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En plan serie por Enric Albero

'The Victim'. Justicia, venganza y redención

Esta producción británica, escrita por Rob Williams y dirigida por Niall MacCormick, hace del giro de guion un arte

21 junio, 2019 13:03

Craig Myers (James Harkness) es un humilde conductor de autobuses y padre de familia que vive en un tranquilo barrio residencial junto a su mujer y su hija. La noche de Halloween, de manera inesperada, un desconocido convenientemente disfrazado intenta asesinarle en el portal de su casa.

Anna Dean (Kelly Macdonald) perdió a su hijo Liam cuando apenas contaba con nueve años. Fue asesinado por otro menor de edad llamado Eddie J. Turner. Quince años después de aquella tragedia, Anna ha rehecho su vida, al menos de manera aparente, junto a su segundo marido, Lenny (Jamie Sives), y sus dos hijos, Louise (Isis Hainsworth), fruto de su primer matrimonio, y Ben (Zahar Burlakov). Además, trabaja como enfermera en un centro sanitario de Edimburgo.

Eddie J. Turner fue condenado por el crimen y, una vez cumplida la pena impuesta por el juez (siete años en un centro de detención juvenil), liberado. Para garantizar su reingreso en la sociedad, y dada su condición de menor, su identidad fue preservada y se le dio un nuevo nombre para que pudiera rehacer su vida.

Anna Dean cree que Craig Myers es Eddie J. Turner. Lleva años buscándolo, incluso ha contratado los servicios de una investigadora amiga, Mo Buckley (Pooky Quesnel), para que confirme sus sospechas. Toda la información con la cuenta le indica que su intuición no la engaña. Así que, utilizando un pseudónimo, publica en internet, bajo el lema ‘Don’t let evil live’ (no dejes que el mal viva), una fotografía de Myers y su dirección, señalándolo como el asesino de su hijo.

Poco después de que se produzca la agresión sobre Myers, el agente de policía Steven Grover (John Hannah) identifica a Anna Dean como la inductora del ataque. Se la acusará de intento de asesinato e incitación a la violencia y se abrirá un juicio contra ella.

La víctima - Tráiler (VOSE) | Filmin

The Victim, miniserie de cuatro episodios producida por la Independent Televison (ITV) para la BBC One y que en España se puede ver a través de Filmin, va alternando los tiempos correspondientes a la instrucción del proceso judicial y a los días previos a las sesiones que se desarrollan en la corte. Pero, más allá de su estructura, lo más interesante es el juego que se establece en función de la ambigüedad que adopta el sustantivo que da título a la serie. Víctima es Anna Dean, que perdió a su pequeño a manos de otro joven (de hecho, Liam es la víctima primigenia). Víctima es, también, Craig Myers, al que le dan varias palizas y verá como la vida que ha construido se desvanece ante sus ojos sin que pueda hacer nada. Víctima es Christian (Cal MacAninch), el primer marido de Anna y padre de Liam, incapaz de superar el duelo por la muerte de su hijo y la posterior ruptura matrimonial. Víctimas son, también, los familiares de la encausada y los del acusador, que sufren las consecuencias del juicio y de las revelaciones que en él van produciéndose. Víctimas son todos.

Esta producción británica, escrita por Rob Williams (Chasing Shadows, The Man in the High Castle) y dirigida por Niall MacCormick, hace del giro de guion un arte. Habitualmente, los llamados plot twists, esos que le dan la vuelta a la trama como si fuera un calcetín, suelen hacer que todo el armazón dramático previamente construido se tambalee, poniendo en jaque bien la honestidad del narrador, bien la coherencia de un relato que empieza a tener lagunas justo en el instante en el que se intenta sorprender a la audiencia. A lo largo de sus cuatro episodios, el argumento de The Victim se retuerce sobre sí mismo para ofrecernos revelaciones sobre la mayoría de los personajes que aparecen en escena y lo hace siempre cumpliendo aquella máxima que los (buenos) guionistas llevan tatuada en los parpados: el final tiene que ser imprevisible e inevitable.

Kelly Macdonald es Anna Dean en la ficción

Si no han visto la serie, no sigan: se viene un spoiler. Utilizaré un ejemplo -solo uno, prometido- para explicar lo anterior. Fijémonos en Danny Callaghan (Andrew Rothney), el novio de Louise, la hija de Anna. Es casi una década más mayor que su pareja. Parece un tipo amable. Louise y él apenas se separan y procura serle de gran ayuda mientras ella prepara su grado en leyes y sigue viviendo con sus padres. Danny es uno más de la familia, así que no es raro verle jugar a la consola con el pequeño Ben o verlo charlar amistosamente con Anna o Lenny.

Desde el primer minuto de la serie y hasta el final, la sombra de la duda planeará sobre si, efectivamente, Craig Myers es Eddie J. Turner. La ausencia de una confirmación rotunda que verifique la suposición de Anna hará que las sospechas vayan extendiéndose a otros personajes de orden secundario. La falta de pruebas, unida a los descubrimientos que tanto el tozudo agente Grover, empeñado en demostrar la culpabilidad de Anna, como la detective privada Mo Buckley van realizando o las informaciones facilitadas por Gerry Thyte (Tom Manion), el policía que llevo el caso de Liam, lejos de aclarar el panorama, van nublando el paisaje hasta que atisbar la verdad se convierte en algo tan complicado como averiguar la adscripción ideológica de Ciudadanos.

De esa colección de pesquisas se deducirá que el tímido Danny Callaghan no solo pasó tiempo en prisión, sino que además era amigo de la infancia de Liam y fue el primero en descubrir su cuerpo, aunque no informó a las autoridades hasta horas después. Ese giro invita a lanzar unas cuantas preguntas que la propia serie, bien de manera directa, bien por inferencias, responderá. ¿Cómo puede ser que Anna no supiera que el novio de su hija fue el que encontró el cadáver de Liam? En primer lugar, porque no se vuelve a hablar del caso de Liam con quien llevó la investigación hasta el episodio en el que averigua todos esos detalles. Y, en segunda instancia, porque cuando se llevó a cabo la investigación (año 2003), Danny era menor y lo normal es que su identidad se preservara (tal y como sucedió, a posteriori, con el condenado por el asesinato). ¿Por qué Danny empieza a salir con Anna, sabiendo las graves consecuencias que eso puede acarrearle? La serie lo explica muy claramente. Es la única manera que encuentra de limpiar la culpabilidad que arrastra desde que se produjo la tragedia. Con Louise puede hablar abiertamente de Liam -le recuerda que cuando se conocen, ella saca el tema inmediatamente- y eso le permite desahogarse, ‘normalizar’ su situación, algo que le había sido imposible hasta ese momento.

Por eso Danny necesita despedirse de Ben, porque en su día no pudo hacerlo con Liam (es una suerte de sanación en diferido e interpuesta). De hecho, MacCormik los filma como si uno fuera el reflejo del otro (ver imagen): la orientación de la raya del pelo, las chaquetas con los mismos colores, la postura de las manos… Ben, en tanto nueva versión de Liam que, como toda versión, deberá sufrir las consecuencias de no ser el original, y Danny son dos víctimas que buscan, a su manera, curarse. El primero, llamando la atención de una familia que lo tiene olvidado; el segundo, tratando de buscar comprensión en el seno de esa misma familia, la única con la que puede hablar de su terrible secreto (aunque sea de manera velada). Dos caras de una misma moneda. Dos víctimas.

MacCormik filma a Danny y Ben como si uno fuera el reflejo del otro

Como hemos visto, además de un guion plagado de sorpresas (siempre justificadas) obra de un escritor que ejerció como profesor voluntario en la cárcel, The Victim también contiene sugerentes detalles formales. Para no extenderme, me quedaré con el que me parece más relevante. La serie se cierra con una conversación entre Anna Dean y el verdadero asesino de su hijo, Eddie J. Turner, en el puente en el que tuvo lugar el crimen. MacCormick, un reputado director de ficción serial televisiva (Wallander, Doctor Thorne), rueda toda esa secuencia sin profundidad de campo, de manera que tanto la madre de la víctima como el victimario transmiten la sensación de estar atrapados en ese escenario. Esa elección parece indicarnos que el tiempo no ha pasado para ellos, que quince años después, siguen anclados al día en que se produjo el homicidio. Allí, en el lugar de los hechos, la conversación se impondrá a la violencia: Anna Dean y Eddie J. Turner revivirán el episodio y tratarán de buscar paz a pesar de las dificultades (huelga decir que esta producción de la BBC se aleja de maniqueísmo como le es posible). La decisión final de Anna, que no es necesario desvelar, hace de The Victim una serie que aboga por la justicia, la verdad y la reparación a través del diálogo. No es una mala lección.   

P.S.: El nivel actoral es, simple y llanamente, sublime.

@EnricAlbero 

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