Homo Ludens por Borja Vaz

Apocalipsis, la danza de la muerte

10 mayo, 2018 10:02

[caption id="attachment_544" width="560"] Imagen del videojuego Apocalipsis[/caption]

El género pictórico de la Danse Macabre despuntó en Europa a finales de la Edad Media alentado por toda la orden de catástrofes que asolaban el continente. Hambrunas devastadoras, guerras interminables y, sobre todo, la irrupción de la Peste Negra, transformaron de manera radical la cosmovisión del hombre medieval. La Muerte, como realidad inevitable, sobrevenida e implacable, acechaba en cada recodo, y afectaba a todos por igual: nobles y campesinos, clérigos y mercaderes, hombres y mujeres, adultos y niños. La universalidad de la muerte, la fragilidad de la vida y lo efímero de las glorias terrenales se convirtieron en una constante en las obsesiones artísticas de la época. Por mucho que los coetáneos intentaran escapar, como los personajes de Boccaccio, las figuras esqueléticas, en procesión danzante, siempre terminaban por alcanzarles.

La dirección artística de Apocalipsis: Harry at the End of the World está firmemente enraizada en la tradición de los grabados de madera de Hans Holbein el Joven y de Alberto Durero. Las figuras alegóricas son una constante a lo largo de todo el juego, encontrando su inspiración en las tradicionales representaciones del último libro de la Biblia y de los textos del Ars Moriendi. Esqueletos vestidos con ropajes litúrgicos, bestias marinas, animales famélicos, cámaras de tortura y aves demoníacas pueblan los escenarios de un juego afectado por un sempiterno tono sombrío e inquietante. El personaje de Harry se mueve con una rigidez propia del estilo, con una mueca de penitente resignación ante los horrores por los que navega en búsqueda de su amada Zula. La desolación y la decadencia pueden llegar a ser opresivas, pero en todo momento mantiene la belleza adusta de los grabados tardomedievales en los que se inspira.

La obra del primerizo estudio polaco Punch Punk Games es una colección de puzles sencillos en entornos en dos dimensiones. Los escenarios están estructurados como compartimentos estancos, donde hay que resolver una situación en cuestión para poder avanzar. Todos los objetos necesarios están en las proximidades inmediatas de cada barrera, por lo que es muy difícil atascarse, y rara vez los problemas implican la utilización de más de un puñado de elementos. Aunque los diseñadores juegan con las alegorías para plantear los diferentes desafíos, ninguno se aleja mucho de una lógica evidente: usar las constelaciones en el cielo nocturno para navegar, manejar un palo de zahorí para encontrar agua en un campo asolado o drenar el foso de un castillo son algunos ejemplos de las acciones que Harry debe realizar en su periplo. Apocalipsis es un juego donde el mantenimiento de una atmósfera sombría es una prioridad por encima incluso de una narración elaborada.

Gran parte del atractivo de las aventuras gráficas clásicas se basaba precisamente en sus tramas ingeniosas y sus personajes carismáticos. Apocalipsis, por el contrario, apenas contiene narrativa textual, y en ningún momento los personajes que aparecen deambulando por su mundo de pesadilla abren la boca, sino que permanecen sumergidos en un contemplativo y estoico silencio. Las palabras están reservadas para un narrador que interviene en momentos concretos para profundizar en el trasfondo de Harry y Zula, y que explica los principios de un viaje iniciático por este universo alegórico. Las pocas palabras que sí contiene el juego sin embargo están provistas de una sensibilidad gótica propia de los hermanos Grimm, recurriendo a imágenes de rituales a la luz de la luna, turbas enfurecidas y mujeres acusadas de brujería y pactos con el Maligno.

Adam Darski, más conocido como Nergal (dios del inframundo mesopotámico) y líder de la banda de música extrema Behemoth ha sido el encargado de poner voz al narrador, otorgándole con su fuerte acento polaco la particular idiosincrasia de su grupo, conocido en círculos artísticos por sus elaborados vídeos y su iconografía radical. Todo el apartado sonoro, tanto la narración como la música, está orientado a complementar el estilo visual, pero a veces las melodías de sintetizador terminan por resultar demasiado repetitivas y simplistas, produciendo un hastío prematuro que puede llevar a silenciar el programa en ocasiones. La narración de Darski, sin embargo, tiene tanta personalidad que sus intervenciones realzan todo el conjunto cada vez que hacen acto de presencia.

Apocalipsis: Harry at the End of the World es un título de ambiciones reducidas, pero con una identidad muy clara. Pertenece a esa escuela de videojuegos que entienden el medio como una forma de actualizar tradiciones pictóricas pretéritas  y de trasladar a la audiencia a las obsesiones que motivaron a sus principales artífices. La Danse Macabre es el resultado de unos tiempos en conflicto, donde el hombre occidental estaba experimentando unos cambios profundos en su manera de entender el mundo y a sí mismo, y donde tanto la cultura como la religión estaban sufriendo unas tensiones internas tan fuertes que amenazaban por desgarrarlas desde dentro. Quizá establecer paralelismos con la realidad contemporánea no sea más que una frivolidad temeraria, pero es evidente, echando un vistazo a las narrativas que imperan actualmente, que algunas obsesiones permanecen incólumes en el imaginario colectivo.

 

 

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