Image: Santiago Roncagliolo

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El Cultural

Santiago Roncagliolo

"Hay que ser buen actor para narrar la realidad"

13 enero, 2010 01:00

Santiago Roncagliolo

Hoy, junto a Javier Cercas y Miguel Barroso, ofrece una conferencia en la Casa de América

Alberto Ojeda
Santiago Roncagliolo (Lima, 1975) lleva varios años indagando en las infinitas maneras de manejar la realidad con las herramientas de la ficción narrativa. Sus experimentos se han centrado sobre todo en los bajos fondos de la política peruana y en el grupo terrorista Sendero Luminoso. De ahí ha extraído la materia prima para algunos de sus libros que mayor repercusión han tenido, como Abril rojo (Premio Alfaguara en 2006) y La cuarta espada. Hoy diserta en la Casa de América sobre estos ejercicios de equilibrismo literario, junto a Javier Cercas y Miguel Barroso, en una conferencia con un título-guiño a Capote, uno de los iniciadores del género: A sangre caliente.

Pregunta.- Al hibridar en una novela realidad y creación, ¿cuáles son las claves para contar la verdad sin faltar a los códigos de la ficción?
Respuesta.- El periodismo y el ensayo establecen líneas más claras entre buenos y malos. Contar la realidad con una novela permite mostrar mejor lo difícil que es delimitar esa frontera. Yo he trabajado mucho sobre el terrorismo. He entrevistado a muchos militares y muchos terroristas. Ambos han matado a miles de personas, pero todos se consideran buenas personas, mejor que yo incluso, que soy para ellos un burgués panzón y acomodado. Hay que ser un buen actor para narrar la realidad. Si escribes sobre un tipo miserable, tienes que sentir como un tipo miserable.

P.- ¿Quién diría que son los grandes maestros de este género?
R.- Truman Capote fue quien lo inventó. Aunque, bueno, hay un escritor argentino, Rodolfo Walsh, que ya lo hizo unos años antes, y es también muy interesante. Norman Mailer me gusta mucho, aunque opina demasiado, pero tiene tanto nervio narrativo... Janet Malcolm, del New Yorker, es otra. Y en español, ahora, se están haciendo cosas muy buenas, como el libro de Gabriela Viner sobre maternidad, y también Matías Caparrós.

P.- Para escribir sobre Sendero Luminoso, ¿fue al museo dedicado a este grupo terrorista en Lima? ¿Qué le parece su existencia?
R.- Sí, fui sobre todo cuando escribí La cuarta espada, mi biografía sobre Abimael Guzmán. Pero no está abierto al público. Sólo pueden entrar investigadores, precisamente para evitar una especie de peregrinaje de sus seguidores. Es como una pirámide de un faraón, en la que se encuentran muchos de sus objetos personales: sus libros, los regalos de sus subalternos... Lo que más llama la atención es que era un hombre alejado de las armas, no tenía ninguna. Era un burócrata, un intelectual del mal.

P.- ¿En qué situación se encuentra Sendero Luminoso? ¿Está desactivado?
R.- Hay columnas que operan en zonas de narcotráfico. Atentan contra la policía y el ejército. Están muy bien armados, pero ya no son una amenaza para el Estado como en los 80. Aunque la simple existencia de cualquier grupo terrorista siempre es una trampa para los Estados. Si no los combates bien, crecen. Como ha sucedido con Al Qaeda, al declararle Estados Unidos la guerra y ponerle al mismo nivel.

P.- ¿Ha celebrado la ratificación de la condena a Fujimori por la Corte Suprema?
R.- Claro. Con este proceso Perú demuestra que si eres terrorista acabarás preso, incluso si el que se comporta como un terrorista es el propio presidente de la República. Es una lección, muy importante en estos momentos en que se debate si los juicios por crímenes contra los derechos humanos deben celebrarse en cortes internacionales o en los países donde se han cometido.

P.- ¿En qué anda metido ahora?
R.- Después de varios años explorando las diversas vías de contar la realidad, ahora he escrito un libro de ficción pura, algo mucho más personal y más irreal. Es un thriller psicológico que se desarrolla en Tokio.

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