Un hombre frente a una de las reliquias repatriadas.

Un hombre frente a una de las reliquias repatriadas.

Cine

Llega 'Dahomey', el último Oso de Oro: un documental en el que las estatuas también hablan

  • Entre el documento y la ficción, Mati Diop ofrece una crónica de la repatriación a Benín de 26 tesoros escultóricos que fueron saqueados en 1892 por las tropas francesas.
  • Más información: Instrucciones para descolonizar un museo
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Con su estimulante ópera prima, Atlantique (2019), la joven cineasta franco-senegalesa Mati Diop (París, 1982) dio cuenta de una habilidad singular para imbricar el drama social con el relato fantástico.

En aquel híbrido de documental observacional e historia de fantasmas, Diop se adentró en la cruda realidad de los trabajadores de la construcción en Dakar, convirtiendo a algunos de ellos en figuras espectrales que volvían de entre los muertos para reclamar una dignidad perdida a manos del capitalismo salvaje.

Ahora, en Dahomey –ganadora del Oso de Oro de la pasada Berlinale–, Diop vuelve a situarse entre el documento y la ficción para ofrecer una crónica de la repatriación a Benín de 26 tesoros escultóricos que fueron saqueados en 1892 por las tropas francesas. Como se señala en los intertítulos que abren la película, “se terminan 130 años de cautividad”, aunque a Diop le preocupan menos los detalles de la herida imperialista que la idea de la reconstrucción nacional.

A medio camino entre la antropología y la poesía, Dahomey invoca el recuerdo del cortometraje documental Las estatuas también mueren (1953), en el que Chris Marker y Alain Resnais denunciaron el impacto que el colonialismo y las políticas museísticas tuvieron sobre el arte africano. Sin embargo, la infausta radiografía histórica de Marker y Resnais se transforma, bajo la óptica contemporánea de Diop, en el retrato de un proyecto de restitución cultural.

Este halo de esperanza llega encarnado por la estatua del rey Ghezo, una figura antropomorfa a la que Diop otorga, literalmente, una voz (en off). Así, en un giro espectral que remite al imaginario de Yo anduve con un zombie (1943) de Jacques Tourneur, el fantasma del monarca conduce al espectador por el viaje de retorno a Benín. “¿Estoy en el lugar dónde debo estar?”, se pregunta el rey Ghezo mientras un equipo de técnicos europeos y africanos lo acomoda en un nuevo trono, en su tierra natal.

En un tono entre meditativo y lírico, Dahomey dedica gran parte de su metraje al esbozo de un escenario próximo a la utopía. Pero, cuando todo parece ya dicho, Diop introduce un sorprendente giro didáctico protagonizado por un grupo de jóvenes benineses.

En un encuentro de tintes asamblearios –que podría haber filmado Ken Loach–, se intercambian impresiones sobre las piezas de arte. Para algunos, su retorno certifica un proceso en marcha de emancipación nacional. Para otros, la decisión del gobierno francés de devolver solo 26 de las más de 700 obras expoliadas debe leerse como un gesto paternalista.

En cualquier caso, más allá de la disparidad de pareceres, la mera existencia de esta encendida ágora juvenil pone de manifiesto la determinación de un pueblo que reclama autonomía y libertad.

Dahomey

Dirección y guion: Mati Diop.

Intérpretes: Gildas Adannou, Morias Agbessi, Maryline Agbossi, Habib Ahandessi.

Año: 2024.

Estreno: 13 de diciembre