El Cultural

Una cierta tendencia

9 febrero, 2009 01:00

La semana pasada escribí un post en el que defendía el cine español. Mi intención, que quizá no quedó del todo clara, no era tanto hacer una encendida exhaltación del mismo sino arremeter contra una cierta forma de atacar al cine español basada en el insulto y la crítica a la totalidad. Voy a hablar de dos películas, las dos ganadoras de los Goya de este último año, que ilustran (cada una a su manera, Camino es mucho mejor que El truco del manco) los defectos y lastres que arrastra la cinematografía patria.

Camino - La ganadora de seis Goyas no es, ni mucho menos, una mala película. En un año árido como 2008 es, de hecho, una triunfadora bastante digna aunque Sólo quiero caminar es considerablemente mejor. Primero, las virtudes. Sin duda, es una película ambiciosa y aunque no alcanza el nivel que se propone tampoco chirría. Teniendo en cuenta que el cine español tiene tendencia a hacer películas pobretonas se agradece que Fesser se atreva a hablar de grandes temas y que lo haga, además, con generosidad de medios (y miras). La película cuenta una historia terrorífica (es sabido, la muerte de una niña de 11 años en el seno de una familia del Opus) y lo hace sin caer en sentimentalismos ni haciendo (demasiadas) trampas. Se deja ver con interés y la interpretación de Carme Elías es sencillamente sensacional así como la de la propia niña, Nerea Camacho, un fenómeno. Ahora lo malo. Camino comete el mismo error que mucho cine español reciente, o sea, estar rodada más como un telefilme que como una verdadera película de cine. Un telefilme de lujo, qué duda cabe, pero telefilme. Tanto el montaje como la planificación recuerdan a los modos televisivos y esa sensación que amplificada por el argumento, muy propio del género. Segundo. La película está hecha, de una forma descarada y brutal, para poner al Opus Dei a caer de un burro. El problema es que la película no "encuentra" esa crítica sino que la busca deliberadamente y, a ratos, carga tanto las tintas que se acerca al panfleto. Fesser confunde una institución (el Opus) con una enfermedad (el fanatismo, en este caso religioso) y por eso pierde credibilidad. Es una pena que su mirada no intente comprender sino censurar. En realidad, su ataque hubiera sido mucho más efectivo de haber seguido ese camino (valga la redundancia).

El truco del manco - Ganadora de tres Goyas (director revelación, actor revelación y canción), El truco del manco es una película sencillamente malísima. Una vez más, la Academia ha priorizado un tipo de cine "social" confundiendo las buenas intenciones con los (pésimos) resultados. La película cuenta la construcción de un estudio de músico por parte de El Langui y un amigo suyo adicto a las drogas. Y no se entiende nada. Primero, es una película sobre un hip hopero en la que no hay hip hop, deduzco que para enfatizar esa sensación de pobredumbre y cutrerío que impregna todo el metraje. El director, Santiago Zannou, juega a ser Bresson sin tener ni la más remota idea y la historia, truculenta y tremendida, no se aguanta por ningún lado. Empezando por su nada sutil defensa de la delincuencia (que se presenta como la única forma que tienen los protagonistas de alcanzar su sueño y se justifica) y terminando por un final innecesariamente trágico y absolutamente ridículo. Es, sencillamente, una vergöenza que un producto de calidad tan ínfima se haya llevado un premio que merecía muchísimo más Nacho Vigalondo y Los Cronocrímenes. Desde luego, es muy lógico que la gente no quiera pagar un duro por una película que además de deprimente, es horrenda (si alguien quiere ver cómo se puede retratar los bajos fondos y hacerlo infinitamente mejor que no se pierda la maravillosa Juventud en marcha, de Pedro Costa, que está disponible en formato DVD).