"Lo que ves, es lo que es. Mi pintura se basa en el hecho de que sólo lo que puede verse allí, está allí. Es en verdad un objeto", solía decir sobre su obra el artista Frank Stella, considerado uno de los artistas estadounidenses más influyentes de la generación de posguerra. A finales de la década de 1950 y principios de la de 1960, contribuyó a llevar la pintura más allá del expresionismo abstracto y hacia el minimalismo.

Sus primeras visitas a las galerías neoyorquinas influenciaron su desarrollo como artista, mientras que el expresionismo abstracto de Jackson Pollock y Franz Kline influyeron en su trabajo. Sin embargo, la producción de Stella tiene una curiosa evolución. Comenzó con sus aclamadas Pinturas negras, que reflejan el deseo de ofrecer al espectador un impacto visual inmediato, desprovisto de referencias a cualquier cosa fuera de la propia obra. Pero supo reinventarse y romper con el minimalismo.

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 A medida que los años setenta y ochenta progresaron, sus trabajos se tornaron más coloridos y exuberantes. Normalmente acomodado en líneas rectas o curvas, Stella comenzó a utilizar una mayor gama de colores y de formas geométricas, incluso introdujo elementos del collage. Su minimalismo se tornó más barroco. De esta época pertenecen sus obras de la serie Pueblos polacos, Pájaros indios y Moby Dick. 

Desde las formas geométricas y las líneas sencillas hasta los colores vibrantes, las formas curvas y las disposiciones tridimensionales. Stella creó un nuevo vocabulario de diseño, revolucionario e innovador. Posteriormente, durante los noventa, Stella comenzó a crear esculturas sin soporte para espacios públicos, desarrollando proyectos arquitectónicos. 

Stella consolidó su lugar en la historia del arte en 1970 cuando, a los 33 años, se convirtió en el artista más joven en organizar una retrospectiva en el Museo de Arte Moderno. Desde entonces, celebró importantes exposiciones individuales en la Royal Academy of Arts, el Metropolitan Museum of Art y el Kunstmuseum Basel, y su obra forma parte de colecciones públicas de todo el mundo.

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    'Horizonte azul', 1958

    Es uno de los últimos cuadros que pintó Frank Stella antes de iniciar la innovadora serie de pinturas negras minimalistas por las que es más conocido.

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    'El matrimonio de la razón y la miseria, II', 1959.

    Es una de las cuatro obras de la serie 'Pinturas negras' (1958-60) de Stella incluidas en la histórica exposición 'Sixteen Americans', que le catapultó a la fama. Con su énfasis en el control y el racionalismo, las Pinturas negras abrieron caminos realmente nuevos para la abstracción y ejercieron una profunda influencia en el arte de la década de 1960.

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    'Die Fahne Hoch!', 1959.

    Frank Stella dio a la obra un título provocador. Die Fahne Hoch! debe su nombre al himno del Partido Nazi, el Horst-Wessel-Lied, y es uno de los varios cuadros de la serie que hacen referencia directa al nazismo. El propósito irónico de aplicar a la imagen un título así era despojar la idea misma de significado.

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    'Sin título' 1966, Frank Stella.

    Esta pintura de la colección Thyssen-Bornemisza fue realizada en 1966, cuando el lenguaje abstracto de Stella se acercaba a la experimentación minimalista.

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    'Harran II', 1967.

    A partir de 1966 se produjo un cambio importante en su obra,  creó sus 'Polígonos irregulares', lienzos con formas geométricas irregulares y empezó a utilizar un lenguaje pictórico más abierto y orientado al color.

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    'Gran Cairo', 1962.

    Como la mayor parte de su producción en los años 60, la obra refleja la capacidad de Stella de ofrecer efectos ópticos e ilusionistas a través del color y la geometría. 

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    'Michapol I', 1971

    La obra pertenece a la serie 'Pueblos polacos' que realizó Stella en los años 70, inspiradas en las sinagogas de madera pintada destruidas por los nazis en Polonia durante la Segunda Guerra Mundial.

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    'Shoubeegi', 1978.

    La serie Pájaros indios son una serie excepcionalmente rara compuesta por sólo una docena de obras. Son creaciones monumentales que se caracterizan por su grandiosidad ornamental, su dinamismo y sus dramáticas luces y sombras. De ahí que a menudo, esta obra de Stella ha suscitado comparaciones con el arte barroco.

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    'Whale Watch', 1994.

    Desde mediados de los ochenta a mediados de los noventa, Stella creó una serie que respondía a la obra de Herman Melville, Moby Dick. El profundo relieve de las pinturas de Stella dio lugar a una completa tridimensionalidad, con formas esculturales derivadas de conos, pilares, curvas francesas, olas, y elementos de decorado arquitectónico.

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    'Memantra' de Frank Stella en el Museo Metropolitano.

    Durante los noventa, Stella comenzó a crear esculturas sin soporte para espacios públicos, desarrollando proyectos arquitectónicos.

    Wikipedia
El Cultural