Cuando era pequeña, Cailee Spaney (Springfield, Misuri; 1997) fue a Memphis a visitar Graceland, la mansión en la que vivió Elvis desde los 22 años hasta su muerte en 1977 y lugar de peregrinación para sus fans. La experiencia se le quedó grabada en la cabeza. “Me impactó, porque me di cuenta de lo que significa para la gente”, asegura la actriz. “Recuerdo deambular por allí y que mi padre se echara a llorar. Me parece impresionante como una sola persona pudo cambiar el curso de la historia del entretenimiento”.
Seguro que en aquel momento no podía soñar que acabaría interpretando a Priscilla, la única mujer con la que el rey del rock se casó. Ambos se conocieron en Alemania, cuando el cantante hacía el servicio militar y ella no era más que una chica de instituto de catorce años, hija de un militar estadounidense. El flechazo fue total, y aunque la relación empiezó como si se tratara de un cuento de hadas, con la ligera oposición y desconfianza de los padres de Priscilla, pronto la joven se traslada a Greceland, que acabará convirtiéndose en su propia jaula de oro.
Sofía Coppola, con su habitual buen gusto para la puesta en escena, narra en Priscilla esta historia que fue derivando hacía el abuso psicológico. El gran descubrimiento del filme es, sin duda, Spaney, que se impuso a la favorita al Oscar Emma Stone (Pobres criaturas) en el Festival de Venecia, conquistando la Copa Volpi. Atiende a El Cultural por videollamada.
Pregunta. ¿Qué fue lo primero que le atrajo del papel?
Respuesta. Me han hecho muchas veces esta pregunta, y normalmente respondo lo primero que me viene a la cabeza. Pero cuánto más pienso en ello, creo que tiene más que ver con lo que necesitaba que con lo que sentía. Por ejemplo, necesitaba un trabajo. Es tan raro estar en el pequeño porcentaje de intérpretes que trabajan constantemente… Después, quería trabajar con los directores que me parecen más interesantes. Es en eso en lo que pienso cuando me ofrecen dos trabajos y tengo un par de meses para pensar, que es algo que no pasa muy a menudo.
P. ¿Cómo de importante fue entonces que Sofia Coppola dirigiera la película?
R. Nunca hubiera interpretado este papel si no fuera ella quien cuenta esta historia, que es muy difícil de hacer bien en muchos sentidos. Hacer un biopic es cuestión de nadar o hundirse. Si lo haces bien, puede ser precioso. Y si no puedes hacerlo realmente bien, el resultado será malo. Y es aterrador meterse en algo como esto con una persona tan icónica, que además está viva y va a ver la película. Entonces, lo primero de todo no fue verme en el personaje, sino verme trabajando con Sofia, que sabía que iba a tener una visión compleja del asunto. Ella es absolutamente la directora de mis sueños. La primera vez que vi sus películas expandieron mi mundo, mi vida personal. Después de trabajar con Sofia siento que me puedo morir tranquila. Tenía absoluta fe en su visión.
Una carrera muy prometedora
Spaney se encuentra entre los talentos más prometedores de Hollywood. Hizo su debut cinematográfico en 2018 con 18 años en Pacific Rim: Insurrección (Steven S. DeKnight), protagonizada por John Boyega, después de ser elegida entre cientos de candidatas en un casting realizado a nivel nacional en Estados Unidos.
Inmediatamente después trabajó en otras dos películas, Malos tiempos en El Royal (Drew Goddard, 2018) y Una cuestión de género (Mimi Leder, 2018), protagonizó el remake del clásico del horror teen Jovenes y brujas (Zoe Lister Jones, 2020) y destacó con pequeños papeles en dos series imprescindibles, Devs (2020), la magistral ciencia ficción de Alex Garland, y Mare of Eastdown, el drama protagonizado por Kate Winslet. Este mismo año se espera que triunfe en dos impactantes películas, Civil War, de nuevo a las órdenes de Garland, y Alien: Romulus, nuevo episodio del xenomorfo dirigido por Fede Álvarez.
P. En Priscilla coincide con otro prometedor actor, Jacob Elordi (Euphoria, Saltburn). ¿Cómo se fue generando la química con él?
R. Creo que es una cuestión de suerte. A veces no la tienes, y simplemente tienes que trabajar más de lo que te gustaría. Si coincides con la persona correcta, la química aparece de manera natural. Fue muy importante sentirnos rápidamente cómodos entre nosotros, porque el rodaje duró solo 30 días. Esa química era imprescindible para mostrar el tiempo que han compartido Priscilla y Elvis, desde que se conocieron cuando ella era una joven de 14 años, pasando por cuando se casaron, cuando fueron padres, cuando ella lo abandonó… Priscilla decía que Elvis fue casi un Dios para ella. Además, no hablo tanto en esta película, tengo pocos diálogos, por eso era imprescindible contar con alguien con quien me sintiera muy cómoda incluso en silencio, un actor que diera el 100 % todo el tiempo. Y él lo hizo.
P. ¿Cómo se conocieron?
R. Cuando él estaba rodando Salburnt en el Reino Unido, coincidió que yo estaba en Londres y él vino a conocerme un fin de semana, y tuvimos largas conversaciones sobre cómo queríamos interpretar estos personajes. También salimos, vimos películas y montamos a caballo y otras actividades ligeramente basadas en lo que hacían habitualmente Elvis y Priscilla. Él se lo tomó muy en serio, me di cuenta de que estaba en la película por las razones adecuadas. Ama el cine y la interpretación, y aquí quería cubrirme las espaldas. El trabajo de Jacob apoya el punto de vista de Priscilla. No es fácil que un actor masculino joven vaya en el asiento de atrás del coche. Siempre quieren ser el centro de atención. Pero él hizo todo lo posible para servir al punto de vista femenino de la película. Adoro que trajera ideas para poner sobre la mesa. Es un actor brillante, con un gran futuro por delante que estoy impaciente por descubrir.
P. La banda sonora juega siempre un papel muy importante en las películas de Sofia Coppola. ¿Le mandó ella una lista de canciones para que le inspirarán o algo parecido?
R. Sí, me envió canciones para el primer test de cámara, cuando estábamos probando el maquillaje, el peinado o la ropa. Ella tiene sus propias listas y también su marido, el músico Thomas Mars, que trabajó en la banda sonora. Yo le pedía a Sofía que me mandara más canciones. Las bandas sonoras de Sofía son realmente especiales, elevan sus películas. Y uno de los aspectos más divertidos es que ella reproduce las canciones en el set también, y muchas acaban en la película. Esto hace que el equipo entienda mejor lo que está rodando y que se involucre más. Por ejemplo, Sofia reprodujo en el set la canción de Dolly Parton que suena en la escena final, que rodamos en el segundo día, y eso ayudó mucho.