En una entrevista con la revista GQ, Novak Djokovic, una de las figuras más emblemáticas del tenis mundial, reflexionó sobre su carrera, su relación con sus rivales y temas que trascienden el ámbito deportivo. En una conversación sincera, el serbio dejó entrever tanto su lado competitivo como su faceta más humana y reflexiva.
Djokovic, conocido por su intensidad y determinación en la pista, sorprendió al revelar su deseo de tener una charla abierta y distendida con Rafael Nadal y Roger Federer.
"Me gustaría tomarme una copa o dos con Nadal y con Federer y hablar abiertamente de las cosas que les molestan de mí", confesó. El serbio explicó que, aunque su relación con ellos ha tenido altibajos, siempre ha intentado ser respetuoso y amistoso fuera de la pista. "Al principio no tuve esa aceptación, porque entré diciendo y demostrando que quería ganar, y creo que eso no les gustó mucho", añadió el ganador de 24 Grand Slam.
Sobre la retirada
Uno de los puntos más destacados de la entrevista fue la perspectiva de Djokovic sobre su futura retirada. Aunque aseguró que no piensa en cuándo se retirará, sí reflexiona sobre el cómo. "Si empiezo a perder más o si superar los retos de los Grand Slams se convierte en un desafío cada vez mayor, probablemente lo daré por terminado. Pero ahora mismo estoy bien, continuamos", afirmó.
Sin embargo, confesó que su padre lleva tiempo instándolo a retirarse, preocupado por el impacto que la presión y el estrés tienen en su salud y en su entorno familiar.
Sus convicciones
Djokovic también abordó temas controvertidos como su decisión de no vacunarse contra el Covid-19, que lo llevó a ser deportado de Australia en 2022. "Fue algo político. No tenía nada que ver con la vacuna ni con el Covid", aseguró.
Aunque no se define ni provacunas ni antivacunas, defiende el derecho de cada persona a decidir sobre su propio cuerpo. "No sentía que la necesitara. Soy una persona sana y extremadamente consciente de lo que consumo como atleta profesional", explicó.
Por otro lado, el serbio defendió su apoyo a Croacia durante el Mundial de 2018, una postura que generó críticas en su país. "Tengo familia croata, y es lo que siento en mi corazón. ¿Cómo puedo animar a alguien más lejano que a un vecino con quien tengo lazos familiares?", argumentó.
Las nuevas generaciones
Djokovic también mostró respeto por los jóvenes talentos del tenis, especialmente por Carlos Alcaraz. Reconoció la ambición del español, aunque consideró que aún es pronto para hablar de historia. Sobre la posibilidad de que sus récords sean superados, declaró: "La gente dice que mis récords nunca se batirán, pero lo dudo. Carlos podría ser el siguiente. Incluso Jannik Sinner, si cuidan su cuerpo y se centran en el largo plazo".
Más allá de su dominio en el tenis, Djokovic no descarta explorar otros caminos en el futuro. Aunque ha sido tentado por la política, afirmó que no está interesado por ahora. "La política en nuestra región no es nada buena. Hay tanta manipulación que incluso si entras con buenas intenciones, todo se distorsiona", explicó.
La entrevista de Djokovic revela a un hombre complejo: un competidor feroz, pero también alguien con deseos de reconciliación, reflexiones profundas sobre su impacto en el deporte y convicciones firmes sobre su lugar en el mundo.