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La estrella del tenis Elina Svitolina, actual número 23 del mundo según el ranking WTA, sorprendió a sus seguidores al cambiar su raqueta por un lanzacohetes y una ametralladora durante una visita a Járkov, Ucrania, durante el parón de la temporada. La deportista, conocida por utilizar su plataforma para visibilizar el impacto de la guerra en su país natal, compartió imágenes de su experiencia en redes sociales.

En Instagram, la tenista de 30 años expresó su conexión con Járkov, ciudad clave en su desarrollo personal y profesional: "Járkov tiene un lugar especial en mi corazón. La ciudad que me dio la sensación de estar en casa cuando comencé mi carrera profesional aquí a los 12 años. La ciudad que sigue brindándome calidez y protección durante la gran guerra. Si me preguntas dónde encuentro la motivación para luchar en los estadios deportivos, este es mi país, mi gente, mi Járkov y nuestros héroes".

Casada con el también tenista Gael Monfils, Svitolina suele volver a Ucrania en sus ratos libres para brindar apoyo a su comunidad. Según informó el medio Bild, la deportista dedica parte de su tiempo a actividades relacionadas con la resistencia contra la invasión rusa. Sin embargo, pronto deberá abandonar su país natal para enfocarse en la preparación del Abierto de Australia, que se disputará en poco más de un mes.

La carrera de Svitolina es una de las más exitosas en la historia del tenis ucraniano. Ha alcanzado el puesto número 3 del ranking mundial en individuales y el 108 en dobles, además de haber acumulado 17 títulos en el WTA Tour. Su recorrido en el deporte comenzó a los cinco años en la ciudad de Odesa, donde vivía con sus padres deportistas y su hermano mayor.

Un momento decisivo en su vida llegó cuando su familia se trasladó a Járkov para impulsar su carrera tenística. No fue un camino fácil, ya que su madre tuvo que abandonar su trayectoria como jugadora profesional de bolos para priorizar el entrenamiento de Elina.

"En ese momento mi madre estaba interesada en los bolos profesionales. Entrenaba siete u ocho horas al día, pero tuvo que dejarlo. Durante los primeros meses estuve sola en Járkov, en un apartamento alquilado. Era muy importante volver antes de que oscureciera", señaló Svitolina en una entrevista pasada con Daily Mail.

La tenista, que describe a Járkov como "una ciudad interesante y muy diferente de Odesa", también destacó los desafíos económicos que enfrentó su familia en su juventud. "Cuando nos mudamos a Járkov, era una época de crisis. Mi padre estaba en el negocio inmobiliario y era muy difícil. Vivíamos con un presupuesto ajustado que podíamos gastar en comida", relató.

A pesar de las adversidades, esos años forjaron su independencia y fortaleza mental, cualidades que ahora la acompañan en el circuito profesional y en su labor como embajadora del deporte y de su país.

Su visita a Járkov, cargada de simbolismo, es un recordatorio del vínculo inquebrantable de Svitolina con Ucrania y de su compromiso por mantener viva la atención sobre la guerra que afecta a su nación.