Novak Djokovic ya está en los cuartos de final del Open de Australia. El número 1 del mundo barrió en la pasada madrugada al francés Adrian Mannarino sin dar ninguna opción a la sorpresa y superó su cuarto partido en el torneo sin apenas despeinarse.
Fue el encuentro más cómodo hasta el momento de Nole en el primer Grand Slam de la temporada. Después de dos choques iniciales en los que incluso llegó a ceder un set en cada uno de ellos ante rivales de menor entidad, en la tercera ronda contra Etcheverry tuvo que llegar al tiebreak en el tercer set, pero con Mannarino la historia fue muy diferente.
El marcador fue contundente y deja claro quién dominó en todo momento (6-0, 6-0 y 6.3). Los dos primeros sets cayeron del lado del tenista serbio con una facilidad pasmosa, así que Mannarino prácticamente no existió al otro lado de la pista durante estos dos primeros parciales. Ante una superioridad tan manifiesta, el público se volcó con el francés y le apoyó al máximo para que al menos pudiera plantar cara y evitara otro 'rosco' en la tercera manga.
Djokovic lo notó en la pista y así lo manifestó posteriormente en sus declaraciones: "Pienso que fue bueno perder un juego porque estaba creciendo la tensión en la grada. Querían que Mannarino ganara un juego y se metiera en el partido. Era inevitable no pensar en la opción de ganar por un triple 6-0", llegó a comentar el serbio sobre la actitud de la afición. Incluso en un momento en el que la situación se complicó, el serbio llegó a lanzar un beso a la grada.
El primer juego de Mannarino en todo el encuentro llegó con su primer servicio en el tercer set. Significaba el 1-1 en aquel momento y el público lo festejó por todo lo alto. Eso sí, el galo no pudo evitar la rotura en el siguiente saque y Nole tomó una ventaja insalvable, aunque Mannarino pudo terminar haciendo tres juegos para despedirse del torneo con un mejor sabor de boca.
Djokovic, no obstante, recordó que no es para nada habitual ganar de manera tan sencilla en un Gran Slam y menos pensar en vencer por un triple 6-0, dejando al rival de vacío: "No había estado muchas veces en esta situación. Quizás la primera fue en mi primer Roland Garros, cuando iba ganando a Ginepri por 6-0, 6-0 y 3-0", recordó el número 1 del mundo.
Su relación con la grada
En esta ocasión la tensión con la grada, que pasó a apoyar claramente al rival de Djokovic, no pasó a mayores, pero es relativamente habitual ver a Nole teniendo algunos capítulos de tensión con los aficionados a lo largo de la temporada.
De sangre caliente, el serbio salta con algunos comportamientos y en su encuentro de segunda ronda contra Popyrin volvió a quedar en evidencia su manera de ser. Durante un momento de choque, Djokovic se giró a la grada y se llegó a encarar de manera clara con un aficionado que estaba sentado en su butaca.
"Ven aquí y me lo dices", se pudo escuchar decir al serbio a aquel aficionado mientras sonreía de manera irónica y le hacía gestos invitándole a bajar a la pista. Aquel capítulo no pasó a mayores y Nole pudo cerrar su victoria de forma cómoda para seguir adelante en el torneo.