Carlos Alcaraz (El Palmar, 2003) ha estado preparándose para enfrentar la exigente recta final de la temporada de tenis, asegurando en las últimas semanas que había aprendido a manejar mejor sus energías para llegar en buen estado físico a esta fase del calendario. Sin embargo, su debut en las ATP Finals de Turín mostró a un Alcaraz muy diferente del que suele brillar en la cancha.
El joven tenista español ha estado lidiando con un resfriado persistente que afectó de forma notable su rendimiento, dejándole "ahogado" durante el partido ante el noruego Casper Ruud. Pese a haber avanzado en su preparación física respecto a temporadas pasadas, la fatiga sigue siendo un factor, sobre todo en lo mental.
Su debut en Turín terminó en una derrota sorpresiva ante Ruud (6-1 y 7-5), y el malestar físico de Alcaraz fue evidente desde el primer set. Este miércoles enfrentará un partido decisivo contra el ruso Andrey Rublev, donde ambos jugadores buscarán asegurar la victoria para evitar una eliminación temprana en la fase de grupos.
Aunque Alcaraz ha intentado entrenar, este martes tuvo que suspender su práctica tras unos minutos de peloteo con el estadounidense Andres Martin, ya que el constipado y un dolor de estómago le impidieron rendir al máximo.
La tensión aumenta para Alcaraz, quien deberá superar a Rublev en un duelo clave si quiere mantener vivas sus esperanzas de avanzar a las semifinales. El año pasado, en esta misma competición, también perdió su primer partido, en aquella ocasión contra el alemán Alexander Zverev, pero luego remontó hasta las semifinales. No obstante, las dificultades debido al resfriado complican su estado físico y la situación es especialmente desafiante.
"Unos días antes de venir a Turín me puse enfermo en casa", confesó Alcaraz en la rueda de prensa posterior a su derrota inicial. Aunque logró realizar algunos entrenamientos, el tenista reconoció que no se encontraba en plenitud física. "No quería decirlo para que no sonara a excusa, pero si me siento mal, me siento mal. Es lo que ha pasado hoy", añadió, refiriéndose al malestar estomacal que experimentó la misma mañana del partido.
Además de la lucha contra el malestar físico, Alcaraz enfrenta el reto de la falta de experiencia en pistas cubiertas. Según él, esta característica le afecta en las etapas finales de la temporada, ya que no tiene aún suficiente rodaje en esta superficie. "No tengo experiencia jugando en pistas cubiertas. Seré un jugador muy bueno en pista cubierta, estoy seguro de ello, pero creo que es cuestión de tiempo", declaró.
En el ámbito mental, Alcaraz también siente el peso de la temporada. La agotadora secuencia de torneos sin un tiempo de descanso prolongado es un desafío común para muchos tenistas, pero, en sus palabras, la experiencia es particularmente demandante. "Me atrevo a decir que todos los jugadores están cansados mentalmente. Si alguien dice que está fresco, miente", comentó con una sonrisa. Este agotamiento se debe en gran parte a la intensidad del calendario: "Cuando terminas una semana o un torneo, sólo tienes dos o tres días libres y luego tienes que ir a otros torneos en otras partes del mundo", explicó.
A pesar de estos desafíos, Alcaraz intenta extraer lo positivo. Considera que está mejor que el año pasado en cuanto a la gestión de la fatiga, aunque admite que aún debe encontrar el equilibrio para rendir en su mejor nivel, incluso cuando se siente mentalmente agotado. "Como he dicho muchas veces, creo que este año estoy mucho mejor que el año pasado, pero tengo que encontrar la manera de rendir y ofrecer un buen tenis estando cansado mentalmente", puntualizó.
Sin poder entrenar
El martes a las 11:30 de la mañana, el Inalpi Arena de Turín fue testigo de un momento tenso cuando una multitud de aficionados se congregó en torno a la pista de entrenamiento, a la espera de ver a Alcaraz. El joven llegó algo tarde, y tras saludar al público, inició su práctica con Andres Martin, pero el esfuerzo le resultó excesivo. Después de unos pocos minutos de peloteo, se acercó a su equipo, visiblemente afectado, y pidió disculpas tanto a su compañero de entrenamiento como al público antes de retirarse.
Juan Carlos Ferrero, su entrenador, observó con preocupación cómo el estado de salud de Alcaraz limitaba sus capacidades. "En cuanto se mueve un poco le cuesta respirar. Sigue con el pecho cogido", comentó a los medios, sugiriendo que, aunque es probable que Alcaraz pueda competir, no hay que esperar que esté al 100%. El entrenador señaló la incomodidad de tener que enfrentar una situación así en un momento crucial: "Es un mal momento para haberse puesto malo".
Si Alcaraz pierde contra Rublev, quedará eliminado de las ATP Finals, aunque igualmente deberá competir el viernes contra Zverev, sin posibilidad de descanso antes de su compromiso en la Copa Davis, que iniciará en Málaga la próxima semana. Allí, el equipo español, liderado por Rafa Nadal, espera su contribución en la fase de cuartos de final, aunque su estado físico podría complicar su desempeño.
España enfrentará a los Países Bajos, un equipo sin grandes estrellas, pero con jugadores de nivel que podrían poner en aprietos a Alcaraz y sus compañeros. El constipado de Carlitos no podría haber llegado en un peor momento: la presión de las ATP Finals y el inminente reto de la Copa Davis constituyen un final de temporada abrumador.