Carlos Alcaraz estruja el puño, levanta el brazo y libera de un grito la tensión contenida porque, ante Aliassime, ha conseguido un triunfo que vale su peso en oro. No han sido fáciles los últimos meses para el murciano que, tras los sustos, la zozobra y algún que otro partido marcado por los sudores fríos, ha conseguido recuperar su condición de inevitable. Ante Korda germinó y contra Aliassime lo confirmó.
"Estoy muy contento con las sensaciones hoy. He jugado un tenis de mucho nivel. He estado muy concentrado. Estoy muy contento con todo, con los golpes, con el movimiento en la pista... Lo más importante es creer en mí. No llegué con mucho ritmo. Simplemente, creí en mí y en mi equipo. He trabajado mucho. Antes de llegar y ahora. Después de cada entrenamiento y de cada partido estoy mejorando y eso es muy importante. En esta pista, es más fácil. Es un placer jugar aquí", explica Alcaraz.
No han sido sencillos los dos últimos meses en los que, primero el dolor físico y el miedo de recaída después han lastrado de sobremanera al murciano, que descartó competir en Montecarlo, Barcelona, Roma para recuperarse y no privarse de Roland Garros. Lo físico llegó a derivar en batalla mental contra sí mismo, contra ese pepito grillo que tiene acostado en su hombro y que le dice que tenga cuidado y no fuerce, que controle. Consejo que no encaja con el tenis ofensivo del murciano.
Con De Jong se contuvo, ante Korda dio un paso adelante y contra Aliassime no rehuyó ninguna tentativa. Liberado de las molestias en el brazo, se olvidó de restricción alguna y pudo dar rienda suelta a su derecha. Indomable para el canadiense, que se limitó a ir ganando su saque como buenamente pudo hasta que cedió al tercer intento y Carlos precintó la primera manga. "Ha sido un partido más exigente que los anteriores y me olvidé de todo y golpeé el drive con normalidad. Durante todo el partido, le di muy bien, con mucha intensidad. Lo había echado de menos. Sí, me sentí genial con esos golpes y todo va mejorando", llegó a decir el español.
Contra Tsitsipas, liberado y sin miedo
Alcaraz verbaliza lo que su rostro refleja sobre la Philippe Chatrier. No tuerce el gesto y, al fin, su sonrisa deja de ir a sorbos y se mantiene perenne. Él disfruta dando rienda suelta a su caudaloso torrente de talento. Ante Aliassime practica derechas al límite, cruzadas, dejadas y está rápido de piernas. Pese al resultado favorable, no escatima esfuerzo alguno y consigue 16 puntos ganadores que echan el telón al partido y le citan con Tsitsipas en cuartos de Roland Garros.
"Tengo muchas ganas de jugar contra Tsitsipas. Me encantan este tipo de partidos. He estado viendo muchos partidos de Stefanos y está jugando muy bien. Tengo que intentar hacerle sentir incómodo. Tengo que disfrutar del público tanto como pueda. Veremos qué pasa", analiza Carlos sobre su duelo contra el tenista griego, al que tiene tomada la medida. Domina el cara a cara tras haber ganado los cinco encuentros en los que se han medido. Siendo el último en cuartos de final de Roland Garros de 2023, misma ronda que la presente edición.
Tsitsipas aseguraba la temporada pasada que ve la Philippe Chatrier como un lienzo rojo en el que se siente un artista y con la brocha preparada para desdibujar, por fin, a Alcaraz. La realidad fue que el murciano pasó por encima. Este martes tendrá una nueva oportunidad después de remontar épicamente ante Arnaldi. El griego, además, es el único tenista que aparece apuntado en las tres modalidades del torneo: individual, dobles y mixtos.
Las dos últimas inscripciones responden más a un tema personal que deportivo porque sus acompañantes son su hermano Petros Tsitsipas y su pareja, la española Paula Badosa. En el dobles tiene programado su debut este domingo, el lunes será el turno del mixto y el martes su duelo contra el murciano. Alcaraz ya no tiene restricciones físicas ni miedo a soltarse y avisa al heleno. "Tengo muchas ganas de jugar contra él". El set en blanco del head to head, en el horizonte.