Por este motivo Novak Djokovic amenazó con no seguir jugando en Australia: plante en pleno partido de segunda ronda
El tenista serbio, ganador de 24 Grand Slam, no estaba contento con una interrupción durante el encendido de los focos de la Rod Laver Arena.
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El Open de Australia, que habitualmente destaca por el alto nivel competitivo y la emoción en cada partido, vivió un momento inusual protagonizado por Novak Djokovic.
El serbio, ganador en diez ocasiones de este torneo, avanzó a la tercera ronda tras superar al portugués Jaime Faria, pero el encuentro estuvo marcado por un incidente poco común que mostró el lado más iracundo del tenista.
El conflicto ocurrió durante el segundo set del partido, cuando el marcador estaba igualado 5-5. Tras ganar un intenso intercambio de 29 golpes que dejó boquiabiertos a los espectadores en la Rod Laver Arena, Djokovic interrumpió el juego con evidente frustración.
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— Eurosport.es (@Eurosport_ES) January 15, 2025
Djokovic protesta por las luces de la Rod Laver... y la juez de silla hace una llamada y se apagan al instante 👌#AusOpen pic.twitter.com/F2m6X6LTVt
El motivo del enfado del tenista serbio: las luces del estadio habían sido encendidas repentinamente, algo que desató su molestia. Djokovic, visiblemente molesto, se dirigió al juez de silla, Marija Cicak, exigiendo que las luces fueran apagadas antes de continuar el partido.
Mientras se apoyaba en la red con las manos en la cadera, intentó argumentar su postura en su idioma natal, reclamando que el cambio en la iluminación afectaba el desarrollo del encuentro. Según Novak, la solución ideal sería esperar al final del set para encenderlas, si fuera necesario.
El desencuentro involucró también a Faria, quien se unió a la discusión, aunque sin comprender del todo la situación. Cicak explicó que sería necesario esperar a que el personal técnico interviniera para ajustar la iluminación. "De acuerdo, entonces esperamos", respondió Djokovic con resignación.
Ambos jugadores se dirigieron a sus bancas para aprovechar la pausa y tomar un breve respiro mientras el árbitro solicitaba que se apagaran las luces. Los comentaristas del partido señalaron la peculiaridad del momento. "Creo que ninguno de los dos quiere las luces encendidas, según entiendo", mencionó Lucie Ahl.
Finalmente, tras unos minutos de incertidumbre, el público celebró con entusiasmo cuando las luces fueron apagadas, permitiendo que el partido se reanudara con normalidad. Sin embargo, este no sería el último momento de tensión para Djokovic durante el encuentro.
Duro camino hacia la final
Pese a su enfado, el segundo set resultó ser un verdadero desafío para el serbio. Faria, el número 125 del mundo, aprovechó la situación para forzar un desempate y, sorprendentemente, ganó el set por 7-6(4). En ese momento, Djokovic volvió a expresar su desconcierto respecto a las luces al dirigirse a Cicak, aunque más relajado.
La tercera y cuarta mangas vieron a un Djokovic más enfocado y decidido, lo que le permitió dominar el resto del partido y cerrar con un marcador de 6-1, 6-7(4), 6-3, 6-2. Su capacidad para superar las adversidades volvió a quedar demostrada, aunque este episodio reflejó lo mucho que factores externos pueden afectar su concentración.
La victoria coloca a Djokovic en la tercera ronda, donde enfrentará al checo Tomas Machac, vigésimo sexto cabeza de serie. El serbio ha dejado escapar sets en sus dos primeros encuentros, lo que plantea dudas sobre su estado de forma en este inicio de torneo.
Sin embargo, cuenta con el apoyo de su entrenador, Andy Murray, para ajustar su juego y mantener vivo el sueño de conquistar su undécimo título en Melbourne. El episodio de las luces, aunque anecdótico, dejó en evidencia la intensidad con la que Djokovic vive cada momento en la pista.