Las aguas vuelven a bajar revueltas en Duro Felguera. El equipo de Acacio Rodríguez ha detectado que la ampliación de capital de 125 millones de euros cerrada antes del verano se puede quedar corta y abre la puerta a nuevas necesidades de liquidez de cara a los próximos meses.
La situación viene motivada por la realización de una auditoría externa en la que se han detectado desviaciones en costes y deterioros adicionales en proyectos por valor de 38 millones de euros.
El informe también pone de relieve el retraso en el cobro de 33 millones en litigios pendientes previstos para este curso y, por si fuera poco, que la demora en la llegada de las nuevas líneas de financiación ha tenido un efecto negativo de 50 millones de euros.
El documento reconoce además un retraso de 180 millones de euros en contratación respecto a lo previsto en el presupuesto de 2018. Una situación que pone en jaque las finanzas de Duro Felguera, teniendo en cuenta que presenta una deuda neta de 292 millones de euros.
También la tesorería se ha reducido en 43 millones fruto del consumo de caja para circulante y por depósitos constituidos para hacer frente al retraso en las líneas de avales de cara a posibles contrataciones.
Ante esta situación, y tal como reconoce la propia Duro Felguera en su informe semestral, el equipo de Acacio Rodríguez ha puesto en marcha varias vías para intentar enderezar el rumbo: renegociar las condiciones de los proyectos en marcha para evitar sobrecostes por penalizaciones; la búsqueda de nuevos contratos y aumentar la eficiencia corporativa.
Más liquidez
Pero el punto que más llama la atención de todos es el reconocimiento de la búsqueda de un “refuerzo en la situación financiera de la empresa, lo que podría suponer a lo largo de 2019 la necesidad de una inyección adicional de liquidez”. Es decir, búsqueda de una nueva ampliación de capital. Sin embargo, todo dependerá del ritmo de recuperación del plan puesto en marcha para intentar dar la vuelta a la situación.
¿Por qué una ampliación de capital? Porque aunque habría otras maneras de buscar liquidez en el mercado, parece la más sencilla para la compañía. Una primera opción sería la de vender alguna unidad de negocio adicional; sin embargo, tras la venta de DF Núcleo y DF Rail, la única que tendría opciones de ver puesto el cartel de ‘se vende’ sería Epicom, que se dedica a temas de criptografía.
La otra opción que cabría poner encima de la mesa es la de buscar un préstamo que permita inyectar liquidez en las arcas. Analistas consultados descartan esa posibilidad para una empresa tan endeudada como Duro Felguera, y que acaba de cerrar un acuerdo de reestructuración con los principales bancos del país.
La última ampliación
El último acuerdo con la banca, que llevó a la ampliación de capital, vino precedido por dos prórrogas en las líneas de liquidez y avales, y contó con la oposición (en numerosas ocasiones) de diversas entidades.
Todo un jarro de agua fría para la compañía asturiana, que confiaba en poder empezar a ofrecer noticias positivas tras la ampliación cerrada el pasado verano. 125 millones de euros que fueron suscritos por un nuevo núcleo duro de accionistas: Indumenta Pueri (Familia Mayoral) con el 9,5%; La Muza Inversiones -de la familia Urquijo- (5%); Juan José Rodríguez-Navarro (4,17%) y Sabino García Vallina (3,12%).
Inversores que, según explican fuentes conocedoras de la situación, habrían pedido cuentas a Acacio Rodríguez. De hecho, parece que habrían sido ellos los que han impulsado la auditoría externa que rebelado nuevas desviaciones en algunos proyectos, muy alejadas de lo inicialmente proyectado en las presentaciones enviadas a los inversores para captar capital.
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