Rafa Nadal está de vuelta. Se ha hecho esperar, tanto como tres meses y medio, pero después de todo este tiempo ha quedado claro que está listo para volver a competir sobre una pista de tenis aunque sea a su justa medida. El balear no quiso precipitarse y aguardó el momento exacto para regresar en el Conde de Godó, y ya está en segunda ronda después de superar al italiano Flavio Cobolli por la vía rápida (6-2, 6-3). [Así vivimos la victoria de Rafa Nadal sobre Cobolli]

Lo que comenzó con un 0-30 a favor del transalpino en el primer juego se transformó en un vendaval arrollador con la firma de Rafa Nadal. El balear puso en pie al público antes, durante y después del partido. Barcelona tenía unas ganas locas de verle de nuevo en directo y se volcó con su regreso a las pistas, consciente de que está ante los últimos coletazos del exnúmero 1 en el torneo. 

Rafa logró pronto el primer break del partido y empezó a poner tierra de por medio con un Cobolli que se fue desesperando con el paso de los juegos. El 6-2 con el que finalizó la primera manga fue un reflejo de la superioridad de Nadal sobre la tierra batida, y el segundo set fue una continuación de todo ello. 

Cobolli fue un juguete en manos de Rafa Nadal. Pronto llegó el 2-0 a favor del español, aunque Rafa aún se permitió un pequeño desliz al conceder un break para el 2-1. Fue un espejismo porque el italiano estaba deportivamente muerto. Sin opciones, capeó como pudo el tramo final del choque y se convirtió en un testigo de lujo de la victoria de Rafa Nadal en el día de su regreso a las pistas.

Lo mejor de todo fueron las sensaciones del balear. Más allá de su juego y de que dejó algún punto que recordó a su mejor versión tiempo atrás, finalizó el choque sin molestias físicas y eso es otro gran triunfo para él.

Sin excesos

Pese a lo claro del resultado, fue una victoria en la que Rafa Nadal no quiso apretar el acelerador más de lo debido. Tampoco tuvo necesidad de ello, así que este primer triunfo sirve como gran piedra de toque antes de enfrentarse mañana a Alex de Miñaur, varios escalones por encima del rival de la primera ronda.

Cobolli, de 21 años, fue incapaz de lograr una bola de break en todo el primer set pese que el balear no quiso forzar con su saque ni tampoco arriesgar con la derecha en estos primeros compases.



A Nadal se le vio algo oxidado en este arranque, donde solo logró aprovechar dos de las ocho bolas que tuvo para romper el servicio de su adversario, pero suficiente para acabar llevándose la primera manga por 6-2 en 43 minutos.

A punto estuvo de ceder su saque al inicio de la segunda, pero salvó la primera bola de rotura de que dispuso su adversario y rompió el de Cobolli en el siguiente para adelantarse 2-0. A, partir de ahí, y aunque el italiano logró su única rotura en todo el choque, al catorce veces campeón de Roland Garros se le vio algo más suelto.



La derecha le empezó a correr y pudo dominar más los puntos hasta cerrarlos con algún que otro golpe ganador, mientras que Cobolli, incapaz de aguantar el ritmo, empezó a cometer demasiados errores no forzados hasta llegar al 6-3 del segundo parcial.