El mundo del tenis está en vilo tras el escándalo de dopaje que involucra al tenista italiano Jannik Sinner. A pesar de que se ha determinado que el positivo en clostebol se debió a una contaminación accidental, las inconsistencias en el informe del caso han dejado más preguntas que respuestas. La posibilidad de que la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) recurra la decisión de la Agencia Internacional para la Integridad en el Tenis (ITIA) mantiene abierta la puerta a una eventual suspensión.
Sinner se sometió a dos pruebas antidopaje en marzo, una durante el torneo de Indian Wells, donde llegó a semifinales, y otra en el torneo de Miami, en el que se consagró campeón. El 4 de abril, la ITIA informó al jugador sobre el positivo del test realizado en Indian Wells. Ese mismo día, sus abogados actuaron rápidamente para evitar que el caso se hiciera público y Sinner pudiera seguir compitiendo, a pesar de la amenaza de una suspensión provisional.
La ITF había anunciado en 2016 que, a partir del 1 de septiembre de ese año, se darían a conocer todos los casos de suspensión provisional en los que un jugador diera positivo en un test antidopaje. Esta medida buscaba favorecer la transparencia y evitar los silent bans, suspensiones silenciosas que se aplicaban en el pasado para proteger la imagen del deporte. Sinner y su equipo legal sabían que la divulgación del positivo y una posible suspensión podrían arruinar su carrera.
El jugador logró evitar la sanción provisional de manera inusual, ya que, según la norma, solo se hace público un caso cuando se sanciona. Al no haber sanción, el caso permaneció en secreto, permitiéndole a Sinner competir en el torneo de Montecarlo, donde llegó a semifinales.
El 17 de abril, Sinner recibió la notificación de un segundo positivo, esta vez del test realizado en Miami. De nuevo, sus abogados presentaron una reclamación, argumentando que el dopaje fue accidental. Sin embargo, en esta ocasión, la respuesta de la ITIA se demoró una semana, hasta el 24 de abril, durante la cual Sinner no podía jugar, aunque su nombre apareció en el sorteo del cuadro del torneo de Madrid realizado el 22 de abril. Esta demora, en contraste con la rápida resolución del caso anterior, ha generado sospechas.
Finalmente, la suspensión provisional fue levantada, lo que permitió a Sinner participar en el torneo de Madrid, donde llegó a cuartos de final antes de retirarse por lesión. No obstante, las inconsistencias en el manejo de su caso han suscitado críticas. Otros tenistas en situaciones similares fueron suspendidos inmediatamente hasta que pudieron probar su inocencia, pero Sinner recibió un trato diferente.
Las incongruencias
La defensa de Sinner se basa en la tesis de que el dopaje fue accidental, una teoría que presenta varias contradicciones. Giacomo Naldi, su fisioterapeuta, y Umberto Ferrara, otro miembro del equipo, sostienen que Naldi se cortó el dedo en una sala de fisioterapia y utilizó un medicamento llamado Trofodermin para tratar la herida. Este medicamento contiene clostebol, la sustancia prohibida que apareció en los análisis de Sinner.
El informe de la ITIA señala varias incongruencias en la defensa. Por ejemplo, un amigo del jugador, Gius, aseguró que la herida no se produjo en la sala de fisioterapia, como afirmaron Naldi y Ferrara, sino en otro lugar. A pesar de esta discrepancia, el Tribunal decidió aceptar la versión de Naldi. Además, el informe destaca que no cuadran las fechas del ticket de compra del Trofodermin con la narrativa presentada por la defensa, pero el Tribunal también ignoró esta incongruencia.
Para dar veracidad a la defensa, se viralizó una imagen de Indian Wells en la que se observa a Naldi con una tirita en un dedo. Corresponde al día 10 de marzo, el mismo en el que se le realiza el control a Sinner que da positivo. La tirita no la lleva durante el resto del torneo, ni antes ni después, aunque en el informe se especifica que la usa entre el 3 y el 5. A partir de ahí, hasta el día 13, Naldi sostiene que aplica el Trofodermin en el dedo.
Otro aspecto preocupante de la defensa es el momento en que Naldi se aplicó el medicamento. Según el informe, Ferrara le advirtió que el Trofodermin contenía clostebol, pero Naldi asegura no recordar tal advertencia. Esto resulta especialmente extraño dado que Naldi, un fisioterapeuta experimentado que ha trabajado con equipos como el Virtus Bolonia de baloncesto, debería estar familiarizado con los riesgos asociados a la sustancia. A pesar de ello, trató a Sinner sin guantes provocando el contacto con la piel del tenista y el consiguiente positivo.
El portavoz de prensa de Sinner ha defendido que el tenista sufre de una enfermedad de la piel llamada dermatitis psoriasiforme, lo que habría provocado "rascados y, en consecuencia, pequeñas grietas y heridas" en las zonas afectadas. Eso habría favorecido la sensibilidad al clostebol.
En Italia, varios deportistas han dado positivo por clostebol en los últimos tiempos, y el caso de Sinner se suma a esta lista. Aunque se considera que la contaminación fue accidental, las dudas persisten. Ferrara, el preparador físico de Sinner y farmacéutico cualificado, conocía los peligros del Trofodermin. Sin embargo, el Tribunal aceptó la versión de que Naldi no entendió la advertencia debido al jet lag y al estrés por problemas familiares.
La defensa también argumentó que Sinner no tenía conocimiento de que se le estaba aplicando un masaje con un producto que contenía clostebol. Esta disposición a colaborar en todo momento fue clave para que el Tribunal considerara el caso como un doping accidental y lo absolviera de toda culpa. Sin embargo, a pesar de la absolución, Sinner fue despojado de los puntos y el dinero obtenidos en el torneo de Indian Wells, aunque la cantidad de sustancia encontrada en su cuerpo (milmillonésima parte de un gramo) se entiende que no tuvo un impacto en su rendimiento.
¿Un trato especial?
El caso Sinner ha dejado en evidencia que no todos los tenistas reciben el mismo trato en situaciones de dopaje. Aunque el Tribunal independiente de la ITIA ha determinado que Sinner no se dopó intencionadamente, las inconsistencias en la defensa y la diferencia en el manejo del caso en comparación con otros tenistas han generado sospechas. La posibilidad de que la AMA recurra la decisión añade un nuevo nivel de incertidumbre al futuro del tenista italiano.
La conclusión del Tribunal es clara: se trató de un accidente. No obstante, el verdadero motivo del accidente queda a juicio de cada uno, y el debate sobre si Sinner recibió un trato preferencial sigue abierto. Mientras tanto, el reloj avanza hacia el 6 de septiembre, fecha límite para que la AMA o la Agencia Antidopaje Italiana presenten una apelación ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo.