Paula Badosa vuelve a vivir uno de los mejores momentos de su carrera tras atravesar una etapa 'oscura'. Con un balance de 21 victorias en sus últimos 25 partidos, la mejor tenista española ha recuperado no solo su lugar en la élite, sino también su confianza en la pista. Sus últimos resultados hablan por sí solos: campeona en Washington, semifinalista en Cincinnati, cuartofinalista en el US Open y semifinalista en Pekín. Todo ello ha hecho que regrese al Top 15 del ranking WTA, impensable hace unos meses.
El renacimiento de Badosa no ha sido casualidad. Tras dos años y medio sin pisar una semifinal en un torneo WTA 1.000, desde marzo de 2022, la catalana ha alcanzado esa ronda en los dos últimos eventos de dicha categoría. Este resurgir no solo la ha posicionado de nuevo en lo alto, sino que también le ha permitido medirse de tú a tú con las mejores, dejando claro que su capacidad para rendir al máximo nivel están intactos.
"Nunca dejé de creer... Paso a paso abriéndome camino de nuevo", escribía la jugadora en X tras su victoria frente a Shuai Zhang, que le permitía enfrentarse a Coco Gauff en las semifinales de Pekín. Aunque Badosa estuvo cerca de alcanzar su primera gran final desde que ganara Indian Wells en 2021, finalmente cayó ante la estadounidense en un partido que le remontaron. Pese a la derrota, lo más importante para la española es que ha vuelto a ser competitiva, algo que parecía imposible hace no mucho.
La semifinal frente a Gauff fue un partido lleno de altibajos. Badosa comenzó con fuerza, llevándose el primer set por 4-6, gracias a su solidez al salvar 10 de los 11 puntos de rotura que enfrentó y aprovechando los errores de su oponente. Sin embargo, la estadounidense, actual nº6 del mundo, reaccionó en el segundo set, con un cambio de guion en el octavo juego que le permitió igualar el marcador y ganar el set por 6-4. En la tercera manga, Gauff fue imparable, rompiendo en varias ocasiones el servicio de Badosa y sellando el definitivo 6-2.
Pese a la caída en semifinales, el hecho de que Badosa haya llegado a esa ronda en uno de los torneos más exigentes del circuito es testimonio de su recuperación. No obstante, para valorar completamente su gesta es necesario remontarse tiempo atrás, cuando la situación de la tenista española era radicalmente distinta.
El inicio del calvario
En mayo de 2023, Badosa sufrió una grave lesión en la vértebra L-4 durante el torneo de Roma, lo que marcó el inicio de un largo calvario. La lesión la mantuvo alejada de las pistas durante la segunda mitad de año y afectó significativamente su rendimiento a comienzos de 2024. Los médicos a los que consultó en diferentes países -desde Estados Unidos hasta Emiratos, pasando por Suiza y España- le advirtieron que la lesión podía ser crónica y que solo podría jugar con inyecciones de cortisona. La jugadora, el pasado mes de abril, confesaba estar "muy asustada" ante este escenario.
El proceso de recuperación fue largo y doloroso. A pesar del esfuerzo físico y mental que esto implicaba, los resultados no llegaban, y Badosa tocó fondo en el torneo de Madrid. Fue eliminada en primera ronda por la española Jessica Bouzas, una derrota que la dejó fuera del Top 100 por primera vez desde agosto de 2019. Fue entonces cuando Badosa decidió hacer un cambio radical. O mejor dicho, volver a empezar de cero.
"Creo que todo el mundo a mi alrededor pensó 'se ha vuelto loca'"
"Yo llego a Madrid. Tengo una cosa en mi carácter que, cuando toco fondo, saco fuerzas. En Madrid lo pasé muy mal. Estuve muy mal, pero intentando buscar soluciones en tema médico, físico, psicólogo. Quería volver a lo que tenía en 2021, que eran mis preparadores físicos David y Dani, además de Pol (Toledo, su entrenador), que siempre ha estado a mi lado", explicó Badosa en una entrevista en SER en agosto. Fue un punto de inflexión. La jugadora reconoció que muchos pensaron que "se había vuelto loca".
Este cambio de rumbo comenzó a dar frutos en la temporada de tierra batida. En los torneos de Roma y Roland Garros, Badosa mostró signos de mejoría, y en Wimbledon, donde alcanzó los octavos, quedó claro que estaba de vuelta. Sin embargo, la jugadora catalana tomó una decisión crucial para el resto de su temporada: renunciar a los Juegos Olímpicos de París 2024. Consideraba que volver a la tierra batida en esa fase de la temporada no le convenía, y en su lugar aceptó una invitación para competir en el torneo de Washington.
Fue en EEUU donde todo cambió. Badosa conquistó su primer título desde 2022, lo que la llenó de confianza. Aunque perdió en un apretado duelo ante Jelena Ostapenko en Canadá a la semana siguiente, llegó a las semis del torneo de Cincinnati, donde solo fue frenada por Jessica Pegula, de la que esta semana pudo 'vengarse'.
El gran desafío pendiente para Badosa era demostrar su buen momento en un Grand Slam, el principal escenario del tenis mundial. Y lo consiguió: en el US Open alcanzó los cuartos de final, dejando claro que estaba lista para pelear con las mejores en los grandes torneos. Su actuación en Pekín, llegando a semifinales, no ha hecho más que confirmar su regreso a la élite.
Ahora, con el Top 15 asegurado y el Top 10 en su horizonte, Paula Badosa mira hacia el futuro con optimismo. Después de todo, como ella misma lo expresó: "Nunca dejé de creer". Y esa fe en sí misma ha sido la clave para salir del agujero y volver a ser una de las mejores jugadoras del circuito.