Image: Jonathan Nott

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Escenarios

Jonathan Nott

“Mahler evoca todas las identidades”

29 enero, 2010 01:00

Jonathan Nott. Foto: Richard Haughton

El director británico se perfila como uno de los máximos expertos mahlerianos de los próximos años. Instalado desde hace diez en Baviera, donde tutela a la aguerrida Sinfónica de Bamberg, actúa estos días junto a su orquesta en varias salas españolas.

Para Jonathan Nott (Solihull, Inglaterra, 1962) la música es líquida o gaseosa, según la ocasión. La Sinfónica de Bamberg tiene su particular punto de ebullición, que el inglés, titular de la dirección musical desde 2000, conoce y maneja a sus anchas. Unas veces, para llenar los espacios y precipitar el oleaje wagneriano; otras, para hacer despegar las partituras del atril y navegar, como no se recuerda a nadie en los últimos años, por los universos proteicos de la Novena sinfonía de Mahler. "Los músicos de la Bamberg -comenta el director a El Cultural- parecen absorber la energía de las raíces mismas de la tierra y son capaces de conectar con la centenaria tradición germana".

Aunque siempre tuvo en mente la idea de dirigir, Nott iba para cantante. Su padre, sacerdote anglicano, lo inscribió con siete años en el coro de la Iglesia de los West de Midlands, donde pronto se embebió del sentido más místico de la experiencia musical. "En aquella época, aprendí que la música ayuda a plantearnos cuestiones existenciales. Qué hacer, cómo vivir, adónde ir. Y no tardé en darme cuenta de que sus sonidos no son un eco interno, sino un diálogo con los demás". Después de estudiar música y canto en Cambridge y en el Royal Northern College de Manchester -donde coincidió con el barítono Simon Keenlyside- fue en Londres donde empuñó sus primeras batutas.

Iba para cantante
Su debut oficial al frente de una orquesta se produjo en el Festival de ópera de Battignano de 1988. "En términos musicales, el cambio no era tan brusco. Yo quería ser cantante, pero no tenía voz suficiente. Sin embargo, sobre el podio puedo ser igual de cantabile y podría decirse que el sonido que logro sacar a las orquestas sigue una línea muy vocal, de movimientos constantes y respiraciones". Con frecuencia le preguntan por los motivos que lo han llevado a instalarse en Baviera. "Terminé a orillas del Regnitz a base de estímulos intelectuales. Los lieder de Schubert, primero, los nibelungos de Wagner, después, y mis posteriores experiencias en la ópera de Frankfurt y la Filarmónica de Berlín han tallado en mí el carácter germano".

Proyecto Ligeti
Sus años al frente del Ensemble Intercontemporain en París han hecho de Nott algo más que un experto mahleriano. Con la Filarmónica de Berlín ha grabado varias obras para orquesta de Ligeti, dentro del proyecto del sello Teldec. "El sonido contemporáneo te ayuda a ser flexible, a entender la música como un balance, como una improvisación, y a asumir nuevos riesgos". Algo de esto han debido de aprender en esta década los músicos de la Bamberg, quienes, hasta la llegada de Nott, habían aguantado varios meses sin director titular. La gira que los trae hasta el 5 de febrero por España -Zaragoza, Madrid, Oviedo, Barcelona, Gerona, Valencia y Valladolid- demuestra que este conjunto integrado por refugiados de la Filarmónica de Praga vuelve a estar a tono. Además de Chopin (Concierto para piano y orquesta n° 1), Beethoven (Concierto para violín y orquesta), Strauss (Concierto para trompa y orquesta n° 2), Wagner (Idilio de Sigfrido) y Bruckner (Sinfonía n° 3), se traen algo de Mahler (Primera y Quinta) en las maletas. "La magia de sus sinfonías -sostiene Nott- consiste en su capacidad para evocar todas las identidades".

Bandera mahleriana

La Sinfónica de Bamberg tuvo entre sus titulares más conspicuos al fogoso Joseph Keilberth y al sobrio Eugen Jochum, que dejaron su impronta en un conjunto que hoy ha alcanzado una nueva madurez tras una etapa gris. Tradicionalmente, la orquesta se alimentaba de románticos y postrománticos alemanes, Bruckner en particular. Celibidache o Kempe habían contribuido a ello. El actual titular desde 2000, Nott, sin abandonar la música del pío organista, ha hecho bandera de la de Mahler, hasta el punto de que ha creado un concurso con el nombre del compositor que va por su tercera edición.