El tenista español Carlos Alcaraz sigue demostrando que su creatividad en la pista no tiene límites. En su duelo de octavos de final del torneo ATP 500 de Róterdam, el murciano no solo se impuso con una contundente victoria sobre el italiano Andrea Vavassori por 6-2 y 6-1, sino que dejó para el recuerdo un punto que desató la ovación del público y se perfila como uno de los momentos más brillantes de la competición.
Con su estilo impredecible y su capacidad de improvisación, Alcaraz convirtió una jugada que parecía perdida en una auténtica obra de arte. En una situación desfavorable, el español tuvo que estirarse al máximo para devolver una bola complicada.
Enseguida, se desplazó rápidamente hacia el otro lado de la pista, pero se pasó de frenada, quedando mal posicionado. Cuando parecía que no tenía opciones, realizó un golpe de espaldas, generando un globo defensivo que sorprendió a su rival.
Vavassori, desconcertado por la inesperada devolución, intentó responder con un smash, pero Alcaraz ya había preparado su siguiente genialidad: un passing de revés milimétrico que dejó sin respuesta al italiano. La ovación fue inmediata y el español celebró su golpe con una sonrisa y el dedo apuntando al cielo, consciente de haber regalado al público un momento inolvidable.
Más allá del espectacular punto, el partido reflejó la autoridad con la que Alcaraz avanza en el torneo. Sin necesidad de recurrir a sus célebres dejadas, el número tres del mundo impuso su ritmo, desplegó una variedad de golpes y aseguró su pase a cuartos de final. Su próximo desafío en Róterdam será ante Pedro Martínez o Holger Rune, pero si algo ha quedado claro es que el espectáculo está garantizado con el talento del joven murciano.
Un deja-vu
A muchos, esta acción de Róterdam le ha recordado a otro golpe histórico de Carlos Alcaraz. En esta ocasión fue contra Jannik Sinner en el US Open 2022. En un partido que se extendió por más de cinco horas, el joven español dejó un golpe magistral al final del segundo set, un gesto técnico que quedará en la historia. Con 19 años, ya sumaba acciones dignas de ser recordadas al final de su carrera.
En la Arthur Ashe, Alcaraz ejecutó un golpe imposible, respondiendo con un gesto acrobático cuando la pelota quedó detrás de su cuerpo. Elevado en el aire, con su brazo por detrás de la espalda y un giro preciso de muñeca, logró sorprender a un inquebrantable Sinner.
El punto, considerado uno de los mejores del año, llegó en un momento crucial. Tras desperdiciar varias oportunidades, Alcaraz se sobrepuso con un recurso inesperado que despertó al público neoyorquino y lo encaminó a una victoria memorable.