Cuando el revés de Alcaraz se fue a la red, Tiafoe se apuntaba su segundo set, se quedaba a uno de precintar el partido y la abdicación del vigente campeón del torneo tocaba a la puerta. El banquillo del tenista estadounidense sonría, celebraba el partido (el mejor de su carrera) que estaba cuajando el número 29 del mundo. En el de Carlos cundía la tranquilidad y la confianza, la que genera dominar ese tipo de escenarios.
Con el de Tiafoe ya son 13 partidos los que han ido al quinto set, habiendo caído 12 del lado del español. Solamente Matteo Berrettini, en tercera ronda del Open de Australia 2022, pudo vencer a Alcaraz, entonces con 18 años, en un partido que llega a cinco sets. El murciano se maneja como pez en el agua cuando le toca actuar como un funambulista. Es en el alambre cuando Alcaraz saca a relucir su indomable determinación y sublime resistencia.
"Me doy cuenta de que soy un gran jugador en el quinto set. Empujo a mi rival y le llevo al límite, intento que deba estar al 100% física y mentalmente. A veces para el rival es difícil mantener ese tipo de intensidad y ese nivel en el quinto set. En mi cabeza pienso que soy bueno en eso, que debo creer en que voy a ganar y que voy a mostrar mi mejor tenis. Creo que voy a ganar, eso es lo que marca la diferencia para mí", asegura en rueda de prensa.
En la estacada han quedado tenistas como Tsitsipas, Zverev, Sinner y Tiafoe (los dos últimos en dos ocasiones) el mismo Novak Djokovic en la final de Wimbledon 2023. Marin Cilic, Jan-Lennard Struff, Albert Ramos, Peter Gojowczyk y Yasutaka Uchiyama.
"Creo que en el quinto set subo el nivel de mi tenis. El hecho de sentirme tan bien físicamente me ayuda a jugar con más tranquilidad que mi rival. Me siento mejor que mi rival. Sé que mi oponente tiene que jugar un nivel muy alto de tenis y de intensidad para ganarme. Eso me ayuda a manejar situaciones delicadas dentro del quinto set. Solo he perdido un partido en el quinto set, eso es una ventaja para mí", detalla.
De hecho, en lo que a Grand Slams respecta y con un mínimo de diez partidos disputados, Alcaraz es el tenista que mayor porcentaje de victorias (92%) dibuja. Supera a Johan Kriek (87,5%), Bjorn Borg (87%) y Harold Solomon (84%). El murciano se convierte (más todavía) en infalible cuando la quinta manga llama a la puerta. Y lo sabe, aunque también se flagela por apurar tanto los partidos. Él posee la determinación para paliar esas situaciones y en él reside la virtud para cambiarlo.
El murciano sigue en estado de gracia en Wimbledon, donde llegó con su primer Roland Garros bajo el brazo y estrenó la pista central como vigente campeón del torneo. Experiencias, elevadas para su corta (21 años), que se suman a su particular album cargado de páginas para el recuerdo.
Y todavía tiene hueco para que su tenis escriba más imperecederas. Alcaraz afronta los Juegos Olímpicos de París con el aliciente de competir de manera individual y compartir pista con Rafa Nadal, su pareja en el dobles. "Es complicado, pero al final los Juegos son cada cuatro años. Es un torneo especial, donde no juegas por ti solo, sino para tu país. Yo creo que este año elegiría un oro olímpico antes que Wimbledon".
No obstante, antes de regresar a París, pretende tomar Londres. Este domingo pelea con Humbert por un puesto en los cuartos de final del torneo en el que defiende corona. Alcaraz disfruta de la presión en escenarios en los que a otros tenistas les temblarían las piernas. Sigue en el camino de cambiar su mentalidad para evitar desconexiones a lo largo de los partiso que, sin embargo, si se alargan, la victoria tiende a ser suya. Es favorito a todo.