronto antes del debut.
Listo para Toronto
El estreno de Alcaraz, exento de la primera ronda al ser el primer cabeza de serie, no será hasta el miércoles 9. El motivo de haber viajado con tanta antelación es para que Carlos pueda acoplarse algo más al cambio de horario (en Toronto son seis horas menos que en España). Cuando debute, que será de noche, aquí estará bien entrada la madrugada.
Es un condicionante a tener en cuenta en el inicio de una gira: "Costará un poquito", reconoce Antonio. Aunque ninguno en el equipo va con otras expectativas que no sean "las más altas". "Va a intentar ganar todo lo que pueda. No puede ser de otra forma siendo número 1 y con el año que lleva. Luego puede pasar que pierda en el segundo partido, por ejemplo, como lo perdió en 2022 en Canadá siendo también un muy buen año. Esas cosas siempre pueden pasar", añade el que fuera entrenador de Ferrero en sus días como profesional.
Lo que no afecta es la presión: "Ya ha crecido hasta donde tenía que crecer y es difícil que crezca más. Es el número uno, va de favorito a todos los torneos... Él lo lleva bien". Todos quieren vencer a Alcaraz, aunque eso no será sencillo para nadie: "La gente ya le tiene respeto y para ganarle hay que jugar un partido redondo y que él no esté a nivel medio-alto. Ya estando en ese nivel muy complicado".
Y en pista dura ganar a Alcaraz es difícil, teniendo el tenista un balance de 10-1 este año y un global de 75% de victorias como profesional sobre esta superficie. Para el carrusel e torneos que acabará en el US Open le han insistido en el saque y las sensaciones son positivas. "Creo que puede hacer una gira muy buena", concluye Antonio. El número 1 y vigente campeón de dos de los cuatro Grand Slam del circuito está de vuelta.