Cecilia Vicuña en el montaje de una exposición

Cecilia Vicuña en el montaje de una exposición

25 años de El Cultural

El arte de hoy sería sobrevivir

Cecilia Vicuña lleva décadas trabajando, pero han sido los últimos años los de mayor proyección, incluido el Premio Velázquez de las artes en 2019.

10 diciembre, 2023 02:08

César Vallejo escribió hace casi un siglo que el artista debe “suscitar grandes y cósmicas urgencias de justicia humana” y su visión de la interacción del arte con el mundo se hace cada vez más urgente a medida que aumenta la injusticia y la epigenética demuestra que nuestra manera de ser afecta a los genes, y no al revés. Es decir, el amor a la justicia podría ser una transmisión real, una fuerza imaginal con el poder de cambiar el mundo, si suficientes personas lo sintieran así.

María Sabina dijo: “la justicia es la curación”, y sus palabras resuenan en mí.

Crecí en un universo de seres perseguidos por su amor a la justicia. Vi desde niña que la escritura y el arte eran para mis abuelos la única redención. Quizás por eso yo nací con un lápiz en la mano, escribiendo/pintando como si en eso se me fuera la vida. Crecí en Chile en un intervalo de paz, gozando la enseñanza de mis mayores en el período glorioso que llevó a Salvador Allende al poder. El golpe militar de 1973 rompió el encantamiento de esa vida comunal de talleres, huertos y bibliotecas en que vivía nuestra familia.

"Caí rendida a tierra, toqué y acaricié la arena, ya transformada en un ser elemental que sabía que ese era el arte"

Mi arte había empezado antes en un día específico de l966 en Concón. De pronto comprendí que la mar y la luz me sentían como yo a ellas. Vi que mi sentir afectaba al entorno, y viceversa, y que esa interacción se extendía a todo lo viviente. Yo era uno de esos palitos despreciados, a punto de desaparecer azotados por las olas y el viento. Comprenderlo dio origen a mi arte precario, a las basuritas y los quipus de mi vida, lo que es sagrado porque desaparece. Ahí estaba la belleza, en la fragancia de la interacción del tejido total. Caí rendida a tierra, toqué y acaricié la arena, ya transformada en un ser elemental que sabía que ese era el arte: comprender la belleza infinita de lo que es.

Escribí “el arte es la conciencia”, no lo que se ve y oye, sino la forma en que se ve y oye. La palabra “forma” en su origen fue “apariencia,” del griego morph, metamorfosis. La forma está siempre en transformación. Su existencia es precaria y luminosa. La forma comparte su ser y da, transformando y siendo transformada por lo que existe a su alrededor.

[Ignasi Aballí. Errores y aciertos]

El arte no es nada y es todo a la vez. Indefinible y certero capta el instante. Guarda y revela la contradicción, y ese es su motor.

Ahora que la humanidad acelera su posible extinción, el arte hoy sería sobrevivir, convivir. Cuidar las aguas, la humedad y la humildad.

Recordar lo imposible.

Lo humano de lo humano, la libertad amenazada por la violencia autoritaria.

El arte es peligroso porque nos libera, haciéndonos ser lo que somos.

El arte es la herencia ancestral de la mano, creció de mano en mano, aprendiendo a tocar, sentir, moldear, imaginar, durante millones de años.

El arte ahora es imaginar, imantar la imagen de una acción colectiva de amor.

Despertar el compás moral adormecido que acepta la guerra y el genocidio.

'Quipu menstrual', 2019. Foto: Roberto Ruiz / CA2M

'Quipu menstrual', 2019. Foto: Roberto Ruiz / CA2M

Recuperar la capacidad humana de sentir el dolor propio como el ajeno.

El arte es sentir, limpiar la mirada, hacer ver la verdad del ver.

Recordar el doble ser humano: ser uno y todos a la vez.

Los sabios mbyá guaraníes de la selva hoy destruida dijeron:

“Aunque quieran desviarse del amor que congrega, no lo lograrán”.

“El odio es amor bifurcado”.

El sabio Karai Miri Poty dijo: “Hay que resistir desde la belleza”. “La violencia solo trae violencia”.

En los pueblos indígenas tradicionales del mundo, todos son artistas en la fiesta ceremonial, en el instante en que todos juntos somos un solo ser, un cuerpo colectivo.

El arte de hoy es aunar, unirse al deseo de paz. Parar la destrucción de la tierra y la vida humana.

Cecilia Vicuña (Santiago de Chile, 1948) es artista, poeta y activista. El Premio Velázquez de las Artes Plásticas (2019) le dio a conocer en nuestro país, poco después de su participación en la Documenta 14 de Atenas y Kassel (2017), y su exposición 'Veroír el fracaso iluminado' en el CA2M Móstoles y Kunstinstituut Melly Róterdam fue muy celebrada. Premio Nacional de Artes Plásticas en Chile (2023), hace poco mostraba su 'Brain Forest Quipu' en la Tate Modern de Londres (2022).

Enerko Sagardoy en un momento de la obra

'Tan solo el fin del mundo', un hijo pródigo sin perdón

Anterior
Fotograma de 'Una mujer en la ventana' (1976), película en la que Jorge Semprún participó como guionista.

Cuatro películas y ocho libros imprescindibles para adentrarse en el universo Jorge Semprún

Siguiente