La chica mágica de Vermut
Bárbara Lennie y Carlos Vermú durante el rodaje de Magical Girl.
El Cultural visita el rodaje de 'Magical Girl', segundo largometraje de Carlos Vermut, autor de la revolucionaria 'Diamond Flash', quien junto a la actriz Bárbara Lennie desvela las claves de la película.
Tras cinco semanas de rodaje canicular en diversas localizaciones de Madrid y Segovia -en su obsesiva búsqueda por el realismo, Vermut prefiere rodar en espacios que no se vean alterados por la producción ni la dirección artística-, y con un reparto encabezado por Luis Bermejo (El señor de Juan Cavestany), Bárbara Lennie y José Sacristán, Magical Girl ya se encuentra en proceso de montaje, con su estreno previsto para la primavera de 2014. Según las notas de producción, "Magical Girl es un drama con cortes de cine negro ambientado en el Madrid actual con matices de la cultura japonesa". En una librería de viejo del barrio de La Latina de Madrid, durante la última semana de rodaje, en visita de El Cultural al rodaje, Vermut hacía hincapié en que el filme "será una película más precisa en muchos sentidos que Diamond Flash". Los vínculos tarantinianos de su debut eran manifiestos, y el cineasta establece una ilustrativa analogía: "Si aquella fue Pulp Fiction, esta será Jackie Brown, es decir, más clásica, más lineal. Tiene algún misterio, pero la considero una película más férrea que la anterior. Sigue habiendo una hibridación de géneros, aunque tampoco me gusta refugiarme en lo críptico".
Bárbara Lennie e Israel Elejalde en un momento del rodaje.
La estructura en ‘set-pieces' de Diamond Flash, articulada en una serie de diálogos entre dos personas, también será la columna narrativa de Magical Girl. "Supongo que hay una intimidad en las conversaciones entre dos personas que en el cine se está perdiendo -señala Vermut-. Tanto la trama como los diálogos entre personajes están aquí al servicio de una idea superior, algo que distingue la película de Diamond Flash. En gran medida, Diamond Flash era un ejercicio de estilo". Una de las características más sobresalientes de su debut descansaba en la calidad interpretrativa de los actores, casi todos ellos desconocidos, lo que hacía pensar en largas sesiones de ensayos y en un respeto absoluto a las líneas de diálogo: "Tiendo a ensayar con todos los actores, pero aquí lo he tenido más difícil por las fechas. Me he dado cuenta de que más que ensayar las escenas, lo que hago es hablar mucho con ellos. No les doy demasiada información sobre los personajes, sino que más bien trabajamos el tono y los gestos. Trabajo desde lo general a lo particular, pero sin estar encima del actor, dejando que haga lo que quiera. Sí le pido fidelidad al texto, aunque tampoco me importa que cambien los diálogos si es necesario", explica el cineasta.
"Me impresionó mucho Diamond Flash por el nivel de las interpretaciones, y tener la posibilidad de trabajar con alguien que cuida el trabajo de actores de ese modo era todo un estímulo para mí", sostiene Bárbara Lennie (Obaba, Todas las canciones hablan de mí, La piel que habito, etc.), quien tras ver la película se interesó automáticamente por conocer a Vermut y trabajar en su próximo proyecto. "Yo pensé que íbamos a tener mucho ensayo previo porque la película es muy compleja, y mi personaje está muy alejado de mí, es muy enigmático, pero Carlos en verdad no ha sido nada obsesivo, tenía mucha confianza en que las cosas fueran saliendo. Ni siquiera hemos hablado mucho del guión ni hemos hecho un trabajo de mesa exhaustivo. Le interesaba mucho que el actor decidiera sobre el pasado del personaje, sobre la dirección que debía ir tomando. Tuvimos dos o tres días de ensayo en la semana previa al rodaje y ya está. Me sorprendió mucho, pero luego el rodaje ha sido muy tranquilo, muy fácil de llevar, sin sobresaltos". Con un equipo reducido, de apenas veinte personas, Vermut destaca también la fluidez con la que se ha desarrollado el rodaje: "Ha sido tan fluido que es sospechoso, que algo ha tenido que ir mal", bromea.
José Sacristán y Carlos Vermut.
El personaje protagonista lo escribió Vermut con el actor en mente: "Estaba cerrando el casting a la vez que escribía el guion, y por tanto la película se ha ido completando con los actores. Lo mismo ocurrió con Bárbara Lennie. Cuando conoces la cara para la que estás escribiendo, el personaje puede tomar otros derroteros que no habías imaginado". En el paisaje del cine español, enfrentado a tantas dificultades, no deja de ser un estímulo para los creadores que apenas un año después de su ópera prima, Vermut haya finalizado ya el rodaje de su segunda película. "No me gusta estar quieto y he tenido la gran suerte de encontrar el apoyo necesario para completar el proyecto con recursos que sobrepasan mis expectativas", dice. Teniendo en cuenta su estreno previsto para la primavera de 2014, no sería extraño que Magical Girl se presentara en el Festival de Cannes, donde la productora del filme ya recibió en 2012 el Premio de la Crítica con su primer largometraje, Aquí y allá, de Antonio Méndez Esparza. Habrá que estar muy atentos.