Alexander Zverev reconocía este viernes que "no quería a Rafa Nadal en primera ronda" del Roland Garros. El lunes, en la segunda jornada del torneo, se medirán a cara a cara el flamante ganador del Masters 1.000 de Roma y la mayor leyenda que jamás haya pisado la arcilla de París.
Nadal está listo para su regreso a Roland Garros, dos años después de su último participación que acabó en otro título más. El decimocuarto. Rafa se perdió la edición de 2023 por su calvario con las lesiones y vuelve en 2024 con una coletilla de 'despedida' que se va repitiendo en cada torneo que juega. Él se resiste a verlo así, y más cuando se habla de la Copa de los Mosqueteros.
"Hay opciones de que sea mi último Roland Garros, pero no lo puedo decir al cien por cien. No quiero cerrarme la puerta. Este sitio es mágico para mí", decía en una rueda de prensa celebrada este sábado que levantó gran expectación. "No voy a decir que es mi último Roland Garros, lo siento", reafirmaba Nadal.
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Rafa asumió con su naturalidad habitual los retos que se le presentan en este Roland Garros, partiendo de ese duro debut contra el número 4 del mundo: "Estaba jugando al parchís y alguien me dijo el resultado del sorteo. Era algo que esperaba de algún modo al no ser cabeza de serie. No podía ser optimista. No sé si soy afortunado o no, porque sobre el papel es uno de los oponentes más duros posibles. Pero qué le voy a hacer, así es el sorteo", dijo sobre su emparejamiento con Alexander Zverev.
Las sensaciones son positivas para Nadal tras su semana de entrenamientos en París. Este viernes practicó con Daniil Medvedev y este sábado, a mediodía, con Holger Rune. Rafa ganó a ambos: "Dije después de Roma que mis sensaciones me decían que podía mejorar. Necesitaba comprobar cómo estaba después, en términos de tenis, mentalmente... Y me sentí bien en ambos sentidos. Físicamente he mejorado de diferentes maneras, no tengo tantas limitaciones", afirmó.
Nadal está relajado y dice "estar disfrutando de jugar al tenis y de viajar con la familia". "Priorizo los entrenamientos aquí. La motivación es hacer las cosas que todavía me dan vibraciones y emociones positivas. Lo importante para mí es la parte emocional. En este torneo tengo una sensaciones completamente diferentes. He mejorado especialmente en términos de movimiento. Quiero darme más espacio para pensar en el futuro. Me siento mejor, esa es la verdad, no sólo por estar aquí, si no porque he estado trabajando sin que se detuviera el proceso, de la manera adecuada, no como hace unos meses. Me hubiera gustado haber podido estar en Montecarlo, pero estoy aquí, puede que en mi última vez, puede que no... Lo siento por haber sido competitivo en los entrenamientos", dijo entre risas. Rafa está feliz de pisar la tierra de París, puede que por última vez (o no), y llega muy motivado a su estreno.