Matt Mullican a tres bandas: el pintor americano conquista dos galerías en Madrid y una en Barcelona

Mientras que en el caso de ProjecteSD se trata de la sexta presentación individual de Mullican, en Madrid será la primera vez. A través de las tres muestras, y con las obras de gran interés seleccionadas, podemos ir hasta el fondo del trabajo de este artista singular.

Mullican tuvo su primera exposición individual en Boston, en 1973, y acabó su periodo de formación en 1974, en el California Institute of Arts. Desde sus inicios, su representación pictórica se modula cuestionando los sentidos, los lenguajes y la significación.

La elección en esta ocasión del círculo como motivo central de su trayectoria es plenamente acertada, pues este aparece en todas las obras. Como punto de arranque se podría situar el dibujo sobre papel de 1975 Untitled (The World), en el que vemos la cartografía del mundo encerrada en un círculo: un mapamundi que replica la circularidad esférica de nuestro planeta.

'Untitled (Sign Symbol) LÍNEA' Créditos: Foto: ProjecteSD Barcelona / Roberto Ruiz

Es importante destacar su procedimiento para dar nombre a sus obras. Como rótulo general emplea siempre Untitled pero a la vez, entre paréntesis, aparece un rótulo complementario con referencias verbales concretas a cada pieza. Parece establecer una dualidad entre lenguaje verbal y visual, subrayando la diferencia entre ambos, pero también su intercomunicación.

En su lenguaje visual da una gran importancia a los colores, a cinco en concreto: verde, azul, amarillo, negro y rojo. El primero, el verde, se asocia formal y simbólicamente a la representación del mundo material. El segundo, el azul, a la vida cotidiana. El tercero, el amarillo, a la cultura y la ciencia. El cuarto, en una síntesis de blanco y negro, al lenguaje. Y finalmente, el quinto, el rojo, a la experiencia subjetiva.

'The sign is the circle, 2024'. Foto: Paco Benavides / 1 Mira Madrid

Trama visual y lenguajes. Todo ello responde al objetivo central de su obra: alcanzar un conocimiento profundo de sí mismo. Si en un plano filosófico, René Descartes nos dejó escrito “pienso, luego existo”, en el caso de Mullican podríamos leer “hago arte, luego existo”.

La conexión entre la interrogación interior y el círculo es especialmente relevante, porque se trata de individualizar los diversos planos y experiencias de la vida. En paralelo con la palabra enmarcar, podríamos crear un neologismo: encircular, para subrayar su procedimiento. Todo ello nos lleva a la identificación de la existencia, en sus círculos plurales, con la cosmología, algo central en él. En una de sus presentaciones en Madrid, indicó: “Cosmología es sociedad”.