José Manuel Sánchez Ron ante un busto de Charles Darwin en el Museo de Ciencias Naturales. Foto: Sara Fernández

José Manuel Sánchez Ron ante un busto de Charles Darwin en el Museo de Ciencias Naturales. Foto: Sara Fernández

Ciencia

José Manuel Sánchez Ron: “Hay libros científicos que son patrimonio de la humanidad”

El historiador de la ciencia y académico desvela cómo organizó y seleccionó los 100 títulos de  'El canon oculto', el ambicioso trabajo que fija los grandes textos del conocimiento científico.

8 abril, 2024 01:11

El canon oculto es la segunda entrega de una trilogía que Sánchez Ron inició con Querido Isaac, querido Albert ( ambos en Crítica) y que culminará con una ambiciosa historia de la ciencia. Con esta entrega, el historiador de la ciencia y académico ha intentado acabar con la “injusticia” que supone que “los cánones existentes de libros de los que se enorgullece la humanidad estén formados, básicamente, por obras literarias, con alguna inclusión de textos de historia o filosofía".

Pregunta. ¿Cómo surgió escribir el libro? ¿Hacía falta este "canon" en español?

Respuesta. Surge como respuesta a un hecho que considero no sólo injusto, sino también peligroso pues produce una cultura muy limitada: el de que los cánones existentes estén formados básicamente por obras literarias. De ciencia, únicamente, salvo excepciones, suele aparecer, y no siempre, El origen de las especies (1859) de Charles Darwin. En español se necesitaba especialmente, dada las limitaciones que existen en la presencia de España y españoles en la historia de la gran ciencia. Y en la extendida creencia de que la cultura se limita a la denominada “humanística".

P. ¿Existe alguna iniciativa similar en el mundo anglosajón?

R. No que yo conozca. Y lo mismo en otros ámbitos lingüísticos.

Sánchez ron ha intentado acabar con la “injusticia” que supone que “los cánones existentes estén formados, básicamente, por obras literarias"

P. ¿Qué criterios ha seguido a la hora de seleccionar estos cien imprescindibles?

R. Básicamente dos. La primera, incluir libros de ciencia que influyeron poderosamente en las principales disciplinas científicas, y que han influido en la idea que cada uno de nosotros se puede formar del mundo, al menos de aquellos que tratan de formarse una visión del mundo, aunque sea una pequeña.

»En segundo lugar, he tratado de hace compatible el anterior requisito con la posibilidad de que los lectores legos en ciencia puedan entender algo de sus contenidos, un requisito este que no siempre se cumple, pues cómo no incluir, por ejemplo, el gran libro de Isaac Newton de 1687, Philosophiae Naturalis Principia Mathematica, una de las joyas imperecederas de la humanidad. Espero que mis explicaciones en estos casos, ayuden a los lectores.

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P. Si tuviera que quedarse con un libro para las nuevas generaciones, ¿con cuál se quedaría?

R. Primavera silenciosa de Rachel Carson, porque denuncia un aspecto del maltrato, de la degradación de la naturaleza, algo que continúa produciéndose y contra lo que hay que combatir. Y, si se me permite un segundo, El origen de las especies, de Darwin, que nos muestra mucho de lo que en realidad somos: un eslabón de una larga cadena, la de la evolución de la vida en la Tierra, que se remonta a millones de años atrás.

P. ¿Por qué lo ha titulado El canon oculto? ¿Qué nos indica ese “oculto”?

R. Por lo que apuntaba antes. Porque los libros de ciencia no aparecen en los cánones tradicionales. En ese sentido, los grandes libros de la ciencia a lo largo de la historia parecen estar “ocultos”.

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P. ¿Recomendaría este libro para colegios y universidades? ¿Qué utilidad le gustaría que tuviera?

R. Sí, sin duda. Ambos. Puede ser útil para ayudarnos a ser respetuosos con la vida que existe en la Tierra, y conservarla para las generaciones futuras.

P. ¿Se ha dejado fuera algún libro que le haya dolido especialmente?

R. Bastantes, porque no quería pasa de 100. Lamento mucho, por ejemplo, no haber incluido a mi admirado matemático, y pensador profundo, francés Henri Poincaré, autor de libros de ensayo como La ciencia y la hipótesis (1902). Tampoco he sido justo con Niels Bohr, una figura clave en la historia de la física cuántica, del que bien podría haber incluido su libro de carácter general, La teoría atómica y la descripción de la naturaleza (1934).

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P. ¿Ha considerado la posibilidad de que alguien diga que  este o aquel libro no está incluido?  

R. En la medida en que mi libro reciba atención, sin duda que esto puede suceder. Toda selección, de lo que sea, está asociada a los gustos, opiniones, idiosincrasia, información del autor. Y yo no soy una excepción.

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P. ¿Qué gran libro cree que falta por escribir, o que le gustaría leer?

R. La bibliografía de libros de ciencia es inmensa, y crece continuamente, hasta el punto de que es inabarcable. Ahora, prácticamente todo científico que produce un  resultado de cierta importancia –e incluso aunque no la tenga– termina escribiendo un libro sobre ello. O lo hace algún historiador. Pero pensando en su pregunta, puedo pensar en dos ejemplos: me gustaría leer una gran biografía de uno de mis héroes, Stephen Jay Gould, de su vida y contribuciones como biólogo evolutivo, como escritor-ensayista sobre temas de ciencia, y sobre sus compromisos político-sociales.

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»Él dio muchas pistas en sus libros, pero hace falta una mirada independiente. También, una historia de los orígenes y desarrollo de la Inteligencia Artificial y la Robótica, que tuviese en cuenta tanto a la ciencia y la tecnología, como a los intereses económico-industriales y políticos.

P. ¿Consideraría que este libro marca un antes y un después en la literatura científica española?

R. ¡Uf! No se debe preguntar eso a un autor esto. Pero sí, lo creo. En la medida en que no existía, creo, un libro como este, que pretende que se reconozca que existe un patrimonio de libros, de ciencia, que se deben conocer, al menos su existencia y algo de sus contenidos. Es una especie de “nueva biblioteca de Alejandría” de la ciencia que trata de los grandes libros que son patrimonio de la humanidad.