A la conquista de China. Carlos Alcaraz jugará su primera final en el gigante asiático tras imponerse este martes en dos sets a Daniil Medvedev (7-5 y 6-3). El tenista español, que ya le había ganado al ruso en sus tres enfrentamientos previos de este año, volvió a imponerse y peleará por el título del ATP 500 de Pekín. [Narración y estadísticas del partido: Alcaraz - Medvedev]
Alcaraz dominó sobre la pista dura china. El descontrol se apoderó del partido sobre la mitad del primer set, con hasta cuatro roturas de servicio consecutivas, pero el español golpeó con un 0-40 en el undécimo juego. En el segundo set, apretó Medvedev de inicio, pero Carlos mostró un tenis eficiente y se llevó la manga a la cuarta bola de partido que gozó.
En la final, Alcaraz se medirá al italiano Jannik Sinner, número uno del mundo, que se impuso más tarde al chino Yunchaokete Bu (96 del ranking), la gran revelación del torneo que venía de ganar a rivales de primer nivel como Lorenzo Musetti o Andrey Rublev.
Alcaraz se mantiene intocable en el torneo, sin ceder un sólo set por el momento y cerrando sus partidos por la vía rápida. Medvedev le duró al murciano apenas una hora y 26 minutos de juego. Con esta victoria, Carlos asegura el billete a su 21ª final como profesional a los 21 años (y apenas cuatro en el circuito). Un dato para valorar la grandeza de su figura.
Al enfrentarse a Sinner por el título, Alcaraz tendrá la oportunidad de cobrarse la revancha contra el italiano, que fue su verdugo hace un año en las semis y se acabó proclamando campeón.
En "estado de gracia"
El partido comenzó con un Medvedev más agresivo, como pronosticó el día anterior el tenista de El Palmar, con frecuentes subidas a la red. Sin embargo, Alcaraz, que con la victoria del lunes se garantizó el regreso al número dos mundial, demostró que está en "estado de gracia", como reconoció el moscovita, y que ha venido al gigante asiático preparado física y mentalmente para ganarlo todo.
Las dos raquetas deleitaron a los aficionados de la pista central, llena hasta la bandera de China que ondeaba con motivo del Día Nacional, con una serie de puntos en los que demostraron todo su repertorio.
Hubo puntos que encendieron al público, intercambios largos con subidas a la red, dejadas, globos, golpes de espalda, con la impresión de que ninguno de los protagonistas iba a rendirse, aunque la mayoría cayó del lado del español.
Estaban tan metidos en el partido que los más mínimos detalles, como una cámara mal posicionada o el murmullo de las gradas, les llevaron a quejarse al juez Mohamed Lahyani, antes de que en el undécimo juego Alcaraz consiguiese su tercera rotura, sin que esta vez Medvedev le respondiese con un nuevo contrabreak, cerrando el parcial con 7-5.
Para la segunda manga, los dos tenistas siguieron moviendo al rival en el fondo de la pista, pero con menos agresividad por parte del ruso. A pesar de todo, en el quinto juego se lanzó a defender una bola de rotura de Alcaraz en la red, bien posicionado para devolvérsela al español, pero con la mala fortuna de que ésta golpeó en la malla y otorgó el quiebre que decantaría el set que valía una final.
Aun así, Medvedev se defendió hasta sus últimas consecuencias, salvando hasta tres bolas de partido en el noveno juego de la segunda manga, antes de que el murciano sentenciase con la cuarta para dejar el marcador con un 6-3.