Carlos Alcaraz es inevitable. Volvió a pasar por encima de Medvedev (6-7,6-3, 6-4 y 7-6) para apuntarse otra final de Grand Slam sobre la hierba de Wimbledon. Tendrá la oportunidad de revalidar su corona el próximo domingo ante el vencedor de la otra semifinal que enfrenta a Musetti y Djokovic

Ese mismo día, a miles de kilómetros de distancia, en Berlín, la selección española disputará la final de la Eurocopa ante Inglaterra. Casualidad o destino. El murciano se pronunció sobre la coincidencia en día de ambas finales y provocó la bronca de la grada de Wimbledon. 

"El domingo va a ser un gran día para los españoles", afirmó. Tuvo que hacer una pausa antes de continuar, los silbidos tomaron el escenario. En cuanto pudo retomó la palabra y le quitó hierro al asunto. "No he dicho que vaya a ganar España, sólo he dicho que va a ser un día divertido", aseguró entre risas, dulcificando la visceral respuesta del público que aceptó el divertido comentario.

Los familiares y miembros del equipo de Carlos también reían por la manera de salir del embrollo. Tras sus declaraciones Alcaraz se marchó ovacionado con la grada de Londres que siente predilección por el murciano. "Ha sido difícil para mí al principio del segundo set. Luego he podido jugar a mi juego. Creo que he jugado un gran partido", aseguró sobre Medvedev. 

En la final del domingo espera rival. Musetti o Djokovic. La revelación del torneo o el imperecedero campeón. "Los dos están jugando a un gran nivel de tenis. Voy a ver su partido de semifinales para saber a qué tipo de tenista me enfrentaré el domingo". 

Será su segunda final de Wimbledon consecutiva, una rutina establecida a sus 21 años recién cumplidos. "Siento que ya no soy nuevo, sé cómo me sentiré antes de la final, ya he estado en esta posición antes. Intentaré evitar las cosas que no fueron bien y hacer las cosas que hice bien el año pasado".