Carlos Alcaraz no afloja en tierras estadounidenses. El tenista español continuó este martes con su show en los octavos de final del Masters 1.000 de Miami. El número 2 del mundo arrolló al italiano Lorenzo Musetti en dos sets (6-3 y 6-3) en un enfrentamiento que apenas duró una hora y 25 minutos.
Tras nueve partidos consecutivos ganados, al murciano le espera en cuartos el búlgaro Grigor Dimitrov (nº 12 del mundo), que remontó al polaco Hubert Hurkacz (nº 9) por 3-6, 6-3 y 7-6(3) en dos horas y 41 minutos.
Dimitrov es una pesadilla absoluta para Hurkacz, al que ha ganado en sus cinco encuentros hasta ahora. Frente a Alcaraz no puede decir lo mismo, ya que el murciano domina los precedentes ante el búlgaro por 3-1. No obstante, Dimitrov se impuso en el último cruce entre ambos en los octavos de Shanghái en 2023.
En cualquier caso, todo le va de maravilla ahora a Alcaraz, que desde que puso un pie en Indian Wells y revalidó su título en el desierto californiano ha desplegado un tenis tan espectacular como abrumador. Sin ir más lejos, lleva tres encuentros en Miami y todavía no ha cedido un set.
Esta vez se enfrentaba a un rival generacional, ya que Musetti tiene 22 años por los 20 del prodigio de El Palmar. Pero desde que el italiano le venció en 2022 en la final de Hamburgo, Alcaraz se ha llevado los otros tres duelos entre ambos contando este.
Con Alcaraz enfrente y a tope de revoluciones no hay ni un segundo de tanteo o calentamiento, ni siquiera en el inicio del partido, y Musetti lo sufrió en primera persona. El vencedor de Miami en 2022 apretó al de la Toscana en su primer turno al servicio. No concretó su primer punto de break pero selló el segundo y, ganando su saque con autoridad, dejó pronto encauzado el primer set (2-0).
Con la confianza por las nubes y una movilidad perfecta sobre la pista, Alcaraz abrió su inagotable baúl de maravillas: una derecha por aquí, un globo por allá, una dejada para romper el ritmo, una subida a la red, saques robustos uno tras otro...
Al otro lado, se desperaba Musetti y negaba con la cabeza. Tenía buenas ideas e intenciones interesantes, pero sus golpes siempre llegaban con un centímetro de más o de menos. Mientras, Alcaraz seguía a lo suyo con un juego intratable. Ni siquiera una leve mejoría de Musetti, que empezó a soltar el brazo arriesgando más, cambió su plan.
Al resto, repitió el guion del primer juego. No pudo finiquitar su primera bola de set, pero la segunda no la dejó escapar: devolvió el saque del italiano casi desde el muro y, en un visto y no visto, apareció en la red para cerrar la primera manga en 38 minutos (6-3).
El mejor momento del transalpino llegó en el arranque del segundo set, especialmente con 1-1 y servicio para Alcaraz. Musetti, ahora sí mucho más sólido y peligroso, se inventó algunos golpes magistrales, sobre todo un alucinante globo en carrera por debajo de las piernas que puso al público en pie.
Alcaraz tuvo que lidiar con dos opciones de break en contra, pero las resolvió con una brutal derecha paralela y rematando en la red. Después se puso en ventaja con un "¡vamos!" que se escuchó en toda Florida y solventó ese serio contratiempo con una dejada.
Musetti acusó el desgaste. ¿Qué se puede hacer si tu mejor versión tampoco sirve para inquietar a tu rival? Poco o nada, salvo rendirse a la evidencia. Aun así, tiró de orgullo para devolver un break a Alcaraz y conseguir su primera y única rotura de la tarde (4-3).
Como si le hubiera incomodado ese imprevisto, Alcaraz, insaciable, enseñó los dientes en el siguiente servicio de Musetti, consiguió un nuevo break (5-3) y finiquitó el triunfo con una actuación impresionante.