Christopher Nolan es el gran triunfador de los Globos de Oro. El director, al que los grandes premios le habían sido esquivos hasta ahora, ha conquistado cuatro galardones con Oppenheimer, en donde narra la peripecia del físico J. Robert Oppenheimer para desarrollar la primera bomba atómica, arma que apuntaló la victoría de los aliados en la Segunda Guerra Mundial.
Adaptación del libro Prometeo Americano, de Kai Bird y Martin J. Sherwin, la película ahonda en el particular estilo del director, que oscila entre el gran espectáculo y la construcción de relatos intimistas. Con un apartado visual fascinante, Oppenheimer ha convencido además a un público que ha abarrotado las salas.
El filme se ha llevado el premio a la mejor película de drama, al mejor director para Nolan, al mejor actor para Cillian Murphy -que consigue transmitir con su interpretación el pantanal de ambigüedad ética y moral por el que se mueve su personaje-, al mejor actor de reparto para Robert Downey Jr. y a la mejor banda sonora para Ludwig Göransson.
Pero la victoria de Oppenheimer no ha provocado que el otro fenómeno del año, Barbie, se fuera con las manos vacías (al existir categoría de comedia y de drama, no competían entre sí). La película de Greta Gerwig se ha llevado el premio al mejor logro en taquilla y a mejor canción para Billie Eilish, pero ha pinchado en algunas categorías en la que aparentemente era favorita: Margott Robbie se ha quedado sin el premio a la mejor actriz y Gerwig y Noah Baumbach sin el premio al mejor guion.
Mas allá del Barbenheimer, Pobres criaturas parece no renunciar a sus opciones a pelear por el Óscar con su victoria en la categoría de mejor película de comedia o musical. El filme del griego Yorgos Lanthimos, que levantó el León de Oro en Venecia, una revisión del mito de Frankenstein en clave feminista que se estrena en España el 26 de enero, cuenta con una espectacular Emma Stone como protagonista. Ella fue quien le arrebató el premio a la mejor actriz de comedia o musical a Robbie.
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También triunfó la nueva y nostálgica película de Alexander Payne, Los que se quedan, que sigue a tres personajes memorables obligados a pasar solos la Navidad de 1970 en un internado. Paul Giamatti se llevó el premio al mejor actor de comedia o musical y Da'Vine Joy Randolph el de mejor actriz de reparto.
Menos amor recibió Martin Scorsese por Los asesinos de la luna, pero al menos no se fue de vacío: Lily Gladstone conquistó el premio a la mejor actriz por su impresionante papel en esta narración de los asesinatos cometidos por la población blanca para expoliar los pozos petrolíferos hallados en el territorio de los indios Osage. La actriz comenzó hablando en un dialecto indigena al recoger el galardón.
La derrota de La sociedad de la nieve
No ha podido ser. Juan Antonio Bayona y La sociedad de la nieve han sido derrotados en los Globos de Oro por la última Palma de Oro, Anatomía de una caída, que se ha llevado tanto el premio a la mejor película extranjera como el de mejor guion. El consuelo para el director español es que no competirá con el thriller judicial de Justine Triet en los Óscar, ya que la Academia de Cine Francesa eligió la última película de Trần Anh Hùng, A fuego lento.
"Estoy muy feliz porque ha sido una película muy difícil de hacer (...) Conllevó grabar a 2.500 metros de altura, en la nieve, con los actores perdiendo peso durante cuatro meses", explicó a su llegada a la gala Bayona, que lucía unos gemelos con forma de aviones en su traje "en homenaje a toda la gente que iba en ese avión".
En la categoría de mejor película de animación se impuso El chico y la garza, de Hayao Miyazaki.
Una nueva reinvención
Los Globos de Oro llevan varios años saltando de una polémica a otra. Todo arrancó con acusaciones de cohecho y de falta de diversidad, pecado número uno en la industria en la actualidad, en el seno de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood, los organizadores del sarao. Varias empresas de medios, actores y creadores boicotearon por este motivo la edición de 2022, que se desarrolló en un aséptico hilo de Twitter.
Sin embargo, la gala renació en 2023 gracias a las medidas adoptadas por la institución, que cambió sus estatutos y potenció la presencia de mujeres entre sus miembros. Las estrellas volvieron a pisar la alfombra roja, conscientes de la importancia de estos eventos para vender al mundo sus películas, más aún en un momento complicado para la industria.
Pero las curvas estaban lejos de acabar. La Asociación de la Prensa Extranjera acabó disolviéndose hace unos meses y los Globos de Oro han terminado en manos del empresario Todd Boehly, propietario de Dick Clark Productions y Eldridge Industries, que ha pretendido realizar una gala más festiva y amena.
Además, de 80 profesionales con voto se ha pasado a 300 y se han creado dos nuevas categorías (Logro cinematográfico y de taquilla y Mejor interpretación de comedia Stand-Up en televisión), aunque por el camino se han quedado los dos premios honoríficos, que este año no se han entregado.
El humorista estadounidense Joy Koy, de madre filipina, -bastante desconocido por estos lares- ha sido el encargado de presentar el evento, que se ha celebrado en el hotel Beverly Hilton y que se ha emitido por la CBS tras años en la ABC. Lo que no ha cambiado es la disposición de los invitados en mesas circulares por las que corría el Möet & Chandon en abundancia.
Koy arrancó diciendo que estaba todo el mundo allí, y era verdad. No se echó en falta a nadie en los renovados Globos de Oro. De ahí pasó a desplegar un humor negro no demasiado inspirado -al menos en apariencia, porque con la traducción simultánea de Movistar se pierde gran parte de la gracia- a costa de las películas nominadas y los invitados, sin llegar a la mala leche del siempre añorado Ricky Gervais (premiado en una de las categorías nuevas, la de Stand-Up, aunque no acudió a recoger el galardón). Pero Koy al menos hizo reír a Robert De Niro.
La gala se ha desarrollado a un ritmo vertiginoso, con discursos de agradecimientos escuetos y bastante planos, pero no ha habido momentos de emoción destacables.
Succession, The Bear y Bronca acaparan los premios televisivos
En el apartado televisivo, tres series se han repartido casi todos los laureles de los Globos de Oro. Succession ha arrasado en las categorías dramáticas, apuntalando con su temporada final el prestigio de una serie que ha acaparado la conversación durante su emisión. La producción de HBO sobre la familia de multimillonarios Roy, y sus traiciones para hacerse con la sucesión al trono, ha logrado cuatro galardones: mejor serie dramática, mejor actor de drama para Kieran Culkin, mejor actriz de drama para Sarah Snooke y mejor actor de reparto en serie para Matthew Macfadyen.
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En la categoría de serie de comedia o musical, The Bear (FX) ha arrasado. La producción creada por Christopher Storer se ha llevado tres premios: el de mejor serie, mejor actor para Jeremy Allen White -el chico de moda, tanto por su romance con la Rosalía como por su impactante anuncio de una conocida marca de calzoncillos- y mejor actriz para Ayo Edebiri.
El mismo pleno ha hecho Bronca (Netflix). La serie de Lee Sung Jin ha conquistado los premios a mejor producción limitada o telefilme, mejor actriz para Ali Wong y mejor actor para Steven Yeon.