El puño arriba vuelve a emerger en la Philippe Chatrier pocas horas después de que Alcaraz haya alzado el suyo tras vencer Sinner y acceder a su primera final de Roland Garros. Mismo motivo empuja a Zverev a encaramar el suyo después de haber desdibujado a un Casper Ruud claudicado ante el servicio del alemán, que rompe su techo en París. Atrás quedan las semifinales de 2021,2022 y 2023 en las Tsitsipas, su lesión contra Nadal y propio Ruud después, le privaron de la gran final. El triunfo sobre el noruego es a la vez una recompensa, a la cuarta fue la vencida. 

Sascha es el primer tenista alemán que llega tan lejos en París desde Michael Stich en 1996 -perdió contra el ruso Yevgeny Kafelnikov-. "No puedo describir lo que siento, pero estoy muy feliz por toda la historia que tiene esta pista y porque había intentado llegar hasta aquí muchas veces", dijo Zverev, que reconoció ser consciente de que debía "ser mucho más agresivo" que cuando perdió contra Ruud en 2023. "Me ganó muy fácil", recordó. "Todo el crédito para él por haber luchado hasta el final", añadió, en referencia a los problemas estomacales que tuvo Casper. "Llevó 11 años jugando y siempre trató de mejorar. Ahora puedo ganar mi primer Grand Slam", concluyó.

En todo caso, a lo largo de la década, el alemán ha edificado una carrera más que considerable, con 22 títulos en su currículum y la nada desdeñable cifra de seis Masters 1000 -los mismos que Daniil Medvedev-, este último firmado en Roma, al igual que en 2017 y con un servicio que asusta. Un 80% de eficacia en la final contra Jarry al que le ganó el 95% de los puntos con el primer servicio, rozando la perfección. 

Así se produjo el sorpasso a Medvedev en el ranking ATP, desplazado del cuarto al quinto puesto, y se confirmó la alternancia en una gira de tierra batida indescifrable. Tsitsipas ganó Montecarlo; Ruud en Barcelona; Rublev en Madrid y Zverev en Roma. El alemán emana el nuevo tenis, sí, incluso sobre la arcilla. Atrás quedan aquellos duelos de largos intercambios, de toma y daca. Ahora la realidad es otra. Predomina el saque. Sin un buen servicio, poco o nada se puede hacer. Es el punto de partida y base del tenis moderno. Los cañonazos han ido ganando terreno a los especialistas de la tierra batida. 

Viejos fantasmas

Así ha revertido Zverev su situación, aunque todavía tiene cuentas pendientes. La más profunda, relacionada con Roland Garros y cerrar el círculo que abrió hace dos años cuando se lesionó durante el transcurso de la semifinal contra Nadal. Se movió lateralmente y su tobillo se rompió. El resultado, siete ligamentos dañados, paso obligatorio por el quirófano y pérdida de terreno con el resto de tenistas mientras durase la recuperación. 

Otra cuenta a saldar la tiene con aquella final de US Open perdida ante Thiem después de haber ido dos sets por delante. "Estuve a dos puntos del objetivo, pero entonces no estaba preparado, no era lo suficientemente maduro. Y luego lo que sucedió aquí, cuando me tuvieron que sacar de la pista en silla de ruedas. Para volver, necesitas hacerlo todavía con más hambre, con ganas de ganar más. En cierto modo, te sumerges en ti mismo, y existe el riesgo de caer mentalmente, así que estoy muy contento de haber tomado este camino y de tener esta oportunidad. Ya no soy un niño, me he hecho mayor. Si no es ahora, ¿entonces cuándo?", reivindica el alemán. 

Zverez directo a las semifinales de Roland Garros 2024 Roland Garros

Zverev sigue en dirección a la madurez deportiva que en su día, cuando hacía sus primeros pinitos por la élite, levantaban enormes expectativas que no se han terminado de cumplir. "Todavía no he ganado ningún Grand Slam, pero he tenido oportunidades. He sido el jugador de mi generación que más títulos he ganado. Y ahora estoy aquí, y si estás en una final es porque te lo mereces. Creo que he hecho un torneo fantástico", asegura.

Lo empezó coronado el puerto por antonomasia de Roland Garros: Rafa Nadal. "Cuando gané creía que había ganado el torneo, pero sólo era primera ronda", dice. Desde aquel partido, unas curvas poco pronunciadas contra Griekspoor y Rune y determinación contra Ruud. Hasta ahora, Zverev y Alcaraz se han enfrentado en nueve ocasiones, con un balance (5-4) favorable al teutón. Y sobre arcilla, tres duelos, dos cayeron del lado murciano y uno del alemán, que espera subirse al tren de los Grand Slam con su victoria ante Carlos.