Alzheimer, nuevas puertas a la percepción
Fármacos, análisis y vacunas podrían llegar a prevenir y controlar la enfermedad
18 septiembre, 2015 02:00Foto: Cibersam
La lucha contra el Alzheimer tiene todos los frentes abiertos. Los laboratorios se esfuerzan por abrir nuevas líneas de investigación que ayuden, simultáneamente, a conocer sus condicionantes genéticos y ambientales y a tratarlo clínicamente. El objetivo prioritario es la prevención, atacarlo desde el primer chispazo y eludir la fatal muerte neuronal. Con motivo del Día Mundial del Alzheimer, este lunes, 21, hablamos con algunos de los protagonistas de los estudios que recientemente han abierto nuevas rutas para ralentizarlo e incluso prevenirlo.
Según la Sociedad Española de Neurología, alrededor de 600.000 personas padecen la enfermedad en nuestro país y se prevé que aumente de forma considerable en las próximas décadas hasta alcanzar el millón y medio de enfermos. Los últimos registros apuntan a que de cada 150.000 diagnósticos de demencia, 40.000 corresponden a nuevos casos de Alzheimer.
"Debido al progresivo envejecimiento de la población está previsto que estas cifras aumenten. La mejora de las condiciones socioeconómicas, los avances en el tratamiento médico y la mayor supervivencia tras el inicio de la enfermedad hará crecer el número de afectados", señala el doctor Guillermo García Ribas, coordinador del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la SEN. Ribas considera que hay evidencias de que "cuando la enfermedad se instaura en un cerebro con mala salud los síntomas se manifiestan antes".
Las investigaciones para mejorar el diagnóstico precoz de la enfermedad pasan por tres vías: la mejora de los tests neurpsicológicos que se realizan en las consultas, el desarrollo de nuevas técnicas de imagen molecular y la identificación de biomarcadores. A esta última ha dedicado todos sus esfuerzos Neuron Bio, que ha patentado un método para diagnosticar la enfermedad con un simple análisis de sangre. Carlos Ramírez, del área de Diagnóstico de la empresa granadina, señala a El Cultural que el inmenso equipo que ha participado en sus trabajos (tanto el científico como el económico) ha apostado por los biomarcadores por ser un método universalmente aplicable que no necesitaría instalaciones caras y porque en el caso de los biomarcadores en sangre no se necesitaría una intervención invasiva para su obtención.
"Partiendo de estas premisas -explica- llevamos a cabo una serie de proyectos para la obtención de muestras de 700 pacientes en las que fueron analizados más de 50 biomarcadores de sangre. Descubrimos que cinco de esos biomarcadores tienen una capacidad muy alta para diferenciar entre individuos sanos y enfermos". Este método podría sustituir al actual, más peligroso e invasivo, basado en la detección de estos indicadores en el líquido cefalorraquídeo a través de una punción lumbar.
Otro de los recientes avances para acorralar a la enfermedad llega en forma de vacuna. El Centro de Investigación Biomédica EuroEspes ha desarrollado la EB101, que presume de tener una cara profiláctica (por prevenir su aparición) y terapéutica (por detener el curso de la enfermedad y paliar parcialmente el daño neuronal). Además, explican desde el centro, es más segura, al no tener los efectos secundarios de otras vacunas, y protege las neuronas.
El presidente de la institución, Ramón Cacabelos, un nombre clásico en el estudio de las enfermedades neurodegenerativas en nuestro país, destaca que la EB101 se desarrolló con fines preventivos. Lo que persigue la vacuna de EuroEspes es evitar que mueran las neuronas. "Sabemos que desde que empiezan a morir las neuronas hasta que aparecen los síntomas, después de los 60, pasan más de 30 años, y cuando la enfermedad se manifiesta han muerto ya tantos miles de millones de neuronas que es altamente improbable que los tratamientos convencionales sean eficaces". La EB101 iría destinada a aquellas personas con historial familiar de demencia confirmada genéticamente y al 30% de los pacientes con la enfermedad ya desarrollada.
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Hasta el momento, la vacuna ha sido eficaz en animales transgénicos. Falta comprobar sus efectos en humanos. "Tenemos que descubrir por qué mueren prematuramente nuestras neuronas cuando están genéticamente programadas para vivir más de 100 años", sentencia Cacabelos.María Jesús Bullido, profesora titular del departamento de Biología Molecular de la UAM, dirige su trabajo hacia las bases genéticas del Alzheimer, otro frente en el que la ciencia aún tiene mucho que decir. Según la investigadora, la predisposición genética aumenta la vulnerabilidad frente a los cambios que ocurren con el envejecimiento, de forma que esa vulnerabilidad sólo se haría patente cuando el ambiente es desfavorable. "El cerebro -puntualiza- es extremadamente sensible al daño por estrés oxidativo ya que consume más oxígeno que cualquier otro órgano. Además, cuenta con una mayor capacidad antioxidante y tiene tendencia a acumular metales. La oxidación de lípidos, proteínas y ácidos nucleicos se consideran eventos muy tempranos de la enfermedad".
Una de las conclusiones de Bullido es que los factores ambientales y genéticos interactúan para dar lugar al fenotipo final. "Utilizando varios modelos neuronales desarrollados en el laboratorio, nuestro objetivo -precisa Bullido- es el descubrimiento de genes relevantes en estos procesos mediante el análisis genómico-funcional de los modelos. Posteriormente, utilizando estudios de asociación genética, analizamos qué genes están asociados a la enfermedad o al deterioro cognitivo y su posterior evolución hacia la demencia".
Recientemente, un grupo de investigadores británicos han publicado un trabajo en Nature en el que apuntan a que algunos casos de Alzheimer podían haber sido transmitidos por tratamientos como el de la hormona del crecimiento. Partiendo de la base de que no es lo mismo transmisión que contagio, el estudio sirve de advertencia para determinados protocolos clínicos, incluido el del uso de material quirúrgico.
La búsqueda del fármaco eficaz es el santo grial de la lucha contra el Alzheimer. Científicos del Hospital de Bellvitge de Barcelona ha logrado ralentizar la progresión de la enfermedad con un fármaco cannabinoide que se ha probado con éxito en ratones. El tratamiento retrasa la neurodegeneración y mejora el nivel cognitivo. También en animales un equipo de la Academia China de Ciencias ha probado con éxito un medicamento efectivo en la mejora de la memoria y de las habilidades cognitivas. El AD16, así se ha bautizado el fármaco que está a punto de entrar en su fase de pruebas clínicas, funciona como un agente antineuroinflamatorio que puede aliviar el daño causado por las proteínas beta-amiloides en las neuronas.
Para el doctor Cacabelos, el tratamiento farmacológico actual de la demencia es caro e ineficaz. "Con esta estrategia lo que hacemos es obligar a trabajar más a las neuronas supervivientes, con el riesgo de acelerar más su muerte. Ya se empieza a entender que el futuro del tratamiento tiene que ser preventivo. Por eso se está trabajando en la inmunoterapia activa y pasiva con vacunas y anticuerpos". El presidente de EuroEspes es contundente con el desafío que tenemos entre manos: "Lo más difícil en medicina es luchar contra la muerte, y las neuronas son las células más superespecializadas de nuestro organismo, con lo cual el secreto para hacerlas sobrevivir a la amenaza de muerte neuronal programada, que es el caso del Alzheimer, es uno de los retos científicos más complejos de nuestro tiempo".
@ecolote