Octavos de final del WTA de Stuttgart. Enfrente, nada más y nada menos que la número 2 del mundo, Aryna Sabalenka. Llega el ecuador del tercer set de un partido igualado y de repente Paula Badosa nota algo. Inmediatamente tiene que decir 'basta' y no le queda más remedio que retirarse.
La situación no es nueva, la enésima lesión de su carrera deportiva le vuelve a dejar sin aspiraciones, pero no por ello la sensación deja de ser desoladora. De hecho, se vuelve casi dramática por las imágenes que se pueden ver todavía sobre la pista de tenis.
Badosa, desconsolada, acude al abrazo sincero y casi estremecedor de su gran amiga Aryna Sabalenka. Rival en la cancha, gran apoyo fuera de ella y ahora también su hombro en el que llorar sin consuelo. Durante varios segundos las dos entrelazan sus brazos y la española no puede contener un torrente de emociones que se apoderan de ella.
Aquella reacción no era tan sólo por tener que dejar un partido en el que estaba siendo tremendamente competitiva ante una de las mejores tenistas del mundo. Tampoco por decir adiós a un torneo en el que estaba dejando muy buenas sensaciones. Esa "pequeña rotura en el aductor" suponía volver al calvario de lesiones que le trae de cabeza desde hace mucho tiempo.
Y nunca mejor dicho lo de la cabeza, porque ahí es donde se han trasladado todos esos problemas. Más allá del plano físico, estas constantes molestias han ido minando la moral de esta deportista que, pese a todo, sigue volviendo una y otra vez para tratar de seguir cumpliendo su sueño de ser tenista.
Un infierno
El historial de lesiones de Paula Badosa es interminable. Cada poco tiempo, un nuevo problema físico llama a la puerta de la tenista catalana para dejarla fuera de las pistas de tenis durante un tiempo. Cada nueva lesión se clava como un puñal en su corazón y los golpes son ya tan numerosos que la montaña cada vez es más difícil de escalar.
En esta ocasión fue una rotura en el aductor lo que dejó a la española fuera de combate. Lo peor no es sólo el abandono en este WTA de Stuttgart, sino que está en serio peligro su presencia en el próximo Mutua Madrid Open que se disputa en la Caja Mágica.
Para ella esta es una cita diferente y tener que ausentarse supondría otro duro golpe para su moral: "Vamos a trabajar con todo mi equipo para poder jugar en Madrid. Sabéis lo especial que es para mí jugar en casa, delante de todos vosotros. Voy a intentar todo para entrar en esa pista y poder disfrutar todos juntos otra vez", aseveró la deportista.
Hace poco más de un mes, Paula Badosa ni siquiera pudo salir a la cancha en Indian Wells. Estaba preparada, pero unas pocas horas antes de su debut tuvo que comunicar su baja. No sólo eso, a mediados de febrero tuvo que retirarse en pleno partido en el WTA 1.000 de Dubái, y esto es solo la factura de 2024.
Sus llantos desconsolados dejan imágenes que marcan y reflejan las heridas de un alma que lleva tiempo rota por las lesiones. "Estoy a punto de llorar para ser honesta. Me siento tan mal por ella. Quiero a esta chica. No tengo ninguna emoción en este momento", comentó incluso Sabalenka sobre Badosa tras el abandono de su amiga, empatizando con ella.
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"Estoy haciendo todo lo que pueda para que se sienta bien, ya que estamos juntos y juntos encontraremos una solución. Sin embargo, creo que el tiempo lo demostrará y estoy seguro que pronto veremos a Paula curada y preparada para volver a darlo todo de nuevo", comentó el mes pasado Tsitsipas, su pareja, sobre los cuidados que trataba de ejercer sobre ella.
El plano psicológico está tan tocado o más que el físico en Paula Badosa. Nunca ha ocultado que trabaja con los psicólogos, y que gracias a ellos ha conseguido ser perseverante a la hora de seguir sus recuperaciones, así que con tantos palos recibidos se antoja fundamental este aspecto.
Un tenis en depresión
El tenis femenino español está necesitado de figuras que destaquen. Por desgracia, hace tiempo que ninguna de las representantes nacionales se asoma por los primeros puestos del ranking WTA, así que urge encontrar una nueva deportista que consiga enganchar al público y a las nuevas generaciones.
Ahora mismo, es Sara Sorribes la mejor clasificada en este ranking, y ni siquiera está entre las mejores 50 tenistas del momento. Cristina Bucsa, Rebeka Masarova, Jessica Bouzas... y Paula Badosa. Hay que bajar hasta el puesto 93 para encontrar a la catalana, que parecía la mujer con más talento para poder encabezar un movimiento importante.
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Se ven ya demasiado lejos aquellas victorias de Garbiñe Muguruza en Roland Garros en 2016 o en Wimbledon en 2017. La hispanovenezolana siguió ganando hasta 2021 y es la última gran figura del tenis femenino español hasta que decidió dejar provisionalmente el deporte sin fecha para su regreso.
Un corazón roto es la última publicación de Paula Badosa en sus redes sociales, y así es un poco como se siente el tenis español cuando ve que una de sus jugadoras más talentosas se ve frustrada una vez tras otra por las lesiones.