'The Talos Principle II', androides y filosofía en la Nueva Jerusalén

Con los años, los androides han creado una ciudad bajo el nombre de Nueva Jerusalén y una sociedad compleja en la que ellos mismos se denominan como humanos. El protagonista es 1K, el milésimo individuo y el final de una autoproclamada meta por la cual la fundadora de la ciudad, Atenea, quiso limitar el número de habitantes.

The Talos Principle II es un juego de puzles que requiere ingentes cantidades de pensamiento abstracto, visión espacial y mucha flexibilidad formal a la hora de abordarlo. El objetivo es conectar láseres de colores con la ayuda de diferentes dispositivos, pero cada área añade su propia vuelta de tuerca, con nuevas mecánicas (antigravedad, teleportación, etc) que lo van complicando todo de manera paulatina.

'The Talos Principle II' es un juego de puzles que requiere ingentes cantidades de pensamiento abstracto

Su carácter contemplativo funciona a dos velocidades. En un nivel más superficial, la reflexión sobre el puzle concreto. En otro más profundo, la ponderación sobre acuciantes cuestiones filosóficas: la naturaleza de la conciencia, el significado del cosmos o las características de la humanidad.

El propio título hace referencia a la mitología griega para transmitir su idea fundamental. Talos era un autómata de bronce forjado por Hefesto para proteger a Europa de piratas y saqueadores. Se movía por sí mismo, hablaba y era capaz de razonar. Tenía un icor que hacía las veces de sangre y cuando salió de su cuerpo en el cuento de los argonautas, murió.

Un momento de 'The Talos Principle II'

Por lo tanto, si una máquina tenía las propiedades de un hombre, el hombre también puede ser entendido como máquina. La humanidad reducida a su elemento sustancial: la conciencia. Ergo, todos los seres que desarrollan una conciencia de sí mismos pueden ser entendidos como humanos.

The Talos Principle II es una propuesta maximalista en toda su dimensión intelectual. Sus puzles están diseñados con una elegancia efervescente que se percibe en cada detalle. Los entornos naturales donde se hospedan los desafíos se alternan entre el bucolismo y lo sublime.

['God of War Ragnarok: Valhalla', epílogo introspectivo a la altura del dios de la guerra]

Es un juego pausado, que invita al recogimiento interior mientras nos maravillamos ante sus estampas, ponderamos sus interrogantes y fijamos un rumbo para una sociedad en una encrucijada existencial.

Por toda la ambición filosófica de los temas que pone sobre la mesa, los guionistas han hecho un trabajo magnífico a la hora de caracterizar a unos personajes que, a pesar de sus componentes de silicio, se muestran decididamente humanos.

['Prince of Persia: The Lost Crown', poema épico en farsi y serio candidato a juego del año]

Sobre todo con Atenea, cuya íntima tragedia la acaba situando en un bucle de lógica, una metáfora quizá demasiado acertada sobre los tentáculos paralizantes de la depresión y la angustia provocada por todo un universo de incertidumbre.