Carlos Alcaraz consiguió llevarse la victoria en la exhibición de final de año disputada contra Novak Djokovic en Riad. Lo hizo en tres sets, en un ambiente de fiesta y de buenos gestos entre ambos tenistas, pero también con una última manga, la definitiva, en la que la intensidad subió de manera notable y dejó alguna muestra de lo que puede pasar en el próximo Abierto de Australia.
Este tipo de encuentros amistosos siempre dejan imágenes de lo más curiosas, y algunas de estas instantáneas no podían fallar en este choque. Estando frente a frente los dos mejores tenistas del momento se esperaba no sólo un buen feeling entre ambos, sino también golpes de una gran espectacularidad dada la clase de ambos.
Y efectivamente los pronósticos no fallaron. A lo largo de los tres sets se pudieron ver algunos lances increíbles que levantaron al público de sus asientos y que provocaron gritos de admiración, aunque las loas también se traspasaron a la pista entre los propios protagonistas.
Uno de los mejores golpes del encuentro llegó ya en el tercer set, precisamente cuando la intensidad del juego se elevó de forma sobresaliente. Con 1-3 en el marcador a favor de Alcaraz y con bola para el 2-3, Djokovic parecía encaminar el juego con su servicio pero tuvo que rendirse a la obra de arte de Alcaraz.
Con una derecha, el serbio prácticamente sacó de la cancha al de El Palmar, pero cuando parecía que el punto iba a caer de lado de Nole la acción sufrió un cambio radical. Lejos de darse por vencido, Alcaraz corrió a por la bola, llegó forzado y sacó todo su arsenal con un golpe con su brazo derecho.
Más allá del pasillo de dobles, Carlitos hizo magia. Devolvió la bola a la pista, superó la red e hizo que botara en la otra mitad muy pegada al pasillo, casi tocando la línea. Quedó muy claro que Djokovic no se esperaba esta reacción de Alcaraz porque se quedó absolutamente 'pasmado'.
En clara señal de admiración, el serbio tiró la raqueta al suelo y dio varios pasos con la mirada al frente y con una sonrisa en la boca, resignado a no poder hacer nada ante el golpe de su rival. Desde el otro lado de la cancha, y pegado a las vallas de publicidad, Alcaraz le devolvió el gesto con unas carcajadas.
Una buena manera de demostrar la sintonía y el respeto que se tienen ambos pese a que en plena competición y sobre la cancha peleen por los mejores torneos y por el número 1 del ranking mundial.