El Miguel Ángel español
El Museo del Prado muestra San Juan Bautista niño, la única escultura que del artista se conserva en España
30 marzo, 2015 02:00San Juan Bautista niño, de Miguel Ángel, en el Museo del Prado
Es la única escultura de Miguel Ángel que se conserva en España. Una pieza en mármol propiedad de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli-Sevilla y procedente de la capilla del Salvador de Úbeda, se podrá ver en el edificio Villanueva del Museo del Prado desde mañana, 31 de marzo. Prácticamente destruida a comienzos de la Guerra Civil, la obra ha estado reducida a fragmentos hasta su reciente y compleja restauración en el Opificio delle Pietre Dure (Centro de Restauración) de Florencia.Ahora, el Museo del Prado exhibe San Juan Bautista niño, la única escultura de Miguel Ángel que se conserva en España. Se trata de una obra de juventud del artista, anterior a la Piedad del Vaticano y a los frescos de la Capilla Sixtina, que fue donada por el duque de Florencia, Cosmé I de Medici, a Francisco de los Cobos, secretario del emperador Carlos V, quien la envió a España, a su villa de Sabiote, pasando a enriquecer, tras su muerte, la capilla sepulcral que mandó construir en su ciudad natal de Úbeda.
Expuesta desde el siglo XVI en la capilla del Salvador de Úbeda en Jaén, fue recuperada por la bibliografía artística en 1930 como obra de Miguel Ángel. Pocos años después, en 1936, a comienzos de la Guerra Civil, sufrió graves daños que destruyeron gran parte de la misma quedando reducida a fragmentos. En un acto de vandalismo la escultura quedó rota en pedazos y la cabeza fue quemada. Solo se pudieron recoger catorce fragmentos, el equivalente al 40% de su volumen original.
Tras la intervención, y después de su exhibición en Florencia y Venecia, San Juan Bautista niño regresa a España para exponerse en el Museo del Prado como parte de su programa expositivo "La obra invitada", patrocinado por la Fundación Amigos del Museo del Prado. Aquí permanecerá los próximos tres meses, hasta el 28 de junio, para posteriormente ser trasladada a Úbeda, a su lugar original.
En cuanto a la historia de la escultura, los biógrafos de Miguel Ángel, Vasari y Condivi, narran que al volver de Bolonia a Florencia en 1495 su primer encargo fue una estatua en mármol de un San Giovannino hecha para Lorenzo di Pierfrancesco de Médicis (primo de Lorenzo el Magnífico) que hoy se identifica con esta. En lugar de seguir el modelo del San Juan Bautista de Donatello, como hacían los demás escultores florentinos, Miguel Ángel representó al santo más joven, como un niño de unos 6 o 7 años. Siguiendo el ejemplo de la escultura helenística griega, apoya la pierna izquierda sobre una roca y al doblarla ligeramente crea unas elegantes líneas oblicuas, un recurso estético que el artista utilizaría en diversas obras. Los brazos doblados, la cabeza ligeramente inclinada y el énfasis en el cuerpo desnudo recuerdan modelos de la escultura clásica, tan admirada por Miguel Ángel.