Era la favorita y cumplió con los pronósticos. Anatomía de una caída y su directora Justine Triet han triunfado este viernes en los Premios César, los más importantes del cine francés, al alzar los galardones a mejor película, dirección y guion original. La gala ha estado marcada por las reivindicaciones contra los abusos sexuales en la industria.
La película, un riguroso drama judicial que esconde una encendida denuncia del sesgo heteropatriarcal que opera en la sala de máquinas de la vida en sociedad, consiguió otros tres galardones, por lo que acumuló seis de los once a los que aspiraba, convirtiéndose en la película más premiada de la noche. El reino animal, de Thomas Cailley, la otra gran favorita, se llevó cinco de sus doce candidaturas, con especial éxito en las categorías técnicas.
"Me gustaría dedicar este César a todas las mujeres", afirmó Triet en el legendario teatro Olympia de París, ya con el gran galardón de la noche, el de mejor película, en las manos.
Era la guinda a una excelente trayectoria para una película que conquistó en mayo la Palma de Oro del Festival de Cannes y que aspira a varios Oscar el próximo 11 de marzo, incluidos los de mejor película, dirección y guion original -aunque no al de película internacional, ya que la Academia Francesa decidió enviar A fuego lento (Trần Anh Hùng), que no se ha colado entre los cinco nominados, donde sí está La sociedad de la nieve, de J. A. Bayona-.
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En interpretación, la alemana Sandra Hüller se adjudicó la estatuilla a mejor actriz por su papel protagonista en Anatomía de una caída y Arieh Worthalter hizo lo propio en la categoría masculina por El caso Goldman.
Los de los roles secundarios se los llevaron Adèle Exarchopoulos por Las dos caras de la justicia y Swann Arlaud por su papel de abogado en Anatomía de una caída; en tanto que los premios a los mejores actores revelación fueron para Ella Rumpf (El teorema de Marguerite) y Raphaël Quenard (Perro feroz).
Para el premio a la mejor película extranjera, la Academia de los César eligió a la canadiense La naturaleza del amor (Monia Chokri), por delante de la italiana El rapto (Marco Bellocchio); la finlandesa Fallen Leaves (Aki Kaurismäki); la japonesa Perfect days (Wim Wenders) y a la estadounidense Oppenheimer, de Christopher Nolan.
Este último realizador, sin embargo, subió a recoger igualmente una estatuilla, el César de honor, que se encargó de presentar la francesa Marion Cotillard. También se entregó otro galardón de honor a la actriz, directora y guionista francesa Agnès Jaoui, que es la mujer más laureada de la historia de estos premios.
La única aspirante española a premio en esta edición de los César era la directora Gala Hernández López, que logró el galardón de mejor cortometraje documental por La Mécanique des fluides, una obra en la que exploró la subcultura 'incel' (célibes involuntarios) y la soledad en la era de internet.
En su discurso al recoger el galardón, la realizadora de 30 años originaria de Murcia dijo que no estaría allí sin sus "camaradas feministas" y dio las gracias a su familia, a su equipo, a sus amigos y a Francia, el país en el que ha desarrollado su carrera profesional, sin dejar de añadir un "muchas gracias" final en español.
El 'Me Too' francés toma la palabra
La ceremonia en el teatro Olympia estuvo muy marcada por las reivindicaciones contra los abusos sexuales en la industria del cine, ya que Francia asistió a una lluvia de denuncias y acusaciones en los últimos meses.
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La encargada de hacer de representante de este Me Too francés fue la actriz Judith Godrèche, que recientemente denunció haber sido abusada por dos directores (Benoit Jaquot y Jacques Doillon) cuando era adolescente. "Sé que da miedo. Miedo de perder las subvenciones, miedo de perder papeles", afirmó Godrèche, que fue recibida con una gran ovación en pie al salir al escenario.
"Podemos decidir que los hombres acusados de violación no sean más los que hacen y deshacen en el cine", instó.