El menisco y Djokovic. Una relación tortuosa que el serbio ha decidido revertir de raíz. Después de verse obligado a abandonar Roland Garros y tras consultar con varios especialistas, ha decidido pasar por el quirófano. Según avanza L'Équipe, será operado este miércoles en París, dos días después de su lesión. Una decisión que le apartará de Wimbledon, aunque le permitirá (espera) llegar preparado a los Juegos Olímpicos que también albergará la capital francesa. 

El fisioterapeuta serbio Dobrosav Melajac afirmó en declaraciones a Sportklub que esta es la mejor decisión que podía tomar Djokovic en relación con la lesión. "La operación acelera la recuperación, que podría ser de hasta cuatro semanas. Esperaremos más información, pero no es realista esperar que Djokovic esté listo para Wimbledon. Podría solucionar la lesión, pero habría que ver si puede jugar a su nivel más alto. Además, moverse sobre hierba exige mucho y tendría mucho riesgo en las rodillas. Y tendría tiempo para centrarse en los Juegos Olímpicos”. 

Novak no es amigo de las intervenciones quirúrgicas, para el recuerdo aquella operación de codo a la que fue sometido en 2018 tras años de molestias y dudas. No obstante, este año cuenta con un aspecto diferencial: los Juegos Olímpicos. Optar a ganar la presea dorada, único hito que falta en su extenso palmarés, ha inclinado la balanza hacia el lado del quirófano. Su ausencia en Wimbledon le privará de defender los 1.200 puntos de su final en el All England Club y tendrá un sensible retroceso en el ranking, pero le abrirá la posibilidad de entran en el Olimpo del tenis.

Una lesión evitable

"En el tercer juego del segundo set, me resbalé, una de las muchas veces que me pasó hoy. Y eso afectó a mi rodilla", inició explicando Djokovic la lesión sufrida que bajo su punto de vista podría haberse evitado. "Mi lesión podía haberse evitado. No había tenido problemas en otros torneos, hasta hoy. Acabar tan tarde el anterior partido (contra Musetti) no me ayudó a dormir, para los biorritmos, la recuperación...", continuó.

El serbio no solo disparó contra los horarios, también lo hizo ante la superficie de París. "Mi equipo ha hablado con la gente de Roland Garros para preguntar por qué era tan difícil solucionar lo que pasaba en la pista. Había zonas en las que ya no quedaba arcilla, solo cemento, quizá por el cambio de condiciones, el sol y el calor, parecía como que se hubiera retirado algo de tierra. Yo me he caído muchas veces en mi carrera, pero no me he resbalado tantas en un mismo partido, como en esta ocasión. La lesión ha pasado exactamente por eso", explicó.

Hace años que el turno nocturno arribó en Roland Garros. La organización tuvo que acondicionar la Philippe Chatrier con la cubierta para evitar la lluvia e iluminación artificial idónea. Jugar de madrugada, sin sol, mientras los espectadores duermen, el nuevo tenis ha llegado por completo al circuito.