Daniel Innerarity: "Lo único que nos puede salvar de cometer grandes errores colectivos es la reflexión"
Catedrático de filosofía política y social, Daniel Innerarity acaba de publicar 'Una teoría de la democracia compleja' que propone una nueva manera de pensar la política en el siglo XXI
10 febrero, 2020 06:42¿Qué libro tiene entre manos?
En la mesa de trabajo uno sobre los efectos sociales de la digitalización, del sociólogo alemán Armin Nassehi: Muster. Theorie der digitalen Gesellschaft. Y en la mesilla del dormitorio siempre los diarios de Andrés Trapiello.
¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?
Tengo tres causas de desafección: que diga cosas banales, que cuente lo que ya sé o que afirme solemnemente lo que todo el mundo sabe pensando que nadie lo sabe.
¿Con qué personaje le gustaría tomar un café mañana?
Con Julian Sorel, el protagonista de Rojo y Negro, de Stendhal.
¿Recuerda el primer libro que leyó?
Supongo que cualquiera de Enid Blyton porque de ahí procede mi adicción a las mermeladas, que entonces me parecían exóticas.
¿Cuáles son sus hábitos de lectura: es de tableta, de papel, lee por la mañana, por la noche…?
Solo dejo de leer cuando estoy con otros o cuando hago deporte; mi oficio es leer, investigar y escribir, sin que estén muy claras las distinciones entre unas y otras actividades.
Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambiara su manera de ver la vida.
Fui a Alemania a principios de los 80 para hacer una investigación sobre Hegel y el romanticismo y descubrí que el idealismo alemán se entendía mejor en ciertas obras literarias que en algunos tratados muy sesudos.
Empecemos por el principio de Una teoría de la democracia compleja: ¿por qué “la principal amenaza de la democracia no es la corrupción sino la simplicidad”?
Porque los planteamientos simples ofrecen consuelos pasajeros, dramatizan el antagonismo, dejan las cosas como están y generan cinismo en las derechas y melancolía en las izquierdas.
¿Cuáles son las peores consecuencias de esa “simplicidad”?
Que la ciudadanía no entiende nada y nuestros representantes tampoco. El déficit más grave de la democracia es el de inteligibilidad.
¿Tenemos instrumentos suficientes para “repensar la democracia”? ¿Cuáles son los imprescindibles?
Bastaría, simplemente, con pararse a pensar y detener ese carrusel de volatilidad, competición y cortoplacismo. Lo único que nos puede salvar de cometer grandes errores colectivos es la reflexión. Un consejo para políticos: que lean El descubrimiento de la lentitud, de Sten Nadolny.
¿Muestran nuestros políticos esa voluntad de complejizar lo sencillo y simplificar lo complejo?
Hay muchos que creen que solo tienen problemas de comunicación cuando lo cierto es que comunican perfectamente… su vacuidad.
¿Cuál sería la solución para la quiebra que retrata entre tecnocracia y populismo?
Que dejáramos de entender la relación entre el pueblo y sus representantes en términos de obediencia (en cualquiera de las dos direcciones).
¿Entiende, le emociona el arte contemporáneo?
Teniendo en cuenta que quise ser pintor y mi padre no me dejó, toda mi vida ha sido una nostalgia por el oficio perdido y la ilusión de que la filosofía fuera algo así como pintar de otro modo.
¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?
Puestos a formular un deseo inalcanzable, me pido dos. De Tàpies y de Xenia Hausner.
¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?
La crítica contraría, como los dolores del cuerpo, pero nos indica que tal vez debamos corregir algo.
¿Le gusta España? Denos sus razones.
Mi aprecio está en relación proporcional al grado de diversidad que está en condiciones de reconocer.
Déjenos una idea para mejorar la situación cultural de nuestro país.
Me referiré solo al ámbito que conozco mejor: que quienes escribimos ensayo filosófico seamos capaces de llegar a más personas sin bajar el nivel.