Cine

Juicio al mito de Marisol: Pepa Flores, inocente de todos los cargos

El documental de la directora Blanca Torres recorre la agitada vida de la artista que marcó tres décadas de la vida social y cultural de nuestro país.

10 mayo, 2024 02:20

Ser un mito no se elige. Esta frase de la directora de Marisol, llámame Pepa, Blanca Torres, define el documental que ha realizado sobre la artista malagueña que, consciente o inconscientemente, marcó la vida española durante toda su vida pública, desde que la descubrió el productor Manuel Goyanes en 1959 y realizó su primera película, Un rayo de luz (1960), con tan solo 12 años, hasta títulos como Bodas de sangre y Carmen, con Carlos Saura y Antonio Gades en 1981 y 1983, respectivamente, y la televisiva Mariana Pineda (1984).

Como demuestra todo el trabajo de Torres, que arranca de forma magistral con el escenario vacío del estadio malagueño Martín Carpena esperando su aparición bajo “un rayo de luz” para recibir el Goya de Honor en su edición de 2020, el proceso de gestación de un mito está cargado de inocencia y sufrimiento.

Marisol sale del barrio de Capuchinos y la propulsan directamente al éxito con la etiqueta de “niña prodigio” (bajo la que no quiso guarecerse nunca). El franquismo buscaba una nueva cara para su régimen totalitario y encuentra en los ojos azules de la recién bautizada Marisol el encanto que no encontró ni en su fondo ni en sus formas. Habría que añadir que, pese a todo, su grandeza dinamitó aquella España en blanco y negro. 

Marisol termina representando, gracias a las fotos de César Lucas en 'Interviu', la ola de libertad que surfea la democracia

El mito, pues, se va forjando y nunca deja de sonreír. Es una fábrica de felicidad que el desarrollismo aplaude con fervor casi religioso (no podría entenderse desde ningún otro dogma). El cine es su mejor arma —Marisol rumbo a río (1963), La nueva Cenicienta (1964), Cabriola (1965)...— y, como exhibe Blanca Torres, rápidamente se convierte en un nombre que permeabiliza y cataliza todos los ámbitos de la sociedad. Por supuesto, el publicitario, en aquella época pariente de lo propagandístico.

Como experimentaba al mismo tiempo en Estados Unidos Elvis Presley, el mito se hace carne cuando la “víctima” madura, evoluciona y, en último extremo, se rebela. Torres nos muestra cómo cuando llegan los setenta y el régimen dictatorial va llegando a su fin Marisol se transforma en Pepa Flores. Ni una concienzuda máquina de resilencia hubiese conseguido transformarla en un símbolo libertad e inconformismo como lo hizo su propia audacia.

La nueva España también era Marisol. Así que el mito se refuerza, se eleva y continúa regando titulares. Cambia su voz pero su belleza se redobla y termina surfeando, gracias a las desnudas fotos de César Lucas en Interviu, la ola de libertad y sensualidad de unos tiempos frenéticos. De sonrisa de una dictadura Marisol se convierte en bandera de la democracia.

Lo mejor, o lo peor, según se mire, el mito de Marisol se vuelve ingobernable, nada ni nadie la detiene. Pasa por encima de cualquier corsé, como demostró en 1973 ante la entrevista que Javier Basilio le hizo en TVE y cuyo mejor momento recoge Marisol, llámame Pepa.

Incómoda antes sus preguntas, Marisol se levantó en varias ocasiones para fumar, gestos que desesperaron al insistente reportero. “Mi vida es mía”, le espetaría para la historia. Así son los mitos. Llega un momento en que deciden reivindicar su identidad y ya no son de nadie siendo de todo el mundo precisamente por habitar su propia leyenda.

Producido por Chema de la Peña, José Carlos de Isla y Paco Ortiz, el documental, en el que participan Cristina Hoyos, Nativel Preciado, Fernando Méndez Leite (quirúrgicamente preciso y acertado), Elvira Lindo, Cristina Almeida y Luis García Gil (tan volcado en Serrat últimamente), entre otros, no se olvida de los grandes momentos de la vida de Marisol, como sus bodas con Carlos Goyanes y Antonio Gades, su primer “exilio” a Altea o su desaforada militancia comunista en el partido de Ignacio Gallego, donde, presume Pepa Flores, interpreta el marxismo de una forma “un poco bruta”.

Gran hallazgo la voz que reproduce frases atribuidas a la protagonista. Mejor aún se nos antoja la participación de la cantante Amaia (emocionante su relato de cómo se encontró con ella), de la que recordamos su Canción de Marisol, tema con el que Blanca Torres cierra su extraordinario y pertinente trabajo. Punto final con la gala de los Goya donde pudo haber sorprendido al mundo. No salió de su trinchera de La Malagueta, pero eso no la convierte en culpable. 

Marisol, llámame Pepa

Dirección y guion: Blanca Torres. Participantes: Amaia, Cristina Hoyos, Nativel Preciado, Fernando Méndez Leite, Elvira Lindo, Enrique Cerezo, Marta Sanz, Aintzane Rincón, Luis García Gil y César Lucas, entre otros. Año: 2024. Estreno: 10 de mayo